Cuánta plata ganás siendo "cliente espía" y cómo podés conseguir trabajo
En tiempos donde la búsqueda de ingresos adicionales es constante, surge una opción peculiar: el trabajo de cliente espía o mystery shopper. Su tarea es visitar un negocio específico bajo la apariencia de un cliente común, mientras con una cámara oculta va registrando cada interacción, detalle y condición del lugar.
¿Cómo funciona esta actividad? Los clientes espías realizan tareas sencillas, como comprar un producto o consultar precios, pero con la peculiaridad de que su misión principal es ir registrando discretamente con una cámara diversos aspectos, como la atención al cliente, la calidad del producto y la limpieza del establecimiento, entre otros, siguiendo un conjunto de pautas y criterios preestablecidos por la empresa contratante.
Los horarios son flexibles y el pago por misión completada puede variar entre los $4.500 y los $20.000, dependiendo de la complejidad y duración de la visita. Así, en una semana de trabajo, haciendo al menos una visita por día, un cliente espía puede ganar alrededor de $31.500.
"En algunos casos, por la complejidad de la operación, hemos llegado a pagar $23.000 la visita. Pero además del fee, el cliente espía se queda también con el producto que adquirió, siempre y cuando, por supuesto, cumpla con determinados estándares de calidad que nosotros les comunicamos y formamos al momento de reclutarlos", cuenta Jésica Mateo, directora Comercial y de Marketing en Gett, una empresa cordobesa especializada en monitoreo de experiencias de clientes.
Cómo convertirse en "cliente espía" y ganar plata
El mystery shopping es muy utilizado por empresas que tienen sucursales como las franquicias. Se trata de una herramienta que permite ver el negocio desde la perspectiva y la mirada de los clientes para que luego la empresa que contrató el servicio de auditoría pueda diseñar un plan de mejora de acuerdo al informe detallado que le entregan sobre sus puntos de venta. En Gett le cobran a las empresas por la auditoría y el informe desde $18.000 + IVA, más el gasto de la compra que el cliente espía deba realizar.
Al cliente espía le puede tocar desde ir a tomar un helado hasta entrevistarse con un vendedor de autos en una concesionaria. El objetivo siempre es evaluar la operación y cómo el punto de venta interactúa con el cliente para que luego la empresa pueda, basándose en la información recolectada, diseñar un plan para mejorar sus procesos, corregir deficiencias y garantizar una experiencia óptima para sus clientes reales.
Los clientes espía de Gett usan cámaras ocultas, pero lo cierto es que hay también otras empresas que no las utilizan. Eso sí, en estas otras, una vez completada la visita, los clientes espía tienen que elaboran un informe detallado que incluya sus observaciones, comentarios y sugerencias.
Cómo es el proceso de reclutamiento para trabajar como "cliente espía"
Gett tiene alcance nacional e internacional y recluta constantemente auditores; solo hay que estar atento a su web, que es donde publican las búsquedas.
"Este trabajo por lo general se combina con otros trabajos, por eso cada búsqueda se activa a necesidad. Abrirlas a todo el país de manera simultánea generaría una falsa expectativa, porque hoy la necesidad de trabajar es muy alta y ni hablar si se trata de la posibilidad de ganarte un extra; por lo tanto, preferimos ser cautelosos y hacerlo por región a demanda", aclara Mateo.
A los candidatos seleccionados, en su campo virtual Gett los entrenan desde cómo simular un cliente sin llamar la atención del vendedor hasta cómo filmar de manera correcta con la cámara bien camuflada. "Los auditores además tienen que aprender un guion como si fueran actores. Ellos llegan al punto de venta sabiendo qué tienen que hacer, si tienen que esperar, qué preguntar, si tienen que hacer alguna objeción, qué tienen que filmar y cuándo tienen que intervenir para decirnos por ejemplo, si el aroma o la música de la tienda es agradable o no; cuestiones que quizás escapan a la cámara", explica Mateo.
Una condición para aplicar a este trabajo freelance es que el auditor debe comprarle a Gett las cámaras que desarrollan especialmente para esta tarea. Dependiendo del modelo, el valor arranca de los $60.000, pero teniendo en cuenta ese valor, desde la empresa calculan que aproximadamente en 10 auditorías podrían recuperar la inversión. "Sabiendo que el getter -como en Gett llaman a los clientes espía- está adquiriendo una herramienta de trabajo y que estará dándonos un servicio, les ofrecemos un set de auditorías que les permita recuperar la inversión rápidamente", aclara Mateo.
En algunos casos, el auditor necesitará tener movilidad propia, ya sea para trasladarse a zonas remotas o sencillamente, como Mystery shopper, cargar nafta, pedir un cambio de aceite o solicitar un servicio de grúa.
Respecto al perfil de los candidatos, Mateo explica que el único requisito es que sea mayor de 18 años. No se requiere experiencia previa ni se piden candidatos por género; lo único que espera Mateo es que sean personas bien detallistas y comprometidas con la idea de agregar valor a cada una de las auditorías que realizan. De hecho, avisa que en Gett trabajan con evaluaciones de desempeño, de modo que sus propios clientes puedan también calificar a los auditores; calificaciones que en muchos casos se traducen en propinas cuando son beneficiosas.