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Expertos y emprendedores revelan las claves para perder el miedo e iniciar un negocio propio

Para ser tu propio jefe y manejar tus tiempos; los dos motivos más valorados a la hora de emprender, antes hay que superar el miedo a fracasar
11/08/2024 - 06:24hs
Silvia Marino, licenciada en psicología

Emprender tiene sus pros y sus contras. Salir de la zona de confort e iniciar una nueva empresa requiere conocimiento, una cuidada planificación y una dosis de coraje, sobre todo en tiempos de incertidumbre económica. Pero también es necesaria cierta preparación emocional para enfrentar un posible fracaso. De hecho, los empresarios suelen decir que la primera cosa que debieron aprender fue a perder y no a ganar. Emprender lleva necesariamente a un cambio, implica una transformación de mindset y de acción.

En este sentido, la licenciada en Psicología y autora del libro Desatar lo atado, Silvia Marino, señala que trabajar por cuenta propia "implica aprender a gestionar la incertidumbre para que la ansiedad no abrume pues, básicamente, hay que poder manejar varias situaciones a la vez".

 "Todo emprendimiento es una historia de vida. El emprendedor no tiene jefes, no tiene quien le diga qué hacer, no espera sentado que llegue una solución, sino que busca, pelea, pero ante todo está convencido de que su objetivo es posible", resume.

Visión y pasión: la brújula del emprendedor

La clave esencial es la organización de la agenda de objetivos y acciones, pero principalmente, hay que tener en claro la visión, que es una suerte de brújula que habrá que atender en caso de que se presenten dificultades.

Un buen ejemplo de esto es el caso de Patricia Rosselli. Trabajó por más de 19 años en relación de dependencia y, cuando llegó el momento de jubilarse, empezó a cranear su proyecto propio, sabiendo que sus ingresos, a partir de ese momento, no serían suficientes para sostener su estilo de vida.

Así fue como se formó en un arte antiquísimo como el mosaico y hoy hace trabajos por encargo y da clases en el Centro Cultural Lucena en Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires.

Roselli estudió mosaico contemporáneo, veneciano, trencadís, vitromosaico, y muralismo sobre superficies en volumen, arte en vidrio, vitraux y técnicas de cemento para soportes, y debió destinar parte de sus últimos sueldos fijos a armar su taller y comprar herramientas.

"La verdadera dificultad de los trabajos independientes es lidiar con el aspecto económico porque el mosaico no es una actividad barata. Las herramientas y materiales son caros. Un azulejo cuesta $3.000 y para hacer un cuadrito necesitas uno amarillo, uno rojo, otro azul y uno blanco para fondo. Uno debe aprender a cotizar y armar un presupuesto basándose en dificultad y horas de trabajo. No es fácil ponerle precio al arte. Consolidar un tarifario es imposible porque en otras ciudades de América Latina se cobra u$s1.000 el metro cuadrado, pero en Argentina es imposible manejar esos números", detalla la emprendedora que además por las clases cobra desde $15.000 sin materiales.

Lo más difícil para  Patricia Roselli fue aprender a cotizar su trabajo en base al esfuerzo y los materiales, que dice, no son baratos
Lo más difícil para Patricia Rosselli fue aprender a cotizar su trabajo con base en el esfuerzo y los materiales, que dice, no son baratos

Claridad y persistencia

Por otro lado, Marino enfatiza la importancia de ser consciente de los recursos y oportunidades necesarios para alcanzar las metas. Recordar siempre el propósito y el motivo por el que se comenzó el proyecto, no solo en el ámbito laboral, sino también en la vida personal, es clave. Esto, remarca, le dará sentido al esfuerzo y, frente a los inconvenientes, encontrarás la fuerza y la persistencia para seguir adelante.

Gabriela Wiesztort, pediatra desde hace 18 años, decidió hace ocho meses embarcarse en un proyecto comercial sin experiencia alguna. Con ahorros propios y junto a su pareja, Christian, fundó en el centro porteño Café Rivarola, un sueño que tuvo desde que tiene uso de razón.

"Afortunadamente, va creciendo día a día y, además, sigo trabajando como médica, con un gran esfuerzo, pero posible de cumplir. Creo que encontré otra pasión fuera de la vocación que tengo como médica, que me permitió proyectar y concretar el sueño de Café Rivarola", afirma.

Sin embargo, reconoce que debió enfrentar el prejuicio interno de cómo, siendo profesional, con un relativo buen pasar, se le ocurría iniciar un proyecto de esta envergadura. "Así, con un dilema casi moral de cómo iba a dejar de cumplir mi profesión de manera exclusiva; sumado al juicio de colegas y amigos que me decían que no iba a poder llevar a cabo ambas actividades", cuenta.

Gabriela Wiesztort es pediatra y para animarse a emprender tuvo que vencer sus propios prejuicios y probarse que podía con todo
Gabriela Wiesztort es pediatra y para animarse a emprender tuvo que vencer sus propios prejuicios y probarse que podía con todo

Teniendo en cuenta la experiencia de las emprendedoras, Marino da las siguientes recomendaciones para quienes como ellas quieran darle un cambio a su vida:

"Asegurate de que tu plan esté alineado con tus valores y con la persona que deseas ser". Los valores, explica, son sistemas de creencias que sirven especialmente para juzgar lo que está bien y lo que está mal en la vida; son nuestros juicios acerca de lo que vale la pena.

Marino también explica que hay que aprender a gestionar las emociones, pues "se presentarán diferentes estados emocionales como euforia, decepción, frustración, enojos, hasta ataques de ira, entusiasmo, adrenalina y, probablemente, el emprendedor experimente sensaciones corporales que desconocía".

"No tengas miedo de equivocarte, cada error es una oportunidad para aprender y mejorar". La perseverancia es clave; el emprendimiento puede ser desafiante, así que, agrega la psicóloga, es clave mantener la determinación y la persistencia para superar obstáculos y alcanzar las metas.

Las dos emprendedoras, Roselli y Wiesztort, demuestran que a la hora de montar un proyecto propio es requisito identificar el propio potencial y trazar metas practicables. Pero, recuerda Marino, es importante estar preparado para fracasar, rearmar objetivos y relanzar el negocio. Emprender e independizarse "es un camino de ida" y la mentalidad emprendedora se construye estudiando, innovando, capacitándose y aprendiendo de errores propios.

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