Bono y feriado reabren la grieta entre empresarios y el Gobierno
El bono de $24.000 que se deberá otorgar a trabajadores formales que ganen menos de $185.000 por mes y el feriado nacional decretado para facilitar los festejos por el campeonato mundial de fútbol volvieron a abrir la grieta entre el mundo empresario y el Gobierno.
Luego de una especie de "impasse" de verano en el que los hombres de negocios y las autoridades nacionales habían ingresado tras las últimas medidas consensuadas para ir destrabando el cepo a las importaciones y reducir la inflación, las tensiones volvieron a surgir en los últimos días.
Ocurre que tanto el bono como el feriado nacional causaron un fuerte malestar en el establishment local por entender que generarán un impacto económico negativo en las ya alicaídas cajas de las empresas tanto grandes, como medianas y, en especial, pymes.
En el caso de la ayuda para aquellos trabajadores que ganen menos de $182.000 por mes, los empresarios aseguran que se trata de una medida que no fue consultada y tampoco consensuada con las entidades que representan al sector y que se aplica con un desconocimiento total de la realidad de casi todo el arco productivo, de comercio y de servicios que se encuentra estancado y afectado por la elevada inflación y las políticas contractivas que han frenado el consumo y el crecimiento de la producción.
Motivos del rechazo
El rechazo a la decisión de otorgar esta suma fija no remunerativa a los trabajadores privados del sector formal también se vincula a las dificultades que tendrán las compañías para hacer frente a esta nueva imposición del Gobierno.
De hecho, la semana pasada desde la Unión Industrial Argentina (UIA); la Cámara Argentina de Comercio (CAC); la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y otras entidades representativas de las pymes salieron a cuestionar duramente el pago de este adicional.
La avanzada en contra de este beneficio la encabezó la entidad industrial que preside Daniel Funes de Rioja desde donde salieron a expresar "preocupación" por la medida y a advertir que generará "distorsiones e imprevisibilidad" a las negociaciones paritarias que se vienen llevando a cabo a lo largo de todo el año.
"Esta metodología dispuesta por el Gobierno afecta la dinámica de recomposición del poder adquisitivo de los salarios que se viene encarando a través de las charlas entre trabajadores y empresarios industriales", sostuvo la UIA mediante un comunicado.
En el documento también se sostiene que el bono obligatorio tendrá un preocupante impacto en el sector productivo y afecta la herramienta elegida por industrias y gremios para debatir las recomposiciones salariales como son las paritarias. Para la UIA durante lo que va del 2022, las negociaciones paritarias se han reabierto y han funcionado como un mecanismo eficaz para dar respuesta al problema de la inflación que también permitió consensuar bonos u otras formas de adicionales que ahora se van a superponer con la decisión adoptada por el Ministerio de Trabajo.
"Esa superposición generará dificultades al interior de la industria, cuyas realidades sectoriales y regionales son heterogéneas", anticipa el paper.
Descontento con el feriado
Del mismo modo, los cuestionamientos al feriado nacional se hacen sentir desde el seno de las entidades empresariales por entender que se decreta en un contexto negativo para el sector, afectado por cinco meses consecutivos de baja de ventas; con negociaciones abiertas con los gremios para definir nuevos aumentos salariales por inflación; con el pago del segundo medio aguinaldo y con el bono de $24.000.
Las empresas entienden que el feriado sólo complejiza la situación delicada que atraviesan. Por caso desde CAME destacaron la importancia del título obtenido por la selección argentina, pero manifestaron su malestar ante el decreto.
"Estamos a cuatro días de la Navidad, que es una de las fechas comerciales más importantes en el año. Un feriado en todo el país perjudica las ventas de las pymes comerciales", dijo el presidente de CAME, Alfredo González.
Si bien el empresario comprende las dificultades de tránsito que se generarán en el AMBA por los festejos del nuevo título mundial de fútbol, advierte que en el interior la dinámica es completamente distinta.
"Con este feriado se genera descontento entre los comerciantes, ya que tiene un impacto económico que las pymes no están en condiciones de afrontar", resaltó.
"Entendemos la decisión del Gobierno nacional, pero no estamos de acuerdo con que se decrete feriado. Lo más lógico ante una situación excepcional como esta sería definir el día como no laborable y así es el empresario el que determina si abre o no su establecimiento", finalizó González.
La molestia de la Cámara de Comercio
Del mismo modo se expresó la CAC, entidad empresaria que rechaza el feriado nacional, a pesar de comprender y compartir "la alegría colectiva por tan destacado logro deportivo".
A través de un documento, la cámara empresaria se muestra convencida de que la celebración no debe implicar la perturbación de las actividades habituales, sean comerciales, industriales, académicas o de otra índole.
"Un día feriado implica pérdidas multimillonarias por el valor que la economía nacional deja de generar; y es especialmente dañino cuando, como ocurrió en esta ocasión –en la que hasta altas horas de la noche no se conocía el texto del decreto en cuestión– se dispone de manera imprevista y poco clara en cuanto a sus alcances", asegura la CAC.
A su vez, agrega que el feriado es particularmente perjudicial para el sector que representa, debido a que tiene lugar en las vísperas de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, cuando las ventas de numerosos rubros alcanzan los mayores volúmenes del año.
"Esta imprevista decisión se produce pocos días después de otra medida igualmente inesperada como fue el bono de fin de año definido unilateralmente por el Gobierno y que los empleadores privados deberán abonar a una parte importante de sus dependientes, sumando así presión a las finanzas de las empresas, especialmente de las pymes", recuerda el comunicado.