Las empresas no se bajan de Precios Justos, pero le piden "retoques" al Gobierno
Más de 400 empresas, que participan de Precios Justos, ya se comprometieron a continuar dentro del programa de la canasta de alimentos de más de 1.500 productos que controla el Gobierno.
A pesar de la carta enviada la semana pasada por la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) contra el programa, las principales compañías del sector decidieron no salir del esquema, por lo menos hasta fin de año.
Luego, apostarán a que el próximo gobierno que surja de las elecciones generales de octubre desactive los cepos que la gestión del presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa.
Las empresas piden "retoques", pero se mantienen en Precios Justos
Mientras tanto, durante esta semana los principales ejecutivos de estas compañías desfilarán por el despacho del secretario de Comercio, Matías Tombolini, para aceptar que se mantenga el 5% de incremento que el funcionario estableció como tope mensual, más que nada para los otros 5.000 productos que se encuentran fuera del programa pero que también controla el Gobierno.
La semana pasada circularon informaciones sobre la decisión de una decena de empresas de abandonar el esquema. Sin embargo, y a pesar de la presión de la Copal para que los aumentos de precios sean mayores y, por lo menos, se acerquen a los niveles mensuales de la inflación, el programa no tendrá retoques hasta diciembre próximo.
"Lo que hizo la organización empresarial que nos representa fue enviar un mensaje a las autoridades sobre la necesidad de establecer un consenso que nos permita retocar algunos puntos más", según explicaron a iProfesional en una de las grandes fabricantes de alimentos.
Precios Justos: molestia industrial con Michel y Tombolini
El enojo empresario con Tombolini y también con los funcionarios de la nueva dependencia, creada para controlar precios que dirige el director de la Aduana, Guillermo Michel, es por la imposibilidad de mejorar el porcentaje de suba de precios a pesar de la devaluación del 27% que el ministro Massa dispuso tras los comicios de las PASO.
Por eso, los empresarios que desde hoy se reúnan con Tombolini le pedirán que en septiembre se negocie una pauta de aumento mayor al 5% y que no se espere hasta diciembre para mejorar por la disparada de los costos que generó la devaluación.
De todos modos, en las empresas no hacen mención a algún tipo de porcentaje que les parezca "más justo", parafraseando al título del programa, sino que piden consensuar un mecanismo de recomposición que les permita ajustarse más a la realidad.
De hecho, por imposición de Tombolini, debieron retroceder en el envío de las listas de precios nuevas que enviaron a las grandes cadenas de supermercados con subas que rondaron el 30% en promedio.
"Estamos haciendo un gran esfuerzo para poder aceptar lo que nos pide el Gobierno, pero es insostenible en el corto plazo porque los costos se nos dispararon tras la devaluación y la inflación", sostuvieron en otra compañía del sector en la cual también reclamaron que el porcentaje a negociar por lo menos permita compensar parcialmente la mitad de la inflación en un mes.
Las promesas por cumplir del Gobierno
Mientras tanto, las autoridades nacionales siguen definiendo el esquema de "beneficios" que ofrecerán a las empresas alimenticias.
Es decir, estabilidad del tipo de cambio oficial hasta las elecciones generales de octubre próximo y un paquete mejoras fiscales para que no aumenten los valores de sus productos en más de un 5% mensual durante los próximos tres meses.
Por orden de Massa, Comercio está trabajando en ambas medidas que serán anunciadas en los próximos días para impedir una fuerte disparada de los precios de los alimentos, tras la devaluación del 27% ocurrida luego de los resultados de las PASO del domingo pasado.
En el caso del tipo de cambio oficial, la medida tiene que ver con que se trata del dólar que utilizan las empresas para sus operaciones, con lo cual si se mantiene estable podrían controlar que los costos no se disparen, aunque ya deben absorber los aumentos ocurridos post devaluación.
En este sentido, la respuesta del Gobierno a las quejas de las empresas es que "tienen resto" para poder asumir esa devaluación sin problemas.
La industria, por el contrario, advierte no tener colchón para mantener el mismo status quo pre devaluación explicando que sus niveles de rentabilidad están en un mínimo histórico y hasta en algunos casos que se encuentran operando a pérdida.