Dejaron Buenos Aires para empezar de cero y encontraron el éxito en San Luis vendiendo tés

Dejar atrás la rutina de Buenos Aires para comenzar un emprendimiento familiar inspirado en la naturaleza y el bienestar: esa fue la decisión de Paula Rufino y Esteban Cirino cuando en 2012 se mudaron a Merlo, San Luis, en busca de tranquilidad y seguridad. Con el tiempo, el proyecto del matrimonio se transformó en Los Caminos del Té, una pyme que hoy produce dos toneladas mensuales de té y comercializa sus productos a través de una red de más de 500 revendedores y desde su propia casa de té en San Luis.

Rufino recuerda con claridad la primera noche que pasó en Merlo, San Luis. "Pasé de no poder dormir porque soñaba que me pateaban la puerta para entrar a robar, a dormir con la puerta abierta", confiesa. Esa sensación de seguridad fue lo que llevó a ella y a su esposo a dejar atrás la ciudad de Castelar, en Buenos Aires, y embarcarse en una nueva vida en las sierras junto a sus tres hijos de aquel entonces. Años después, con un cuarto hijo nacido ya en tierra puntana, el sueño de vivir en contacto con la naturaleza se transformó en Los Caminos del Té, un emprendimiento que combina tradición, bienestar y sabores inspirados en el paisaje serrano.

El inicio no fue sencillo. Paula vendió el fondo de comercio de su negocio de ropa, y Esteban dejó su puesto en una sucursal de Garbarino. En Merlo, se dedicaron a lo que pudieron: ella vendía productos de belleza por catálogo, y él trabajaba como jardinero. Pero Paula tenía una costumbre que pronto cambió el rumbo de sus vidas. Las tardes de té con amigas, adornadas con dulces caseros y vajilla de porcelana, comenzaron a tomar un carácter más comercial cuando decidió vender mermeladas hechas en casa con recetas de su abuela y su suegra. "Empezamos con una inversión mínima: una olla, un cajón de manzanas y muchas ganas. Todo lo que ganábamos lo reinvertíamos", relata por videollamada con iProfesional.

Poco después, Esteban dejó la máquina de cortar pasto y se sumó a la producción de mermeladas. Fue entonces cuando Paula decidió dar un salto mayor: se capacitó en Rosario como tea blender y sommelier para crear su primera línea de blends de té con 13 sabores. Con sabores inspirados en la naturaleza de San Luis, los tés comenzaron a venderse junto con las mermeladas, ampliando el alcance del emprendimiento. En 2015, fundaron su primera casa de té, Delicias del Bosque, que pronto se convirtió en un restó reconocido en la región.

Sin embargo, cinco años después, un nuevo sueño llamó a la puerta: viajar en familia por el mundo en motorhome, visitando productores y creando blends que contaran las historias de su viaje. Vendieron la casa de té, organizaron su mudanza y hasta inscribieron a sus hijos en una escuela a distancia. Pero en marzo de 2020, la pandemia truncó sus planes. "El 12 de marzo fuimos a hacer un papel que nos faltaba, pero nos lo rechazaron. Dijimos listo, la semana que viene volvemos, pero el 19 fue cuando el gobierno estableció el aislamiento obligatorio", recuerda con nostalgia Paula.

Un capítulo con aroma a té

Con el motorhome estacionado y sin poder viajar, el matrimonio regresó a la producción de blends. La pandemia trajo consigo un aumento en la demanda de productos naturales y vinculados al bienestar. La pequeña producción casera escaló rápidamente, permitiendo la contratación de personal y la inauguración de una fábrica de 400 metros cuadrados en 2022. Allí producen no solo blends de té, sino también mezclas para mate, especias y sales.

Hoy, Los Caminos del Té cuenta con una casa de té que ofrece una experiencia memorable con sus circuitos de plantas medicinales, degustaciones y vistas imponentes de las sierras puntanas. "El contacto con la naturaleza nos permitió conectar con el emprendimiento. Todo está muy relacionado al bienestar, a generar espacios y consumir productos que lo acompañen", explica Rufino.

Uno de los pilares del éxito de la marca fue la red de emprendedores que revenden los productos de la marca. Con más de 500 revendedores activos en todo el país, la empresa brinda capacitación, materiales promocionales y apoyo constante. "Si el emprendimiento de ellos es exitoso, también lo será el nuestro. Por eso invertimos en su formación y en herramientas que les faciliten la venta", señala Paula.

Paula y Esteban, el dúo detrás de Los Caminos del Té, cambiaron sus vidas y crearon una pyme exito

Con una inversión inicial de $60.000 en mercadería, cualquier persona puede sumarse a la red de revendedores, un valor permisivo para entrar a un negocio donde los sabores y los aromas son los protagonistas. El próximo paso, a concretarse este año, será la inauguración de la Academia de Los Caminos del Té, que busca formar a las revendedoras no solo en el conocimiento de los productos, sino también en herramientas emprendedoras.

De cara al futuro, Los Caminos del Té tiene ambiciosos proyectos: iniciar su presencia internacional con exportaciones a países como Uruguay, Chile y Estados Unidos; abrir más locales propios y lanzar un sistema de franquicias.

Con 20 empleados y una producción mensual de dos toneladas de té, Paula y Esteban no pierden de vista el objetivo inicial: ofrecer productos que reflejen la tranquilidad y la conexión con la naturaleza que encontraron en San Luis.

Mientras trabajan en sus nuevas metas, los tés de Los Caminos del Té siguen contando historias en cada taza, como un recuerdo de aquel sueño que comenzó como un emprendimiento familiar, una olla y un cajón de manzanas. No obstante, aclara Rufino dejando escapar una sonrisa de satisfacción, el sueño de recorrer el mundo en motorhome sigue vigente, y aunque no tienen fecha definida, la idea poder iniciarlo en uno o dos años.