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¿Cansada de gastar fortuna en ropa?: así podés estar a la moda sin sacrificar tu bolsillo

Moda circular, segunda mano, rebajas, upcycling y alquileres para una moda cada vez más sostenible y acorde las necesidades de cada bolsillo
NEGOCIOS - 24 de Octubre, 2024

Vestirse bien no tiene por qué significar tener que gastar mucha plata. Hoy en día, es más fácil que nunca mantenerse a la moda sin salirse del presupuesto gracias a un abanico de alternativas de ropa accesibles y estrategias de compra inteligente.

Una de las opciones más populares para quienes desean vestir a la moda sin gastar en exceso son las tiendas de segunda mano y vintage. En Buenos Aires, tiendas de moda circular como Urban Luxury, Cocoliche, Galpón de Ropa y Bunker Buenos Aires, fueron ganando reconocimiento no solo por ser amigables con el medio ambiente, sino también por ofrecer prendas de primeras marcas a una fracción del precio original. "Prendas como tapados, camperas y zapatillas se pueden conseguir hasta un 50% más económicas", comentó Iara Weich, cofundadora de Bunker, en una entrevista con iProfesional.

Aunque clásico, pero infalible, otro truco para ahorrar es aprovechar las temporadas de liquidaciones. Las tiendas suelen ofrecer grandes descuentos al finalizar cada temporada, lo que brinda una oportunidad perfecta para hacerse con prendas de buena calidad a precios reducidos. Aunque puede ser tentador seguir las últimas tendencias, lo más inteligente es aprovechar estas rebajas para adquirir básicos atemporales: jeans oscuros, remeras básicas lisas, blazers neutros o zapatos cómodos que puedan combinarse con distintas piezas para crear múltiples looks.

En Argentina, las temporadas de rebajas son, entre el 1 de febrero y el 31 de marzo; y de invierno, entre el 1.º de agosto y el 30 de septiembre, no obstante, muchas marcas se adelantan y empiezan a liquidar en enero y en julio. "Como somos fabricantes, nuestros productos de por sí tienen precios más convenientes, pero así y todo, en épocas de liquidación hacemos rebajas de al menos un 20%", dice Lorena Guiñazú de Miss Zapatos, desde su local de la calle Bogotá en Flores (CABA).

Cada vez más consumidores optan por comprar directamente a fábricas. Este tipo de compras permite acceder a prendas de excelente calidad a precios significativamente más bajos que en las tiendas tradicionales, ya que se eliminan intermediarios. Un claro ejemplo de esto es dfac, una marca de indumentaria básica que vende sus productos a través de su propia tienda online. Se centran en la eficacia productiva para ofrecer al consumidor final la mejor calidad a los mejores precios. Fabrican remeras, buzos, ropa interior y medias lisas en colores clásicos y atemporales como blanco, negro y gris. Por ejemplo, actualmente un pack de dos remeras básicas para mujer se vende a $23.680, y un buzo unisex se puede conseguir desde $33.050. Esta estrategia no solo reduce los costos de intermediación beneficiando al consumidor en términos de ahorro, sino que también asegura un control de calidad en la producción.

Rediseñar, otra apuesta barata y sostenible

Según la fundación Ellen MacArthur, cada año en el mundo se pierden unos u$s500.000 millones por indumentarias que apenas se usan, no se donan, no se reciclan y terminan en las áreas de descarga como es el caso del desierto de Atacama ubicado en Chile, donde se acumula 94.000 toneladas de ropa en desuso.

Ante este impacto negativo del fast fashion, rediseñar y reutilizar aquellas prendas olvidadas en el fondo del placard se presenta como una oportunidad de colaborar ambientalmente y, para ahorrar plata. Modistas y diseñadoras de indumentaria ofrecen servicios de costura para transformar piezas pasadas de moda en modelos renovados y a medida.

En la ciudad de La Plata, Mariel de Needles and Pins se dedican a esta práctica de upcycling. "Lo que más me piden son transformaciones de prendas grandes, como camperas, tapados o vestidos que ya no están de moda. Con pequeños cambios, como ajustar el talle, agregar bordados o cambiar el largo, logramos darles un toque completamente nuevo", cuenta Mariel.

"La mayoría de las veces, la ropa que me traen es de excelente calidad, heredada de una tía o una abuela. Son prendas que, si hoy las quisieran comprar, resultarían carísimas, y además tienen un valor sentimental muy importante para ellas. Dependiendo de qué tipo de prenda hablemos, una refacción puede arrancar de los $50.000", agrega.

Para aquellos que disfrutan variar constantemente su vestuario, pero no desean acumular más ropa, las plataformas de alquiler de prendas son una tendencia en el mundo, aunque aún no tan habitual en Argentina. No obstante, sí existen emprendedores que se dedican a alquilar vestidos y trajes para grandes celebraciones como casamientos o cumpleaños de 15.

En definitiva, vestirse bien y ahorrar plata es posible. El secreto es ser creativo, consciente y estratégico al momento de comprar ropa, disfrutando de la moda sin que eso signifique comprometer el bolsillo.

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