El éxodo no se detiene: ahora un gigante de los juguetes estadounidense armó las valijas y se retira de la Argentina
Un auténtico gigante de los juguetes y el entretenimiento tiró la toalla y decidió poner fin a su presencia directa en la Argentina. A partir de argumentos como la caída en las ventas por efecto de la pérdida de poder adquisitivo que evidencia el país, combinada con un incremento en la piratería de productos y la copia de marcas, la estadounidense Hasbro dijo basta y cerró sus oficinas en el país. La compañía en cuestión, dueña de franquicias como Disney, Marvel, My Little Pony, Transformers y Star Wars se integra así al pelotón de más de 37 compañías que a lo largo de la gestión presidencial de Alberto Fernández decidieron abandonar la Argentina a raíz de variables como la crisis macroeconómica, el cepo al dólar, la inflación y la merma en los números de comercialización.
La firma norteamericana "blanqueó" su decisión mediante la disolución anticipada de la sociedad con la que operaba en el país, denominada Hasbro Argentina SA. Según se indicó desde la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), uno de los factores que empujó a la empresa a retirarse de la escena local pasaría por "un incremento en la competencia desleal".
En ese sentido, se señaló que Hasbro decidió dejar de operar de manera directa a raíz del "fraude que ocurre en el mercado, la restricción en el poder de compra de los argentinos y un mercado local, en volumen, muy poco significativo para la empresa".
Hasbro y una historia de idas y vueltas
La compañía de los juguetes estadounidense desembarcó en Argentina en 1996 y se mantuvo en el negocio doméstico hasta 2001. Luego pasó a tener presencia a partir de Cebra, una empresa que ofrecía sus productos a escala nacional, hasta su decisión de volver a operar sin intermediarios desde 2016.
"Siempre tuvo relaciones de amor odio con la Argentina. En la década del 90 abrieron su filial acá y duraron poco. Después dejaron sus marcas para que las importe una importadora nacional que además tiene cadena de jugueterías", declaró al respecto Daniel Dimare, ex integrante de la comisión de la CAIJ y actual directivo de Rasti.
"Hace unos años, volvieron a intentar con su propia filial, y ahora se van dejando la distribución exclusiva a la nacional Wabro, y la producción de juegos bajo licencia de marcas de Hasbro a fabricante local", añadió.
Además de sus franquicias, Hasbro es reconocida por fabricar juegos como el Monopoly, el Play-Doh y el Jenga, y supo poseer el control de la productora del éxito infantil Peppa Pig.
La salida de empresas, una tendencia consolidada
El retiro de Hasbro suma otro nombre al éxodo permanente que viene exhibiendo el capital trasnacional en los últimos años. Recientemente, la firma Aramark, de peso contundente en el negocio de la alimentación, decidió salirse del país.
Un par de meses antes, la francesa BNP Paribas Cardif Argentina transfirió su negocio de seguros a la local Grupo ST, mientras que la rusa TMH inició diálogos con grupos argentinos para vender su filial en el país.
A estas identidades hay que añadir la decisión de la chilena Rosen de desprenderse de su fábrica y mantener presencia a través del modelo de franquicias.
Con esas salidas concretadas o por suceder suman al menos 37 las multinacionales que abandonaron la Argentina de 2019 a esta parte.
A la par de estos casos, en julio también se conoció que la chilena Rosen, un "peso pesado" de la producción de sofás, artículos para el dormitorio y colchones vendió su fábrica en el país al Grupo Piero y sólo mantendrá presencia a través de franquicias.
Imposibilidad de girar divisas y hacerse con insumos importados, restricciones para acceder al dólar oficial, inflación acelerada e incertidumbre política y macroeconómica son algunos de los argumentos que explican la oleada de empresas que pusieron fin a sus operaciones en el país durante los últimos cuatro años.