Argentinos ahora pueden invertir en departamentos para clase media en Uruguay
Alberto Primavesi es un uruguayo que vive en Estados Unidos desde hace años. Vinculado al mundo de la construcción, el CEO de Cudler Company construye viviendas sociales en Maldonado. A contramano de la tendencia general en esa zona, donde las torres de lujo en primera y segunda línea de playa acaparan el interés de constructores e inversores, Primavesi apuesta a levantar casas para los trabajadores. Un desafío que conoce bien porque ya lo hizo con éxito en Detroit.
"Un día, me dije: '¿Por qué estoy haciendo casas para los americanos si las podría hacer en Uruguay para mi gente?' Entonces empecé a averiguar y hablando con personas de la intendencia de Maldonado, efectivamente me dijeron que había una necesidad de viviendas sociales para personas trabajadoras del municipio. El plan del gobierno era construir unas 50.000 viviendas y solo hay 10.000, es decir, aquí hay un déficit. Esto me interesó porque tiene un costado social que me encanta, está lejos del glamour de Punta del Este y además tiene un margen de crecimiento enorme ya que el mercado de lujo aquí está casi saturado", sostiene el desarrollador.
Oportunidad de inversión en viviendas para argentinos
La inversión típica del argentino en Punta del Este -invertir desde el pozo en un piso al que luego habrá que encontrarle un comprador y pagar las elevadas expensas mientras tanto- ya fue: ahora los argeninos buscan invertir en viviendas sociales que demandan menos dinero y tienen comprador asegurado.
El inversor entra el día uno con u$s80.000 por unidad y en 18 meses está cobrando el monto que puso más la rentabilidad. "Para el argentino, Uruguay es una plaza siempre atractiva por la seguridad jurídica que brinda. Muchos que se interesaron me pidieron poder pagarlos en cuotas para comprar de a dos o tres unidades. Para ellos tenemos un plan de pagos a 10 meses. Hay que aclarar que es una inversión de entrada y salida, el inversor no se puede quedar con la propiedad parque el fin es que se la demos a un trabajador", aclara el desarrollador.
Comparado con el mercado de lujo esteño, el CEO de Cudler Company sostiene: "Yo no estoy construyendo para ver a quién se la voy a vender. Yo lo estoy construyendo porque ya está vendido, el riesgo es muy bajo. Acá el inversor no tiene la incertidumbre de qué va a hacer con el departamento: el destino de la propiedad ya está resuelto. Para aquel que compra en una torre de lujo es una lotería porque hoy tenés 500 o 600 apartamentos disponibles, es decir, hay mucha competencia en ese segmento", plantea y asegura que hay muchos argentinos que se mostraron interesados en invertir en este nuevo mercado.
Primavesi trabaja en simultáneo en tres proyectos de viviendas sociales: uno es de 240 departamentos, otro de 150 dúplex y el tercero es de 28 unidades, también en dúplex. Ninguno supera los 60 metros cuadrados, que es lo máximo permitido por ley para este tipo de viviendas.
"Se trata de una oportunidad de inversión a bajo costo con una rentabilidad del 18 o 20% en dos años -asegura-. La gran ventaja es que es que ya está vendido por la por la cantidad de gente que está esperando una vivienda de estas características", cuenta.
Fácil acceso al crédito
En Uruguay, el acceso al crédito es más sencillo que en Argentina. Estos desarrollos, por ejemplo, cuentan con el respaldo del Banco Hipotecario y el Ministerio de la Vivienda. "El Banco Hipotecario es el que va a financiar al comprador final el 70% de la vivienda. Ellos calculan una cuota mensual de u$s400 (unos 16 mil pesos uruguayos) similar al costo de un alquiler promedio, y por otro lado el lado del Ministerio de la Vivienda les subsidia el 30% del valor de la unidad, o sea, el trabajador no tiene que poner el 30% anticipo".
Las cuotas se indexan según la inflación, que en Uruguay es aproximadamente del 6% anual. El nivel de morosidad es de bajo a muy bajo. "Una familia uruguaya en la que ambos trabajan puede juntar unos 3000 dólares al mes. Realmente es una cuota que no es difícil de pagar. Y el uruguayo lo primero que paga es el alquiler, la tasa de no pago es mínima", asegura el CEO de Cudler Company.
Cómo son las viviendas
En cuanto a las unidades, Primavesi sostiene que busca que sean de calidad y tengan zonas de espacios verdes, con canchas de fútbol y básquet y parrilleros individuales. "Van a ser de dos dormitorios con un baño y medio, o sea, un baño completo y un baño de visita. Los duplex van a tener su fondito con el parrillero y un espacio guarda coche en la puerta. Vamos a darle terminaciones buenas porque no por ser una vivienda social, vamos a ahorrar en esos detalles. Tenemos procesos de construcción preestablecidos, hay algunos que son premoldeados que hacen que sea mucho más rápida la entrega".
La pregunta es por qué no hay más interesados en construir viviendas sociales si el mercado de lujo está saturado. "Es muy simple: este es un negocio con un fin social y la ganancia es menor. Tenemos mucha gente que está esperando su casa, pero estamos muy limitados con todo porque el gobierno fija el precio de venta y para el constructor obviamente es bastante menor la ganancia, por eso es mejor hacer Le Parc 4, al que le pueden sacar más dinero, que este tipo de viviendas. Igual lhay que decir que as torres de lujo están costando venderlas", reconoce Primavesi.
El plazo de construcción es de 18 meses. Cuando se terminan las viviendas, el Banco Hipotecario le paga a la constructora y la constructora hace lo propio con los inversores.