El empresario belga Pieter De Nul se quedó con el premio más deseado del campo argentino
Aunque es empresario y está acostumbrado a manejarse en la incertidumbre, reconoce que está nervioso y que hace días que no duerme pensando en ese toro que mira esperanzado mientras habla con iProfesional. El empresario es Pieter De Nul y el toro es Centenario, un Angus negro de pedigree que, bajo la mirada de sus dueños, descansaba echado en la paja del Box 366 para, unas horas después, desfilar y ser condecorado con el título de Gran Campeón Macho durante la 136° Exposición Rural que se llevó a cabo la semana pasada en la Sociedad Rural Argentina.
El multifacético empresario, que está casado con una argentina y es padre de dos niños pequeños, decidió invertir en toros cuando hace unos años, paseando por la Sociedad Rural Argentina, se cruzó con una vaca que había nacido, como él, un 5 de octubre. Como si fuera una señal, removió cielo y tierra para que le vendieran al animal. Desde entonces, reconoce que no puede parar y que la ganadería se ha vuelto un hobby y una gran pasión: ya invirtió en siete toros y 25 terneros nacerán en lo que queda del año; todos animales de elite.
"Si yo estoy nervioso, no me quiero imaginar cómo estará él, que se dedica a esto y trabaja con la raza desde siempre y todos los días", agrega De Nul señalando a Francisco Gutiérrez, el titular de la Cabaña Tres Marías, una firma de Benito Juárez (Provincia de Buenos Aires) que, desde hace tres generaciones, se especializa en el mejoramiento genético bovino y a quien eligió de socio para la selección genética y manutención.
"Acá -dice Gutiérrez indicando el recinto- están los mejores toros del país y, sin exagerar, del mundo, teniendo en cuenta que los mejores son los argentinos, los norteamericanos y brasileños", afirma el criador, quien con Centenario suma 25 ganadores desde 1971: 15 machos y 10 hembras.
El éxito en la pista central
Mientras le colocaban a Centenario sus cucardas y cubrelomo de campeón, dijo el jurado canadiense: "Es un toro bien balanceado, que pese a su tamaño camina con la elegancia de un ternero, tiene clase y buena musculatura".
El empresario belga coincide con el jurado, sabe que tiene un toro fuerte, pero reconoce que lo suyo son los negocios, que él de genética no entiende demasiado y que eso se lo deja a los Gutiérrez, los expertos. "Yo ya hice mi aporte genético concibiendo dos niños argentinos, ahora les toca a los toros", bromea entre risas sin quitarle la vista a Centenario, ese toro de 1150 kilos que, sin saberlo aún, en dos horas le dará al empresario y a su otro socio en esta aventura, Joaquín Cassagne, una alegría enorme que los hará saltar eufóricos en el sector dos de la pista central de Palermo.
"Mi familia en Bélgica tiene campos, pero nadie se dedica a la ganadería. Fue viviendo en este país, que amo profundamente, que también me enamoré del campo y me encantaría que el día de mañana mis hijos, cuando sean grandes, también hereden esta pasión que, además, como inversión es más estable que otras. Tengo amigos que invirtieron en soja y el año pasado, por la sequía, perdieron cientos de miles de dólares. Con los animales es diferente, siempre hay alguna alternativa", afirma.
Centenario, que se consagró llevándose el premio Gran Campeón, no es la primera vez que compite en Palermo. Lo hizo como ternero menor y, el año pasado, fue el tercer mejor toro. Además, un hijo suyo fue Reservado Campeón Ternero en esta misma exposición.
"Es increíble. Siento una alegría indescriptible. Es el resultado de mucho trabajo y dedicación de todos los que forman parte del equipo", dice exultante De Nul mientras, entre fotos, abrazos y felicitaciones, intenta asimilar el triunfo de su toro Angus, ahora como Senior.
El futuro parece prometedor para Pieter De Nul y su aventura en la ganadería. Aunque no tiene planes concretos, por el entusiasmo que le generó el triunfo de Centenario, en broma, pero quizás un poco en serio, aunque aclara que, quizás más adelante, dice que fantasea con fundar su propia cabaña. Pero vuelve a la realidad y se sincera: tiene mucho para aprender, por lo que los toros Angus, al menos por ahora, seguirán siendo un pasatiempo.