El plan de los Perez Companc para revitalizar el negocio alimenticio
Tras haber terminado de concretar la compra de varios activos petroleros a YPF para, de ese modo, regresar al negocio de la producción de hidrocarburos que había abandonado hace 21 años, la familia Perez Companc ahora intenta mejorar el perfil comercial y financiero de sus empresas agroalimenticias.
Es decir, de Molinos Agro y de Molinos Río de la Plata, que se orientan a la producción y comercialización de commodities agropecuarios y a la fabricación y venta de artículos de consumo masivo, respectivamente.
En el caso de la primera, la estrategia a largo plazo del grupo que preside Luis Perez Companc radica en consolidar y potenciar su rol de proveedor internacional de productos derivados de la molienda de oleaginosas y cereales para clientes independientes de escala relevante.
El plan es acompañado en todo momento con altos niveles de eficiencia operativa y de productividad en su planta industrial, instalaciones de acopio y puerto de embarque, así como también en la cadena de originación de materia prima.
Baja de los precios internacionales
En la actualidad, Molinos Agro posee una importante participación en el complejo agroindustrial internacional, tal como lo demuestra su último balance general que presentó a la Comisión Nacional de Valores (CNV), este viernes 8 de noviembre y en el cual se informan ganancias por $29.845 millones contra los $27.757 millones de igual período del año pasado.
A esto le suma ventas que crecieron 9,4% respecto del mismo periodo del año anterior, suba que se apalanca en un incremento de sus volúmenes comercializados del 26%, los cuales muestran el resultado de las mejores cosechas que el año pasado fueron azotadas por la sequía.
Sin embargo, esta buena performance fue parcialmente compensada por una baja relevante en los precios internacionales, a pesar de lo cual logró que sus buenos números impacten favorablemente en los resultados operativos que se incrementaron sustancialmente respecto del mismo período del año anterior.
La mejora del resultado operativo se traslada al resultado neto del período que, luego del balance financiero y el impuesto a las ganancias, alcanza a $29.845 millones y representa el 2,3% de las ventas.
En la actualidad, Molinos Agro ostenta una importante participación en el complejo agroindustrial, originando materias primas agrícolas, brindando soluciones logísticas y comerciales al productor argentino, para proveer al mundo productos derivados de la molienda de oleaginosas y cereales, a través de clientes independientes de escala relevante, basados en activos de clase mundial, innovación de punta y servicios de alta eficiencia.
Junto con sus controladas, configura un grupo integrado de empresas dedicadas a la industrialización y comercialización de granos y subproductos derivados de la soja y la venta de cereales.
El foco en los commodities
Opera en conjunto fundamentalmente en los segmentos de negocio de soja (y los productos industriales originados en su molienda) y cereales y sus empresas controladas son Santa Margarita LLC-Serie A y ciertos integrantes de la Familia Perez Companc, cuya participación directa en conjunto asciende al 75,55% del capital social y al 75,91% de los votos.
Molinos Agro nació en julio de 2016 como resultado de la reorganización societaria de Molinos Río de la Plata.
Se creó como una sociedad independiente que se encarga de la división de graneles de Molinos Río de la Plata, que se enfocó en productos de marca para el consumo.
Es el brazo agropecuario de la familia Pérez Companc y cuando se fundó manejaba casi el 15% de la molienda de soja de Argentina que hasta ese momento formaba parte de las operaciones de Molinos Río de la Plata.
Mercado interno complicado
En relación con la alimenticia, acaba de reportar un resultado neto de $48.384 millones, que presenta una reducción de 21,7% en comparación con el mismo período del año anterior.
La caída de su rentabilidad se fundamenta en la fuerte reducción del consumo interno, afectado por las políticas que lleva a cabo el gobierno libertario y por un contexto de alta rivalidad competitiva.
En ese marco, los ejecutivos de la empresa enviaron a la CNV su balance correspondiente a los primeros nueve meses de este año y en el cual aseguran haberse focalizado en sostener el adecuado posicionamiento de sus marcas "para brindar la máxima accesibilidad posible a los consumidores en cada una de las categorías en las que participa".
Como consecuencia de lo mencionado, Molinos logró alcanzar un volumen de productos vendidos similar al mismo período del año anterior, a pesar de la caída en los indicadores de consumo registrados por las principales consultoras especializadas.
Además, reportó ingresos netos de $676.844 millones, que representan un crecimiento de 4,1%, y generan un resultado neto de $48.384 millones, que es un 21,7% menor en comparación con el mismo período del año anterior.
Es que la compañía buscó sostener su estrategia de precios accesibles, pero sufrió una fuerte caída de sus resultados, debiendo redoblar esfuerzos para gestionar con mayor eficiencia su aprovisionamiento de materias primas e insumos, como así también por reforzar la distribución física de sus productos a nivel nacional.
"La idea es accionar estratégicamente en los distintos canales comerciales, gestionando equilibradamente los niveles de capital de trabajo y fortaleciendo el valor de las marcas en todo su portfolio para abastecer a todos los niveles socioeconómicos con productos de alta calidad".
Más core business
Para lo que resta del año y teniendo en cuenta que debe enfrentar los desafíos de corto y mediano plazo, en Molinos anticipan que continuarán enfocados en el consumidor, sus marcas, la productividad y la eficiencia "para seguir acompañando a los argentinos con productos cada vez más saludables, ricos, prácticos y accesibles".
Se trata de una estrategia que lleva adelante en paralelo a ampliar su core business para dejar solamente una empresa productora y comercializadora de productos alimenticios para expandir sus negocios hacia otros rubros también ligados al consumo masivo.
En la actualidad cotiza en la bolsa porteña con el símbolo de "MOLI"; cuenta con más de 2.600 colaboradores y 14 plantas productivas a través de las cuales fabrica las marcas más famosas del sector como Matarazzo, Lucchetti, Granja del Sol, Gallo Snacks, Bodega Nieto Senetiner, Gallo, Cocinero, La Salteña, Exquisita, entre otras.
También es propietaria de Terrabusi; Calsa; Patitas; Favorita; Don Vicente; Preferido; Vitina; Lira; Ideal; Blancaflor; Nobleza Gaucha; Minerva; Cruz de Malta; Arlistan y Máximo, para citar algunas otras.
Pero desde abril pasado, sus accionistas decidieron ampliar la compañía a todas las categorías de consumo masivo o todo lo que se puede consumir en el hogar como productos de higiene, tocador, limpieza, alimentos para mascotas, entre otros nuevos segmentos a los cuales también suma alimentos para el consumo animal.
También la compra, venta, cría, engorde, invernada, comercialización y transporte de ganado; elaboración, compra, venta, canje, permuta, comercialización, reventa, distribución, suministro, depósito y/o almacenaje de combustibles líquidos y/o hidrocarburos, propios o de terceros.
La reforma de su estatuto incluye además la generación, producción, comercialización y venta de energía eléctrica y la compraventa de acciones, títulos debentures y demás valores mobiliarios.
Del mismo modo, se orientó a gestionar equilibradamente los niveles de capital de trabajo, obteniendo una reducción sustancial de la deuda financiera y potenciando el valor de las marcas para abastecer sostenidamente con productos de calidad a todos los niveles socioeconómicos.
Como resultado de este control y gestión sobre variables clave, terminó el 2023 con un resultado positivo de $46.225 millones, impactado por ganancias financieras por $23.890 millones provenientes, mayormente, de la dilución de pasivos en un entorno de alta nominalidad inflacionaria y el resultado generado por la venta de un inmueble durante el tercer trimestre de año.
A su vez, sumó una nueva marca a su portfolio de consumo masivo tras la adquisición de Sibarita y sus activos operativos enfocados en el negocio de pizzas congeladas y que eran propiedad de McCain Argentina.