¿Qué significaría para Argentina perder la Categoría 1 en seguridad aérea?
El Gobierno nacional habilitó a la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) para que evalúe las condiciones de seguridad del sistema aerocomercial doméstico y Argentina está a un paso de caer al "descenso". Ocurre que el organismo norteamericano, sin posibilidad de establecer inspecciones durante la gestión de Alberto Fernández, considera que existen irregularidades en aspectos como la aeronavegabilidad, las operaciones en general y el otorgamiento licencias. De considerar que esas falencias no se subsanarían en el corto plazo, la FAA podría descender a la Argentina de la categoría 1 a la 2 en cuestiones de seguridad operacional. Una medida así bloquearía la posibilidad de generar más vuelos a Estados Unidos y afectaría a las flotas de las aerolíneas.
¿Qué implica para la Argentina perder la Categoría 1 en seguridad aérea?
Perder la Categoría 1 en materia de seguridad aérea bajo el International Aviation Safety Assessment (IASA) de la Federal Aviation Administration (FAA) de Estados Unidos representa un golpe importante para la aviación argentina.
La Categoría 1 es otorgada cuando un país cumple con los estándares de seguridad de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), lo que garantiza que sus autoridades de aviación civil supervisen adecuadamente la seguridad de las aerolíneas. Esta categorización afecta tanto la imagen del país como la operatividad de sus aerolíneas.
Cuando un país pierde la Categoría 1 y desciende a la Categoría 2, significa que la FAA de Estados Unidos ha determinado que las normas de seguridad del país no cumplen con los estándares internacionales mínimos. Este cambio no implica que las aerolíneas del país en cuestión sean inseguras, sino que el organismo regulador nacional, en el caso argentino la Administración Nacional de Aviación Civil, no está supervisando adecuadamente las prácticas de seguridad. Esta distinción tiene consecuencias clave en varios aspectos.
Las aerolíneas de un país en Categoría 2 no pueden iniciar nuevas rutas a los Estados Unidos ni expandir sus servicios actuales. Solo pueden continuar operando las rutas existentes al momento de la degradación. Esto limita las posibilidades de crecimiento de las aerolíneas.
Además, las aerolíneas del país afectado no pueden realizar nuevos acuerdos de codeshare con aerolíneas estadounidenses en vuelos hacia y desde Estados Unidos, lo que impacta la conectividad y la capacidad de generar ingresos a través de alianzas internacionales. Estos acuerdos son fundamentales para las aerolíneas que dependen de conexiones en mercados globales.
En resumen, descender a Categoría 2 bajo el IASA implica no solo restricciones operacionales y de crecimiento para las aerolíneas de Argentina, sino también un golpe a la percepción internacional de la seguridad aérea del país afectado, que debe trabajar rápidamente para recuperar la confianza de la FAA.
Se complicarían los vuelos con destino a Estados Unidos
A través de un comunicado, ANAC indicó que Argentina posee ese status desde 2005 "pero se encuentra en riesgo de descender a la Categoría 2 como producto de las malas gestiones de gobiernos anteriores en el manejo de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), y que lamentablemente hereda esta gestión".
Hace menos de dos años, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) auditó a la misma ANAC para evaluar "el nivel de cumplimiento efectivo del Estado Argentino de las normas y procedimientos establecidos por ese organismo internacional, siendo los resultados poco favorables, ya que la ANAC alcanzó sólo un cumplimiento del 60.47%, cuando el promedio regional es mucho mayor".
La OACI encontró los peores resultados en los ámbitos de "organización de la aviación civil" y "operaciones". Los incumplimientos más graves correspondieron a ítems como el cumplimiento de estándares internacionales en relación al control, fiscalización y seguimiento de las operaciones de las aeronaves.
De acuerdo a información oficial, "la FAA pidió también realizar una inspección, que la gestión anterior no quiso aceptar ni recibir, por lo que se llevó a cabo recién en abril de este año, identificando ‘82 hallazgos’ a corregir, principalmente en lo referente a aeronavegabilidad, operaciones y licencias".