La nueva marca nacional que vende ropa básica a menos de la mitad de precio que en shoppings
La ropa en Argentina es, en promedio, un 35% más cara al dólar oficial que en otros seis países de la región, pero no hace falta comparar precios internacionales para corroborarlo. Dentro de los límites del país, mientras que en un shopping una remera básica de algodón peinado cuesta unos $50.000, otra marca como Dfac, la línea de indumentaria de TN&Platex, ofrece dos, con calidad similar o superior, por casi la mitad. ¿Cuál es su secreto? Un modelo integrado de producción, una propuesta austera, pero eficiente, comercialización sin intermediarios y un compromiso con la transparencia que expone, peso a peso, cómo está compuesto el costo de cada prenda.
TN&Platex nació en 1979, cuando el inmigrante armenio Agop Karagozian abrió una pequeña hilandería en Monte Caseros, Corrientes. Hoy, esa empresa familiar cuenta con 14 fábricas en seis complejos industriales distribuidos entre Catamarca, Chaco, Corrientes, La Rioja y Tucumán. Además, tiene un centro de distribución y oficinas en Buenos Aires, empleando en total a unas 1.700 personas.
El crecimiento de la empresa fue liderado por la segunda generación, compuesta por Teddy, Aldo y Dino Karagozian. "Gracias a un plan de reinversiones, innovación constante, el uso de datos y la incorporación de tecnología, pasamos de ser una pequeña hilandería para convertirnos en líderes del mercado", afirma Lucas Karagozian, hijo de Teddy y representante de la tercera generación junto a su hermano Tomás.
Desde 2015, la empresa inició un proceso de diversificación que denominaron "antifrágil". Es decir, diseñar una empresa capaz de adaptarse y crecer ante los diferentes escenarios económicos y sociales del país. Desde entonces, además de producir hilos y telas, TN&Platex comenzó a fabricar prendas para terceros y lanzó sus propias marcas. Entre ellas, Ciudadela, adquirida en 2015 y revitalizada; XPirit, enfocada en ropa deportiva con tecnología de Nanotek; y, desde 2023, Dfac, una marca cuyo nombre resume su esencia: "De la fábrica al consumidor".
El modelo de Dfac: básicos, accesibles y sostenibles
La clave de esta marca radica en varios factores. En primer lugar, su apuesta por prendas atemporales y funcionales. La marca no sigue tendencias ni lanza colecciones estacionales: sus diseños son básicos que nunca pasan de moda y están disponibles en una paleta de colores limitada a blanco, negro y gris.
"Nosotros somos industriales: nos gusta ser eficientes, la trazabilidad y la transparencia. Decidimos hacer solo los productos más vendidos, usando los colores principales, para alcanzar el mejor costo posible y ofrecer el mejor producto al menor precio posible", explica Karagozian.
Su catálogo es deliberadamente limitado: buzos unisex (con y sin capucha), remeras lisas para hombre y mujer, musculosas femeninas, bóxers y medias. Cada prenda está pensada para ser versátil y funcional. Esta estrategia también se alinea con un compromiso ambiental, en contraposición a la lógica del fast fashion, que impulsa un consumo desmedido y deja montañas de ropa sin vender contaminando lugares como el desierto de Atacama en Chile.
La industria textil es la segunda que más agua necesita en el mundo, además de ser responsable del 20% de las aguas residuales a nivel global. Se estima que más de 50.000 millones de prendas se desechan al año, muchas de ellas prácticamente nuevas.
"En Dfac entendemos que la personalidad es de cada usuario, no del producto que usa. Nuestro objetivo es facilitar ese básico que cada cliente combinará como quiera para darle su impronta", agrega Karagozian.
La fórmula de la marca detrás de los precios bajos
Un pilar clave del modelo de Dfac es la integración de la cadena productiva. Desde el hilado hasta la confección, TN&Platex se ocupa de cada etapa del proceso, excepto la tintorería. Esto les permite mantener no solo un riguroso control de calidad, sino también optimizar costos y trasladar ese ahorro al consumidor final.
Otro aspecto clave de su eficiencia de producción es el aprovechamiento de los materiales. Durante la confección, utilizan una técnica llamada "tizada", que consiste en disponer los moldes de cada prenda sobre la tela de la manera más eficiente posible antes de cortarla. Esto minimiza el desperdicio, reduciendo no solo costos, sino también el impacto ambiental asociado a los descartes textiles.
Pero la estrategia no termina allí. Dfac vende exclusivamente a través de su tienda online, eliminando intermediarios y los sobrecostos asociados a la distribución tradicional.
Pero quizás el mayor diferencial es su compromiso con la transparencia. En su tienda online, la marca detalla el desglose del precio de cada prenda, en un gesto de honestidad poco común en la industria. Por ejemplo, un pack de dos remeras básicas para mujer, confeccionadas con algodón peinado, tiene un precio de $23.680. Según la composición publicada por DFac, el 6% corresponde a materia prima y avíos, el 8% a mano de obra, el 12% a costos industriales, el 13% a marketing y publicidad, el 8% a las comisiones de Mercado Pago, el 3% a costos administrativos, el 43% a impuestos y contribuciones, y apenas un 7% es el margen que queda para la empresa.
Al cierre de esta edición, la empresa, fiel a su política de precios bajos y transparentes, ofrece una variedad de opciones atractivas para los clientes: packs que incluyen dos remeras básicas para hombres desde $27.105; dos musculosas para mujeres a partir de $21.150 y buzo unisex desde $33.050 cada uno, disponibles en versiones con o sin capucha y oversize. Además, ropa interior como bóxers unisex desde $16.815 por tres unidades y packs de tres medias desde $5.075, completan la oferta.
Este nivel de apertura no solo refuerza la confianza del consumidor, sino que también expone las dificultades que enfrenta la industria textil argentina, especialmente la alta carga impositiva.
Según Karagozian, actualmente venden entre 6.000 y 10.000 unidades mensuales, un número que consideran prometedor para una etiqueta joven que aún se está dando a conocer. Por eso, la meta es ambiciosa: en 2025 superar las 100.000 unidades que les permitiría tener un negocio de volumen.
Dfac se presenta como una marca de ropa que entiende las necesidades reales de los consumidores y les ofrece una solución sencilla, con precios económicos, honesta y duradera. "Queremos ser la empresa número uno de básicos en Argentina", concluye Karagozian.