Menos importaciones: la mayor fabricante de pirotecnia apuesta por la producción nacional
Tras haber reconvertido sus actividades hacia nuevos negocios, que le permitieron "sostenerse" durante la pandemia del Covido-19, la principal fabricante de fuegos artificiales de la Argentina ahora busca retomar sus actividades originales y crecer en dicho mercado.
Se trata de Cienfuegos, que también fabrica, distribuye y comercializa productos de cotillón y efectos de escenario, que decidió invertir alrededor de u$s4 millones para producir en el país varias líneas de sus productos.
El objetivo de la compañía es el de ampliar sus líneas de comercialización con productos nacionales en todos sus segmentos de negocios, que incluyen cotillón; aerosoles; fuegos artificiales y máquinas de efectos.
Menos importaciones: Cienfuegos apuesta por la producción nacional
Para el área de cotillón, Cienfuegos produce localmente más de siete millones de unidades al año, mientras que la división Pirotecnia llega a 2,5 millones de unidades y la de Kantón, su marca de aerosoles, produce un millón de unidades.
Al respecto, Daniel Landeira, gerente General de Cienfuegos, sostuvo que la empresa apuesta "por invertir y producir en el país, con el foco puesto en seguir reemplazando producto importados por producción nacional.
En este sentido, el ejecutivo agregó que la empresa mantendrá "una gran inversión, tanto en infraestructura como maquinaria de última generación, para aumentar la producción, desarrollar productos nuevos y ser más competitivos".
"Creemos que este es el camino a seguir, que nos permite, por un lado, promover el trabajo argentino de calidad, y por el otro, avanzar con nuestros productos hacia nuevos mercados a nivel regional", agregó.
Para lograr este objetivo, Cienfuegos cuenta actualmente con tres plantas industriales, con maquinaria de última tecnología, ubicadas en el Parque Industrial de Pilar y dos en San Miguel del Monte, en la provincia de Buenos Aires, que destinan un total de 85.000 metros cuadrados para la producción local.
Reconversión obligada
Durante la pandemia, sumado al combate a los productos de estruendo que se ha generalizado a nivel mundial, la mayor fabricante de fuegos artificiales del país abrió nuevos segmentos de negocios.
La decisión la tomó a partir de los problemas derivados del combate al coronavirus que derivaron en la falta de eventos corporativos e incluso de festejos familiares, y también a las normas provinciales y municipales que prohíben el uso de fuegos artificiales; campañas como las de los defensores de los derechos de los animales y de personas con trastornos que los hacen más sensibles a los grandes estruendos.
En aquel momento, el mercado se fue reduciendo a unas ocho empresas locales en el marco de una crisis que se fue profundizando por las restricciones oficiales impuestas para combatir la pandemia del Covid-19, al punto de que las ventas cayeron en más de un 50% en todo el país.
En ese contexto, la compañía logró mantener las actividades y a sus 70 trabajadores a partir de la producción de aerosoles industriales y la suma de otros negocios como el de la venta de artículos de cotillón y máquinas de efectos especiales.