La mayor distribuidora de electricidad del país sigue deteriorando su ecuación financiera
Tras haber definido retomar la venta de la distribuidora eléctrica en los primeros meses del 2024, gane Sergio Massa o Javier Milei, los dueños de Edesur siguen aportando fondos para sostener la equilibrada situación financiera que sigue sufriendo la compañía.
Por lo menos así surge del último balance presentado a la Comisión Nacional de Valores (CNV), correspondiente a los primeros nueve meses de este año que, si bien muestra una ganancia neta importante, también refleja que las pérdidas operativas son cada vez mayores.
En este contexto, confía en que el contexto de venta de la empresa durante el primer trimestre del año próximo se vea beneficiado con el intercambio de deuda con el Estado nacional y con los aumentos tarifarios establecidos por el llamado "Régimen Especial de Regularización de Obligaciones" y el resultado del proceso de Renegociación Tarifaria Integral.
Es decir, el grupo italiano Enel entiende que ambos acuerdos podrían permitir recomponer la ecuación económico-financiera prevista en la ley y en el contrato de concesión, "gracias a un trabajo conjunto con las autoridades que permita encontrar las soluciones necesarias para poder mantener un servicio esencial como la distribución de energía eléctrica".
Del mismo modo, en cuanto a la política operativa, prevé mantener el índice de calidad (SAIDI) alcanzado al cierre de 2022, sin considerar las interrupciones a causa del efecto climático extraordinario de marzo de 2023, en función del nivel de inversiones previsto en el presupuesto y de las eficiencias de índole operativo.
Asimismo, este año espera mantener la tendencia de reducción del índice de pérdidas de energía, reforzando las actividades de regularización de clientes nuevos y existentes.
Mejorar la cobrabilidad
Respecto de la política comercial, los ejecutivos de Edesur pretenden mantener el nivel de reclamos comerciales en los valores de 2022, y, en relación con el control de morosidad; continuar trabajando de manera importante y con mayor presencia en terreno con el fin de mantener su índice de cobrabilidad.
En este contexto, el resultado integral total del período de nueve meses finalizado el 30 de septiembre pasado de Edesur fue una ganancia de $38.460 millones, en comparación con una ganancia integral total neta de $11.941 millones del mismo período del 2022.
También incrementó los ingresos por servicios que ascendieron a $264.759 millones, contra $228.666 millones reconocidos durante los primeros nueve meses de 2022.
Según explica la distribuidora en su informe, "este aumento se debió, principalmente, a que, durante este año, tuvo un efecto de incremento del 8% en el costo propio de distribución (CPD), sumado a los incrementos del CPD del 107,81% y el 74% que se aplicaron a partir del 1° de abril y del 1° de junio pasados, respectivamente, según lo establecido en las resoluciones el ENRE".
Por su parte, la energía vendida, en términos físicos, tuvo un incremento del 2,2% en comparación con la del mismo período de 2022, en tanto el costo de explotación aumentó un 14,1%, debido a un mayor cargo por compra de energía eléctrica ($201.331 millones contra $169.429 millones).
La compañía explica el aumento a por una mayor compra de energía física del 4,5%, mientras que su precio aumentó en línea con la inflación interanual.
Resultados negativos
De esta manera, el resultado bruto del período fue una pérdida de $15.281 millones, en comparación con una de $16.812 millones para el mismo período de 2022.
Los gastos de comercialización y de administración aumentaron un 23,1% que se evidencia, principalmente, en las siguientes depreciaciones de propiedad, planta y equipo ($5.177 millones vs. $606 millones); remuneraciones ($9.863 millones vs. $8.579 millones) y amortizaciones de activos intangibles ($1.024 millones vs. $59 millones).
"Lo anterior se vio solo parcialmente compensado por menores gastos por servicios contratados ($7.512 millones vs. $9.428 millones), "explica la distribuidora
Por otra parte, durante los primeros nueve meses pasados, se reconoció una menor provisión por el deterioro de los créditos por servicios ($4.309 millones contra $5.236 millones) y se registraron otros ingresos operativos netos por $2.463 millones, mientras que, en el mismo período de 2022, se habían registrado otros ingresos operativos netos por $639 millones.
Caja en problemas
Como consecuencia de todo este escenario, el resultado operativo fue una pérdida de $49.802 millones, en comparación con una pérdida de $47.953 millones en el mismo período de 2022.
Por su parte, los resultados financieros de los primeros nueve de este año fueron una pérdida neta de $91.278 millones, en comparación con una pérdida de $87.006 millones para el mismo período de 2022. Esta variación se debió, fundamentalmente, a una mayor pérdida por diferencia de cambio ($6.560 millones vs. $1.646. millones) generada por el impacto de una mayor devaluación del peso (97,6% vs. 43,5%) sobre la posición pasiva en moneda extranjera.
El resultado por exposición a los cambios en el poder adquisitivo de la moneda fue una ganancia neta de $160.730 millones para los primeros nueve meses de 2023, en comparación con una ganancia de $161.094 millones para el mismo período del año anterior.
Venta, sí o sí
La profundización de la ecuación financiera de Edesur acelera el proceso de venta de la distribuidora, que el grupo italiano Enel tiene intenciones de retomar a partir de diciembre próximo con el objetivo de entregar las llaves de la compañía a un nuevo propietario.
El holding italiano había suspendido el cambio de dueño debido a la incertidumbre política, pero esperan desprenderse de la empresa en el primer trimestre del 2024
Considerada la mayor distribuidora de electricidad de la Argentina, con cerca de 2,5 millones de clientes, llegando a más de dos millones de hogares y abasteciendo a comercios y a grandes empresas de la Capital Federal y parte de la provincia de Buenos Aires, será más que probable que cambie de propietario en los próximos meses a pesar de que será probable que la incertidumbre política seguirá siendo un escollo.
Hasta ahora, la mayoría de los interesados que habrían presentado propuestas ante el banco español Santander, encargado del proceso de cambio accionario, son de origen local como el Grupo Werthein; actuales dueños de todos los activos de Direct TV en América latina; el empresario Alejandro Macfarlane, titular de Disvol, la sociedad que controla la distribuidora de gas Camuzzi; Electromecánica (EMA), sociedad vinculada al sector energético y el Banco Piano. También, se mencionó al Grupo Olmos, dueño de multimedios argentinos, que hasta ahora vienen desmintiendo su interés.
De todos modos, no se descarta el interés de parte de varios fondos inversores extranjeros que buscan oportunidades en países como la Argentina donde, por la crisis política y económica, pueden adquirir activos a muy bajo precio.