Pesca ilegal: cómo es la estrategia que utiliza China para depredar el Atlántico Sur utilizando barcos argentinos
La avanzada china para hacerse con los recursos pesqueros del Atlántico Sur no se acota al despliegue de la flota que cada año depreda sobre todo el calamar en esta parte del mundo. A los más de 350 buques de ese país que operan en el límite de la milla 201, parámetro que fija la existencia ya de aguas internacionales, hay que añadirles una flota que, integrada por embarcaciones de la misma Argentina, operan al servicio de la voracidad pesquera asiática. Mediante asociaciones, arriendos, y hasta la entrega de licencias de pesca, China controla, también, la mayor parte de la "armada" doméstica que se ocupa de la captura industrial del calamar. En muchos casos apelando a buques con bandera, tripulación y oficiales nacionales, la potencia domina un negocio de saqueo marítimo valuado en más de 700 millones de dólares anuales.
La estrategia de depredar utilizando directamente los barcos argentinos que aplica China fue expuesta en un informe de la organización The Outlaw Ocean Project donde, entre otros aspectos, se indicó que ese país controla al menos 62 buques de firmas nacionales que pescan calamar.
"Muchas de estas empresas han estado vinculadas a una variedad de delitos, entre ellos el vertido de pescado en el mar, la desactivación de sus transpondedores y la evasión y el fraude fiscal. Los registros comerciales muestran que gran parte de lo capturado por estos buques se envía de vuelta a China, pero parte del marisco también se exporta a países como Estados Unidos, Canadá, Italia y España", aseguró.
De qué forma China se asegura la pesca ilegal en aguas argentinas
"China no ha ocultado que este enfoque influye en sus ambiciones más amplias. En un artículo académico publicado en 2023, funcionarios pesqueros chinos y representantes de Zhejiang Ocean Family explicaron cómo han recurrido en gran medida a empresas chinas, por ejemplo, para penetrar en las aguas territoriales de Argentina mediante ‘métodos de arrendamiento y transferencia’, y cómo esto forma parte de una política global", añadió.
De esa forma, la potencia se garantizó un dominio "desde adentro" de las embarcaciones que realizan capturas ya en aguas nacionales. Se trata de una alternativa sutil frente a la largamente denunciada irrupción ilegal que lleva a cabo la mega flota que cada año se instala muy cerca de Comodoro Rivadavia.
"… en los últimos años, desde América del Sur hasta África y el lejano Pacífico, China ha adoptado cada vez más una estrategia ‘más blanda’, ganando el control desde adentro al pagar para ‘abanderar’ sus barcos para que puedan pescar en aguas nacionales", señala el informe, subrayando que esa opción "tiene menos probabilidades de resultar en enfrentamientos políticos, mala prensa o hundimientos de buques".
"En 2017, un año después de la incursión ilegal y hundimiento del Lu Yan Yuan Yu 10, el Consejo Federal Pesquero de Argentina emitió un anuncio que pasó casi desapercibido: otorgaba licencias de pesca a dos buques extranjeros que les permitirían operar en aguas argentinas. Ambos navegarían bajo bandera argentina a través de una empresa fachada local, pero su verdadero propietario ‘beneficiario’ era la CNFC (China National Fisheries Company)", aseguró The Outlaw Ocean Project.
La organización señaló, además, que Jorge Frías, presidente del sindicato de capitanes de pesca argentinos, incluso reconoció que, en los barcos con bandera argentina, "los chinos son los que mandan. Los capitanes son argentinos, pero los patrones de pesca, que son chinos, deciden a dónde ir y cuándo".
En su informe, The Outlaw Ocean Project afirma que las autoridades argentinas son permisivas con China a partir de la entrega de "miles de millones de dólares en swaps de divisas e inversiones, lo que ha proporcionado un salvavidas crucial en medio de una inflación interna galopante y una creciente vacilación de los inversores internacionales". La organización no titubea en afirmar que "ese dinero ha comprado influencia política".
China además acrecentó el tamaño de su flota de pesca ilegal
A la par del empleo de buques nacionales, China incrementó las acciones de su flota de pesca ilegal en esta zona del mundo.
El tamaño de la flota creció al menos un 800 por ciento en la última década y todo indica que la potencia asiática incentivará aún más el arribo de sus embarcaciones al Atlántico Sur. Se estima en al menos 350 el número de barcos chinos que cada año pescan en ese apartado de la Patagonia.
Aunque su foco está puesto en la captura intensiva del calamar, lo cierto es que las unidades capturan todo tipo de especies protegidas y no respetan ningún tipo de temporada de reproducción o veto. El negocio de depredación que llevan a cabo los barcos asiáticos mueve más de 700 millones de dólares al año.