CRISIS

La Serenísima busca definir su destino entre sus socios: juntos o separados

Tras el final de los controles de precios estatales persiste la recesión en los consumidores. Tres socios y un destino para La Serenísima.
NEGOCIOS - 21 de Noviembre, 2024

El futuro de la tradicional empresa de General Rodríguez fundado por Teresa Aiello y Antonino Mastellone en 1929 comenzó a delinearse puertas adentro de la empresa pero, también, y de manera sorprendente, a través de la prensa. "La verdad lactea" comenzó a develarse con recientes declaraciones del presidente de la empresa, Carlos Agote, que pusieron presión al resto de sus socios para que tomen una determinación acerca de lo que pasará con La Serenísima.

La empresa Mastellone Hnos. quiere recibir el centenario de su creación con una composición accionaria distinta a la actual al tiempo que intenta recuperar el liderazgo de la industria lactea. Sin embargo, esa transición no parece estar exenta de dificultades.

Para comprender las pujas societarias que se desataron en los útlimos días hay que señalar que los actuales accionistas de la empresa son, la multinacional de origen galo, Danone, la vernácula Arcor, y la familia Mastellone con el fondo de inversión Dallpoint Investments. Entre la empresa francesa y la cordobesa poseen el 49% de las acciones y, el privilegiado 51% del paquete accionario pertenece al fondo y a la familia de los fundadores de la compañía.

Pero lo interesante no es que Agote llegó a la presidencia de la compañía por representar a la mitad más uno de los intereses en juego  sino que el fondo Dallpoint y la familia Mastellone tienen una opción de venta o put que pueden ejercer durante el año próximo. A su vez, Arcor y Danone tienen el futuro año, 2025, para ejercer una opción de compra o call según la jerga bursátil.

Tres socios y un destino para La Serenísima

¿Quién compra a quién? ¿Cuáles son los planes de la gigange alimenticia Arcor? ¿Que piensan en la casa matriz de Danone? ¿Importa la situación política y económica bajo la administración de Milei? Y, la respuesta positiva a esta última pregunta parece ser la que dio la campana de largada de todas las especulaciones empresarias al tiempo que se aguarda por la recuperación de los ingresos de los consumidores, cuestión que viene con demora.

Porque la política estatal actual fue un bálsamo para el futuro de La Serenísima en lo que respecta al fin de los controles de precios de las gestiones kirchneristas que ponían a la compañía al borde del precipicio con balances donde se anotaban numerosos números rojos que  indicaban pérdidas millonarias.

Los controles de precios condenaban irremediablemente a la actividad lechera a su bancarrota y, por primera vez en mucho tiempo, La Serenísima volvió a ser rentable. Al menos en la sección lechería. Porque en yogures y quesos, las ventas no repuntan. Un relevamiento realizado en cadenas supermercadistas revela que el consumo de yogures cayó dramáticamente, para todas las marcas, si se comparan las ventas del pasado verano con las de diez años atrás. Las heladeras ya no guardan un lugar para los yogures y sólo la salida de la recesión económica posibilitará que el verano del 2025 no continúe con una tendencia al bajo consumo de ese producto.

Los quesos se tornaron prohibitivos en muchos hogares y, si bien es uno de los alimentos preferidos en la mesa de los argentinos, su consumo no logra alcanzar las cotas de venta que anotaban los ejecutivos de Pascual Mastellone en una Argentina que ya es pasado perfecto.

Y, estos detalles no son un hecho menor. Porque el presidente de Mastellone, Carlos Agote,  señaló, en un reportaje ofrecido al diario La Nación, que la actividad lechera mejoro sus resultados en parte porque  "...la Secretaría de Comercio ya no incide en los precios, lo cual es un alivio, pero en los últimos años tuvimos que enfrentar muchas dificultades".

Pero Agote representa el interés del fondo de inversión y de la familia y La Serenísima no vive sólo de la leche. También produce yogures y Danone está a cargo de esa parte del negocio y los ejecutivos de la empresa francesa observan el vaso de leche medio vacío. Exactamente al revés de Agote.

Reuniones futuras para decidir el futuro de la tradicional empresa nacional

Sea como fuere, y mientras se analiza quien compra a quien o quien se retira del juego porque como señaló Agote en referencia a Danone y Arcor "...En nuestro caso, al ser un fondo de inversión buscamos salir, en cambio ellos tienen el objetivo de quedarse", parece haber consenso en que existirán muchas reuniones futuras para decidir el futuro de la tradicional empresa nacional. Además, parecen haber objetivos prioritarios antes de analizar un proceso de adquisición o de venta previsto en los contratos. El resto de  las empresas lacteas también juegan y ponen presión  a la empresa de General Rodríguez.

Fuentes del mercado señalaron a iProfesional que "...desde el año 2022 la compañía de capitales canadienses Saputo, en nuestro país posee las marcas La Paulina, Molfino y Ricrem, relegó, por primera vez en la historia, a Mastellone Hnos. al segundo lugar en la producción de lácteos a nivel nacional". Ese hecho de la industria llevó a que Agote dijera públicamente que hay que colocar el acento en la unificación de la compañía. La necesidad de equiparar criterios de acción empresarial con el resto de sus socios.

"La compañía no puede tener dos cuadros de resultados, estrategias comerciales o reportes distintos. Hoy Danone es una empresa multinacional que reporta a Francia, mientras que nosotros somos una empresa nacional. Es esencial fusionar operativamente ambas compañías, independientemente de quién sea el dueño. Esto es crucial porque el mercado lo exige", aseguró públicamente.

Una apelación que seguramente no tomó de sorpresa  a los ejecutivos de Danone pero que si parece haberlos agarrado con la guardia baja, por la publicidad del pensamiento del presidente de la empresa que prefirieron no comentar a través de los medios.

Todos los actores que decidirán el futuro de la compañía saben que la precipitación es la peor de las opciones para tomar una determinación y, si bien la cuestión está planteada, actuarios, contadores, abogados y otros profesionales se preparan para largas sesiones de informes preparatorios para adoptar una decisión que, presumiblemente, se realizará dentro de 365 días.

 

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