Edesur sigue en venta y con pérdidas cada vez más grandes
A pesar de que en su balance del primer semestre de este año muestra una ganancia neta superior a los $26.883 millones contra una de $7.756 millones de igual período del 2022, las cuentas de Edesur siguen sin cerrar de manera positiva.
Los datos de esta mayor rentabilidad se encuentran en el último informe enviado por la mayor distribuidora de electricidad de la Argentina a la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Pero esconden una especie de "trampa" ya que se trata de una ganancia producto de un asiento contable debido a menores costos financieros y al impacto que tuvo la inflación en sus operaciones durante estos primeros seis meses que, hasta junio, acumulaba un salto de 50%.
Es decir, el resultado del período para Edesur resultó un 247% mayor respecto al mismo lapso del año pasado, pero favorecido por menores costos financieros netos surgidos principalmente, de los menores intereses sobre la deuda con CAMMESA, la compañía estatal que regula el mercado.
Esto deriva de los acuerdos de regularización de deuda celebrados con la compañía, y al reconocimiento de un beneficio por impuesto a las Ganancias, mientras que, durante el mismo período de 2022, se había reconocido un cargo por este concepto.
Del mismo modo, los resultados pasan de una pérdida operativa a una ganancia neta final por el impacto de la inflación sobre la posición monetaria pasiva neta de la sociedad, lo cual indica que la caja de Edesur se mantiene en rojo y su futuro sigue siendo incierto, entre los problemas financieros que atraviesa y las versiones de posibles compradores de la empresa propiedad todavía del grupo italiano Enel.
Como se supone que la venta podría estar cerrada recién después de marzo del 2024, el directorio de Edesur mantiene sus planes a futuro confiando en que podrá acordar con el gobierno actual o con el que surja de las elecciones presidenciales de octubre próximo la normalización del régimen tarifario integral y de regularización de obligaciones.
"Esperamos que la normalización de ambos regímenes permitirán recomponer la ecuación económico-financiera prevista en la ley y en el Contrato de Concesión, gracias a un trabajo conjunto con las autoridades que permita encontrar las soluciones necesarias para poder mantener un servicio esencial como la distribución de energía eléctrica", detalla la nota de Edesur.
Edesur sigue apostando a mejorar el servicio
En cuanto a la política operativa, prevé mantener el índice de calidad (SAIDI) alcanzado al cierre de 2022, sin considerar las interrupciones a causa del efecto climático extraordinario de marzo de 2023, en función del nivel de inversiones previsto en el presupuesto y de las eficiencias de índole operativo.
Asimismo, este año espera mantener la tendencia de reducción del índice de pérdidas de energía, reforzando las actividades de regularización de clientes nuevos y existentes.
Respecto de la política comercial, los ejecutivos de Edesur estiman mantener el nivel de reclamos comerciales en los valores de 2022, y, en relación con el control de morosidad, continuar trabajando de manera importante y con mayor presencia en terreno "con el fin de mantener nuestro índice de cobrabilidad".
Hasta ahora, los ingresos por servicios de la distribuidora ascendieron a $125.192 millones, en comparación con los $110.807 millones reconocidos durante el primer semestre de 2022. Según la empresa, el incremento se debió, principalmente, a que la energía vendida, en términos físicos, tuvo una suba del 5,8% en comparación con la del primer semestre de 2022.
También influyó el incremento del 8% en el costo propio de distribución (CPD) resuelto mediante la Resolución ENRE No 75/2022 con aplicación a partir del 1° de marzo de 2022, además de los aumentos del CPD del 107,81% y el 74%, aplicables a partir del 1° de abril y del 1° de junio pasados, respectivamente, que dictó el ENRE mediante su Resolución No 240/2023.
Mayores costos de la distribuidora
Los autores del reporte destacan además que el costo de explotación de la distribuidora aumentó un 16,1%, debido, principalmente, a un mayor cargo por compra de energía eléctrica ($100.837 millones vs. $81.768 millones).
"Este incremento se explica por una mayor compra de energía física del 5,1% y un mayor precio del 11,9% (a moneda constante)", argumenta el documento.
De esta manera, el resultado bruto del primer semestre de este año fue de una pérdida de $13.215 millones, frente a los $8.369.399 que perdió en el mismo período de 2022.
En cuanto a los gastos de comercialización y de administración aumentaron un 33,6% que se evidencia en depreciaciones de propiedad, planta y equipo; remuneraciones y amortizaciones de activos intangibles.
Por otra parte, durante los primeros seis meses pasados, se reconoció una menor provisión por el deterioro de los créditos por servicios ($1.867 millones vs. $2.354 millones) y se registraron otros ingresos operativos netos por $768.219 millones, mientras que, en el mismo período de 2022, se habían registrado por $297.900 millones.
Siguen las pérdidas de Edesur
Como consecuencia de lo anterior, el documento de Edesur muestra que el resultado operativo del primer semestre fue una pérdida de $30.501 millones, en comparación con un rojo de $22.545 millones en el mismo período de 2022.
También los resultados financieros fueron negativos, con una pérdida neta de $27.437 millones contra los $39.925 millones del año pasado, variación que se debió al reconocimiento de menores intereses sobre las deudas con CAMMESA y menores intereses por préstamos con partes relacionadas.
En relación con el impuesto a las Ganancias, la sociedad contabilizó un cargo de $3.350 millones mientras que para el mismo período de 2022, había contabilizado una provisión de $10.217 millones.