Con 21 años abrió un almacén: hoy es CEO del mayorista Mamá Ahorro y se expande con franquicias
Al emprender tan joven, Nicolás Anauati, CEO de Mamá Ahorro, enfrentó varias dificultades. Su juventud jugaba en su contra, ya que muchos no lo tomaban en serio debido a su falta de experiencia en el mundo empresarial. Además, la ausencia de capital suficiente se convirtió en un obstáculo adicional, dificultando la obtención de proveedores y la negociación de contratos.
Otro desafío importante fue la falta de comunicación clara con sus clientes, lo que generaba confusión y desconfianza. En su primer local, también tuvo que lidiar con problemas logísticos, como goteras y un espacio inadecuado, lo que afectaba el funcionamiento diario del negocio. A pesar de los momentos de frustración, Nico nunca se rindió. Aprendió de cada experiencia y, con el apoyo de su familia, logró superar cada uno de estos obstáculos.
Hoy, Mamá Ahorro se consolidó como un mayorista y supermercado minorista que ofrece productos por unidad, y está dando un paso más en su expansión con el lanzamiento de su sistema de franquicias.
"Aprendí a escuchar a la gente, a adaptarme a sus necesidades. Me di cuenta de que no estaba comunicando bien lo que ofrecía. Cambié la forma en la que llegaba a ellos, empecé a generar contenido en redes sociales, a mostrarles los productos que iban llegando, y poco a poco el negocio empezó a despegar", afirma Anauati.
El camino emprendedor
Tras el fracaso de su primer proyecto, un negocio de medias, "sentía que tenía un techo y necesitaba crecer", se sincera. Fue durante sus entrenamientos como ciclista cuando conoció a Germán, un amigo que lo introdujo en el mundo mayorista de alimentos.
"Al principio, no le prestaba mucha atención, pero pronto me di cuenta de que la comida siempre tiene demanda", explica. Después de muchas conversaciones con Germán, el negocio empezó a tomar forma.
¿Qué te dijeron tus viejos cuando vos le decías que ibas a abrir un local? "Al principio me sugirieron investigar la venta online y minimizar costos antes de abrir un local, basados en su experiencia en negocios anteriores", cuenta. Pero, nuestro entrevistado siempre tuvo el impulso de innovar y mejorar, buscando cambiar las cosas a su manera. "Cuando mi familia vio que esto iba en serio, todos se sumaron a darme una mano para ir para adelante", indica el CEO.
Un sueño hecho garaje
El primer local de Mamá Ahorro nació en un garaje de 200 metros cuadrados, que pertenecía al abuelo de Nicolás. "El primer día que abrimos se desplomó la venta. Me acuerdo patente que habíamos vendido $9.000, yo estaba super contento, pero, al segundo día vendí $2.000 y me di cuenta que habían venido todos los familiares, amigos a comprar ya al segundo día comencé a tener dudas", dice porque la gente pasaba de largo por el negocio…. hasta que surgió una canasta básica con 18 productos que era de 300 pesos.
"Se puso un poco de moda, el tema de los combos Fiesta y bueno él comenzó con eso. Por ejemplo, hacía un combo de 12 panes con 12 salchichas o 12 hamburguesas y lo publicitaba, hizo unos carteles", cuenta su abuelo.
El error de no saber comunicar bien
Nicolás pronto entendió que la clave estaba en mejorar la comunicación. Al principio solo vendía combos y no tenía presencia en redes. Fue entonces cuando comenzó a interactuar con los clientes, mostrar productos nuevos y generar contenido diariamente. El boca a boca y las redes sociales comenzaron a atraer más gente.
Desafíos logísticos y el cambio de local
El primer local tenía goteras, el techo roto y muchos problemas logísticos. "Sabía que tenía que arrancar", enfatiza. Los problemas logísticos y la desorganización en su primer local lo ponían al límite. La falta de infraestructura amenazaba la estabilidad del negocio, hasta que decidieron mudarse a un galpón más grande.
El espacio nuevo trajo más libertad, pero también nuevos desafíos. El tamaño del galpón terminó siendo menor al que pensó que necesitaría y, nuevamente, las dificultades se presentaron: camiones en la calle, problemas con los vecinos, mercadería dañada. "No sabía si me iban a clausurar, si iba a poder seguir. Pero esa incertidumbre me impulsó a buscar soluciones", explica el emprendedor.
¿Seguir adelante o rendirse a sus 21 años?
Eligió seguir adelante. Su determinación lo llevó a enfrentar otra barrera: el alquiler de un parque industrial. A pesar de su juventud, la inmensa desconfianza de los propietarios le jugó en contra.
"El problema era que no me querían alquilar el galpón por mi edad. Tenía muchas dificultades para que me tomaran en serio. Me costó conseguir proveedores, mi juventud y falta de capital eran un obstáculo. Me sentía frustrado, pero no me detuve. Insistí, hasta que finalmente logré que me alquilaran el espacio", recuerda.
Alquiló el espacio más grande, hizo la inversión, y comenzó a organizar y sistematizar lo que antes era un caos. "Cuando empezamos a trabajar de manera ordenada, la transformación fue total. Evitamos vencimientos, roturas, todo estaba organizado. Fue un cambio 100%", reflexiona.
Franquicias y crecimiento sostenido
El salto de calidad no fue solo en infraestructura. Mamá Ahorro se propuso profesionalizar cada área, optimizar procesos, incorporar tecnología y también pensar a largo plazo a través de un sistema de franquicias. "Queríamos que fuera un negocio rentable, pero también una oportunidad para que los emprendedores crecieran junto con nosotros", manifiesta.
La tecnología, la trazabilidad, la automatización de pedidos y la entrega eficiente son solo algunos de los pilares que Mamá Ahorro implementó para garantizar que su red de franquicias sea eficiente, sin la necesidad de una gran inversión inicial por parte del franquiciado.
El corazón de Mamá Ahorro
"Mi abuelo fue mi apoyo, mi sostén. Siempre estuvo a mi lado. Esa confianza que él me dio fue clave para que este negocio creciera tanto", dice con emoción. La familia, la perseverancia y la dedicación son valores que, según Nicolás, son fundamentales para el emprendimiento llegué a donde está hoy", dice con emoción.
"Esto es el fruto de tu esfuerzo, de tu dedicación, de tu perseverancia. Conseguir lo que te propusiste es el resultado de todo tu trabajo", le responde su abuelo en un reconocimiento a la perseverancia de su nieto.
Hoy Mamá Ahorro está lista para dar el siguiente gran paso: convertirse en una cadena nacional. En menos de un año, Nicolás cree que estarán presentes en casi todo el país. La empresa es la prueba de que los grandes cambios no suceden de la noche a la mañana, sino que requieren esfuerzo, aprendizaje constante y la capacidad de adaptarse a los desafíos.