Por qué una de las principales constructoras en el país está al borde del abismo
En mayo del año pasado, las autoridades de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA) advirtieron al directorio de Dycasa que, según la lectura de los estados financieros trimestrales de la empresa correspondientes al primer trimestre, surgían resultados no asignados negativos que insumen las reservas y el 76,43% del capital ajustado.
Es decir, la constructora operaba con patrimonio neto negativo, a pesar de que sus ejecutivos intentaron diversas soluciones para revertir el déficit, como la renegociación con clientes, la presentación de reclamos ante el anterior Gobierno y otras variantes.
La solución llegó desde Europa, más precisamente desde España, país sede de los dueños de la constructora. Es decir, de Dragados S.A, que posee el el 66,10% del capital y el 88,88% de los votos computables de Dycasa.
La sociedad europea era, a la vez, acreedora de Dycasa, en casi 7 millones de euros que eligió no cobrar para "contribuir al funcionamiento de la sociedad", tal como lo explicaba en una nota enviada el miércoles 21 de junio del año pasado a la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Derechos subordinados
En aquel momento, el holding español propuso lo que se llama una "oferta de subordinación" de esa deuda que se consolida y se incluye en su totalidad en un nuevo acuerdo para reclamar el pago recién dentro de 10 años, desde la fecha de su concesión, pero que a la vez tiene el derecho incondicional de no atender a la devolución del préstamo y al pago de los intereses ante cada requerimiento.
La propuesta, que fue aceptada por el directorio de Dycasa, también incluyó el pago de intereses aunque de carácter facultativo a una tasa nominal anual del 12% que se calcularán por mes calendario y que se pagarán una vez cada 12 meses.
También se llevó a cabo una evaluación de la situación de Dycasa y de sus necesidades de financiamiento y de posibilidades alternativas de obtenerlo teniendo en cuenta que venía acumulando serios problemas financieros y millonarias pérdidas que sufre desde hace ya varios años como las del 2022 y 2021 que fueron de $5.308 millones y $384 millones, respectivamente.
El 2023 no fue la excepción y la constructora cerró su balance con un rojo de $7.296 millones y, de nuevo, patrimonio neto negativo.
Actualmente, Dycasa se dedica a la construcción de obras, la prestación de servicios relacionados con la construcción, y la participación en sociedades que tengan por objeto actividades conexas.
Cuenta con un volumen de obras y servicios en cartera a ejecutarse en los próximos dos años de $22.359 millones, y sus ejecutivos anticipan que continúan con la búsqueda e investigación de nuevos negocios, tanto en obras como servicios, afines a la construcción.
Si bien la empresa apuesta al cambio de escenario a partir de la llegada del gobierno de Javier Milei y sus ejecutivos consideran que se encuentran en buenas condiciones para poder concretar los compromisos asumidos y enfrentar nuevas oportunidades de negocios, lo cierto es que el futuro no se le plantea optimista.
La propia compañía lo admite en un informe enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV) en el cual sostiene que, tras el cambio de gobierno, y con las primeras medidas tomadas por la nueva administración, que incluyeron una devaluación del 119%, desregulación de varias normas económicas y del funcionamiento del Estado, se
produjo una inflación muy alta en diciembre de 2023 y enero de 2024 que afectó sus negocios.
De hecho, señala que la fuerte reducción del gasto e inversión pública que adoptó Milei, "generaron una caída importante de la actividad económica en diversos sectores, incluido el de la construcción".
Además, el informe recuerda que las estimaciones del mercado indican que el PBI se contraería en promedio un 3,7%, y la recuperación comenzaría en 2025 con un crecimiento estimado del 3,2%.
Asimismo, advierte que la caída en la actividad estimada para este año, generaría un incremento en el desempleo que llegaría a niveles del 8,2%, además de que la inflación se mantendría en niveles muy elevados, incluso superiores a 2023, pero con una tendencia mensual decreciente a partir de los próximos meses.
Obras frenadas
En lo que respecta al sector de la construcción, para los ejecutivos de Dycasa el inicio del año fue "muy particular", ya que se produjo una caída importante de la actividad, que se ve reflejada en el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) que en enero mostró una disminución del 21,7% con respecto al mismo mes del año anterior.
De todas formas, esperan que en los próximos meses la situación se normalice y se reactiven las obras que se encontraban en ejecución.
Entre sus planes figuran profundizar su participación en obras privadas en las infraestructuras de la minería, en las inversiones industriales, y en obras públicas con financiación de organismos internacionales o con financiación privada (concesiones), de forma de mantener el volumen de nuestra actividad principal de construcción.
Entre las obras en cartera figuran viaductos, obras viales y obras hidráulicas y de saneamiento y durante este año espera que se concreten importantes inversiones del sector privado en minería, obras de energía, plantas industriales en las cuales pretende participar activamente a través de la presentación en dichas licitaciones "para mantener e incrementar su cartera y su volumen de negocios".
En Dycasa entienden que la empresa, que posee más de 50 años de trayectoria, es líder en su segmento de negocios, y altamente competitivos, tanto en el sector público como en el privado.
Complejo escenario
De todos modos, en la empresa saben que el contexto económico-financiero actual es complejo y con alta volatilidad, además de haber sido afectado por las primeras medidas del gobierno de la Libertad Avanza como impulsar una fuerte devaluación del tipo de cambio, que produjo una aceleración de la inflación.
Recuerdan además que el año pasado sus actividades se vieron afectadas por las limitaciones en las importaciones, la sequía, y la elevada inflación, que fueron los principales factores que impidieron estabilizar la economía y que produjeron un empeoramiento del escenario nacional.
"La inflación es uno de los principales problemas económicos de este año, alcanzando un 211,4% frente a un 94,8% del año anterior, representando el nivel más alto de los últimos 30 años", detalla el informe de Dycasa enviado a la CNV.
Parálisis generalizada
Respecto a la construcción donde opera, hace mención a informes de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) y señala como "delicada" la situación que atraviesa el sector, con una parálisis generalizada de la obra pública, con cerca de 3.500 proyectos inconclusos en todo el país, "lo que pone en riesgo la actividad de las empresas y los empleos asociados a dichas obras".
También advierte sobre el retraso de los pagos, el impacto de la elevada inflación, las altas tasas interés y la pérdida de capital de trabajo.
Por eso, sus ejecutivos apuestan a dialogar con el Gobierno en busca de una estrategia que permita superar esta situación y reactivar la obra pública en Argentina.
De todos modos, insisten en que la tendencia empeoró en enero pasado, destacándose caídas del 61,9% en ventas de asfalto; 40,6% en yeso; 38,6% en hierro redondo y aceros para la construcción, y 28,6% en hormigón elaborado, entre otras.
Números negativos
En este contexto, el Patrimonio Neto de la sociedad es de $1.335 millones, lo cual representó una caída del 72% con respecto al del ejercicio anterior ajustado por inflación.
También se le derrumbaron las ventas en un 41% y alcanzaron los $21.507 millones, su margen bruto ascendió a un valor negativo de $1.927 millones, afectado por el efecto de la inflación, debido a que las redeterminaciones de precios de las obras no reconocen el impacto real de la suba de costos.
Además, dichas redeterminaciones sufrieron demoras importantes en su aprobación y pago, generando también un perjuicio financiero a la constructora.
Los resultados financieros ascendieron a un valor negativo de $4.445 millones, siendo muy similares al ejercicio anterior. Sin embargo, la sociedad tuvo que afrontar un mayor costo financiero como consecuencia de mayores necesidades de crédito, debido a las demoras que han tenido los distintos organismos en la aprobación y pagos de certificados de redeterminaciones de precios, y por otra parte también se originaron en el fuerte incremento de las tasas de interés, que superaron ampliamente el 100% nominal anual.