La crisis de SanCor provoca un masivo paro en el sector lácteo: cómo sigue el conflicto
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La crisis financiera de SanCor y la falta de avance del programa que el Gobierno había diseñado para impulsar la recuperación de la cooperativa láctea acaba de escribir un nuevo y riesgoso capítulo a partir de la decisión del gremio del sector de convocar a un paro nacional.
Así lo definió el Consejo Directivo Nacional de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea (Atilra) que además pondrá en marcha la decisión en dos formatos ya que por un lado habrá un paro total de 72 hs. en SanCor que se extenderá desde las 0 horas de este martes 29 de noviembre hasta las 24 horas del jueves 1 de diciembre.
Por otro, se llevará a cabo un paro total de 48 hs. en el resto de las empresas lácteas del país entre las 0 horas del miércoles 30 de noviembre hasta las 24 horas del jueves 1 de diciembre.
"Se trata de una posición sustentada por el Plenario de Secretarios Generales celebrado en la ciudad de Rafaela y el pedido formulado por las y los trabajadores de base que conforman la Agrupación Nacional "María Adrián Cornejo" y delegadas y delegados obreros de las distintas empresas lácteas del país en relación al tema SanCor", explica el sindicato en una misiva enviada a la prensa en la cual además le piden a los trabajadores de la industria láctea que se mantengan "alertas y movilizados".
Fuentes del sector explicaron a iProfesional que la medida "va en contra del Gobierno" por la falta de respuesta a la creación del Fideicomiso de SanCor, situación que se toma para remarcar la inacción oficial "que perjudica a miles de trabajadores".
"En un año no han resuelto nada. Nos reciben y después no pasa nada", argumentan desde el gremio, donde de todos modos ratifican la buena relación con la industria pero advierten que "no van a abandonar a los trabajadores de SanCor".
La crisis de SanCor provoca un masivo paro en el sector lácteo
El disparador de esta medida de fuerza que, por ser tan prolongada, podría causar faltantes de los productos de SanCor en las góndolas, fue la falta de avance en el plan que el propio ministro de Economía, Sergio Massa, se había comprometido a encarar hace un mes, tras una reunión con representantes de Atilra y de la propia cooperativa láctea.
En ese momento, el funcionario demostró interés en que la empresa con sede en la ciudad santafesina de Sunchales salga a flote mediante un plan de rescate y de negocios para luego definir qué ayuda y cómo se plasmará.
Tampoco se descartaban aportes de emergencia para la cooperativa, así como el otorgamiento de beneficios fiscales o impositivos y la posibilidad de una ayuda directa del gobierno nacional que en definitiva no se plasmaron, por lo menos hasta ahora.
Tampoco hubo avances en el funcionamiento del fideicomiso con fondos privados y aportes del Estado nacional para encarar ese plan de rescate que fue ideado por el ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas para terminar con la crisis de la mayor productora láctea de la Argentina.
De hecho, el grupo empresario que mostró interés en participar de esta estrategia sigue a la espera de novedades para avanzar con el plan que logró el acuerdo de los cooperativistas a principios de este año.
Sin embargo, en declaraciones a los medios, el secretario de Relaciones con la Sociedad Civil y Desarrollo Comunitario, Fernando "Chino" Navarro, puso en dudas el futuro de la herramienta financiera al sostener que no se puso en marcha por la falta de aporte de los empresarios que deberían haber desembolsado el dinero.
Es decir, José Urtubey, dueño de Celulosa Argentina; Marcelo Figueiras, propietario del laboratorio Richmond, y Gustavo Scaglione, controlante del diario La Capital, Canal 3, Radio 2 y radio La Ocho.
Los tres, junto al gobierno nacional y al de Santa Fe; Atilra y un grupo de productores lácteos crearon Fidulac, la figura societaria que engloba al fideicomiso SanCor Capital que se iba a nutrir de aportes de inversores interesados en reflotar una láctea que tiene un peso específico fundamental en la cadena productiva provincial, a lo cual le sumarán mecanismos de financiamiento estatal para apuntalarla.
En busca de fondos frescos
En un primer momento, el fideicomiso buscaría recaudar u$s60 millones, solamente para iniciar un formato de administración diferente al actual y poder regenerar la sustentabilidad futura de SanCor a partir de agregar valor, sumar un management que reestructure la empresa totalmente y se avance en la conformación de una sociedad anónima.
Pero a casi un año de este anuncio, la realidad es que las dificultades permanecen al punto que los miembros de esta herramienta financiera se responsabilizan mutuamente del fracaso.
En ese marco, las palabras del Chino Navarro despertaron críticas de parte de Atilra que, mediante un comunicado, sostuvo que los empresarios no desaparecieron, sino que están esperando respuestas y aprobaciones a las distintas presentaciones efectuadas por escrito ante el Estado Nacional, necesarias para avanzar.
El gremio aseguró que este grupo inversor no solo reafirmó por escrito su compromiso de invertir inicialmente u$s15 millones, sino que, luego de que Atilra solicitó un esfuerzo mayor, se mostraron predispuestos a analizar un mayor ingreso de fondos.
"El proyecto y compromiso del Gobierno Nacional para reorganizar y recuperar la capacidad productiva de SanCor, se encuentra estancado por falta de respuesta de las autoridades gubernamentales", agregó el comunicado sindical.
Rescate en veremos
La creación del fideicomiso formaba parte del proceso de desguace que viene sufriendo SanCor desde hace, por lo menos, seis años y que la fue dejando sin sus mejores activos y plantas productivas. La intención de los dueños de la cooperativa pasaba por reestructurar su abultado pasivo financiero cercano a los $10.000 millones para salir a flote tras años de retroceso.
La empresa también tiene deudas por $6.000 millones con la AFIP y otros entes oficiales, además de compromisos con proveedores que fue tratando de ordenar a partir de un Acuerdo Preventivo Extra judicial (APE) que rubricó también con ex empleados y el gremio.
Si bien llegó a tener 17 plantas procesadoras y más de 5.000 empleados, con el correr de los años fue achicando su estructura. Otro ejemplo fue la venta de sus fábricas de Chivilcoy (Buenos Aires) y Morteros (Córdoba) y las marcas Las Tres Niñas y Angelita al grupo agroindustrial Adecoagro que la cooperativa con sede en Sunchales cerró por u$s45 millones.La transacción formó parte del llamado Plan SanCor ideado por el board de la cooperativa para reducir su estructura tanto en plantas, como en marcas y empleados.
Ese plan también incluyó la venta del 50% de las acciones de Arla Foods al mismo grupo sueco-danés por u$s35 millones. Una sociedad dedicada a la industrialización y comercialización de proteínas de suero de queso.
SanCor también se desprendió del 10% del negocio de frescos restante a Alimentos Refrigerados S.A. que en el 2016 había sido comprada por Vicentín por u$s100 millones y que se dedica al rubro de yogures y postrecitos.
Algo similar ocurrió con la marca de queso untable Tholem que por u$s6 millones, SanCor vendió a la compañía de origen francés, Savencia Fromage & Dairy Argentina, que en la Argentina ya es dueña de Milkaut, Santa Rosa, Adler y Bavaria.