Sueldos altos y en dólares: este trabajo gana cada vez más terreno en Argentina

Cerrar una venta no es cuestión de suerte. Requiere timing, empatía y saber detectar el momento exacto para convertir el interés en una decisión. Ahí entra el closer de ventas, una figura emergente que en Argentina comienza a ganar terreno en sectores como la tecnología y la educación. Sin jefes, sin horarios fijos y con la posibilidad de operar en mercados internacionales y ganar sueldos en dólares, este oficio ofrece una combinación atractiva de flexibilidad  laboral y estabilidad económica.

En esencia, el closer de ventas es un experto en cerrar transacciones comerciales de alto valor, un rol que difiere del vendedor tradicional que busca clientes potenciales. El closer interviene cuando ya existe un interés real por el producto o servicio. Su trabajo consiste en dialogar con el cliente, despejar sus dudas y ayudarlo a tomar una decisión final, estableciendo una relación de confianza sin presiones agresivas ni tácticas invasivas.

"Un closer especializado está enfocado en habilidades específicas para cerrar ventas grandes o complejas, como la negociación y el manejo de objeciones de clientes", explica Tino Mossu, uno de los referentes locales en esta profesión. Gracias a esta habilidad, los closers son cada vez más demandados en sectores de tecnología, bienes raíces, marketing digital y servicios educativos, donde los ingresos suelen estar dolarizados.

A medida que el comercio electrónico y el trabajo remoto se consolidan, la figura del closer de ventas parece ganar cada vez más terreno. En países como Estados Unidos, ya es un puesto habitual en empresas que venden productos complejos o de alto valor. Aunque Argentina avanza hacia ese modelo, aún queda camino por recorrer, ya que según Mossu, todavía muchas empresas desconocen este oficio y cómo podría mejorar sus ventas. 

"Es importante escuchar al cliente y saber leer sus dudas, muchas veces ya tiene la intención de compra, pero necesita una última confirmación para decidirse", sostiene Mossu. La empatía y la capacidad de conectar emocionalmente en un contexto virtual se convierten en herramientas clave para los closers.

¿Cómo trabaja un closer y cuánto se puede ganar?

Los closers suelen trabajar de manera freelance, cobrando comisiones que oscilan entre el 10% y el 20% por cada venta cerrada. Esto significa que sus ingresos dependen tanto del volumen de ventas como del tipo de producto que comercializan.

En Estados Unidos, donde esta práctica ya es habitual, los sueldos pueden variar entre u$s5.000 y u$s10.000 mensuales. "Incluso más, dependiendo del tipo que vendan", comenta Mossu quien como closer llegó a ganar entre u$s4.500 y u$s6.000 por mes vendiendo para una empresa argentina que exportaba servicios al exterior.

No obstante, teniendo en cuenta lo incipiente de la profesión, la brecha de ganancias aún es grande. Según Mossu, en Argentina, un closer puede ganar entre u$s500 y u$s5.000, dependiendo el volumen de ventas.

La experiencia llevó al closer a fundar la Universidad del Closer donde con su equipo están formando profesionales preparados para este nuevo mercado. "Ya tenemos más de 2.200 egresados que se insertaron en el mundo laboral digital. La idea es que puedan trabajar tanto para empresas locales como internacionales", dice. 

El futuro de este oficio también pasa por la integración de herramientas de inteligencia artificial, que permiten automatizar parte del proceso sin perder el toque humano. "Un buen closer sabe aprovechar la tecnología sin dejar de ser auténtico en su trato con el cliente", destaca.

Con la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar y  ganar sueldos en dólares que superan ampliamente los ingresos promedio locales, el closer de ventas representa una opción laboral tentadora para quienes buscan flexibilidad y estabilidad económica. Y aunque muchos podrían ver este oficio como una tendencia pasajera, todo apunta a que llegó para quedarse.