Las distribuidoras de luz ajustan sus reclamos tarifarios para el 2023
Tras haber quedado firmes los aumentos de tarifas que rigen para este año, el Gobierno comenzó a desandar el camino para recomponer el precio del servicio de electricidad durante el 2023.
Lo hizo mediante la convocatoria a una audiencia pública para adecuar la tarifa que las distribuidoras Edesur y Edenor deberán cobrar a sus usuarios el año próximo.
Así surge de la Resolución N° 576/2022, que el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), publicó en el Boletín Oficial de este viernes 11 de noviembre.
La medida establece como el lunes 23 de enero próximo a partir de las 08:30 la fecha y hora de la audiencia pública que será de modo virtual y en la que se analizará las propuestas de las dos mayores compañías de distribución de electricidad del país pero que brindan sus servicios a clientes de Capital Federal y gran parte de la provincia de Buenos Aires.
Expectativa por la audiencia pública
La convocatoria forma parte del llamado proceso de Revisión Tarifaria Integral y tiene el objetivo de fijar las tarifas definitivas del servicio público de distribución de energía eléctrica.
"Las y los interesados podrán consultar los expedientes correspondientes a partir del viernes 6 de enero", detalla la resolución del ENRE que también informa que el encuentro se transmitirá por YouTube y que dos horas antes del inicio, se publicará el link de acceso en esta página web.
En este sentido, tanto Edesur como Edenor se encuentran preparando sus presentaciones que, según pudo saber iProfesional, no se basarán en un reclamo de aumento puntual, teniendo en cuenta que el atraso que sufren sus ingresos supera el 150% con respecto a la inflación y a las subas de sus costos.
Así surge de analizar el componente llamado Valor Agregado de Distribución (VAD), que refleja el costo marginal de la prestación del servicio, e incluye los costos de desarrollo e inversión en las redes, de operación y mantenimiento y de comercialización, así como también las depreciaciones y una rentabilidad considerada justa y razonable. Se trata del único ingreso que tienen las distribuidoras para cumplir con sus obligaciones y que, en el costo total de una factura representa el 18%.
En los últimos dos años y teniendo en cuenta los aumentos permitidos por el Gobierno, el VAD tuvo un ajuste del 31% en promedio, con lo cual su retraso frente a los incrementos de los costos y la pérdida de valor frente a la inflación llega al 160%.
Mayor "retoque"
De todos modos, este retraso no significa que las distribuidoras vayan a pedir un incremento de ese porcentaje para el componente que de manera directa les puede mejorar sus ingresos ya que se deben tener en cuenta el resto de los índices que forman la tarifa final.
Sin embargo, se espera que tanto Edesur como Edenor ratifiquen durante la audiencia pública la necesidad de retocar el VAD para poder, de ese modo, incrementar sus ingresos con los cuales hacen frente a las inversiones que deben cumplir por el contrato de concesión para mantener y mejorar los servicios a sus clientes.
Como antecedente se puede citar el último balance publicado por Edenor correspondiente a los primeros nueve meses de este año, en donde se observa que su VAD tuvo un retraso del 23% frente a igual período del año pasado.
De hecho, en lo que va del año la distribuidora propiedad del grupo de los empresarios Daniel Vila y José Luis Manzano, arroja una pérdida de $18.107 millones que si bien se trata de un rojo menor en $6.311 millones al informado en igual período del 2021 que fue de $24.418 millones, sigue siendo una pesada carga para la considerada la mayor distribuidora de energía de la Argentina en términos de cantidad de clientes y electricidad vendida, con 3,2 millones de usuarios y el 20% de la demanda total de electricidad en el país.
Aumentaron las ventas de energía
Según los estados financieros que la compañía acaba de publicar en la Comisión Nacional de Valores (CNV), el balance de estos nueve meses duplicó el nivel de pérdidas que había registrado entre enero y junio pasados por $9.859 millones.
Esto a pesar de sus ventas de energía aumentaron un 5,5%, ya que sus resultados reflejan una caída del 8% de los ingresos y del 23% del margen bruto en términos reales, como consecuencia del retraso tarifario. Es decir, porque los aumentos en la tarifa otorgados por la Secretaría de Energía de la Nación respondieron a incrementos en los precios estacionales de la energía y no en los ingresos genuinos para la distribuidora.
Ya en el primer semestre, el margen bruto, denominado Valor Agregado de Distribución (VAD), había caído un 16% respecto del mismo período del año anterior en términos reales como consecuencia del atraso tarifario. Ahora, el mismo indicador VAD profundizó su retracción con una caída del 23% respecto del mismo período del año anterior en términos reales.
A pesar de estas cifras, no les será fácil a las distribuidoras de electricidad convencer a las autoridades de mejorar el VAD más allá de lo ya otorgado durante este año, teniendo en cuenta que la adecuación tarifaria aplicada por el ENRE para el 2022 estuvo lejos del pedido de actualización hecho por las distribuidoras durante las audiencias públicas que se llevaron a cabo a principios de año.
La decisión oficial fue también parte del proceso de renegociación de transición establecido por un decreto presidencial para aplicar ciertas subas provisorias hasta finalizar las negociaciones definitivas con las distribuidoras.
En ese marco, el ENRE aplicó un aumento promedio del 17% del precio estabilizado de la energía; una adecuación promedio del 41% para las transportistas y del 4% para las distribuidoras. En este sentido, la adecuación tarifaria para todo este año tiene un impacto promedio del 22% entre los usuarios del AMBA.
Los porcentajes surgieron luego de haberse analizado las propuestas de las concesionarias de transporte y distribución de energía eléctrica, y con el objetivo de brindar una solución de coyuntura a las demandas de los clientes y con la premisa de sostener "la necesaria prestación de los servicios públicos de transporte y distribución de electricidad, en condiciones de seguridad y garantizando el abastecimiento respectivo, así como la continuidad y accesibilidad de dichos servicios públicos esenciales", según dispuso el Decreto DNU N° 1020/2020.
En ese contexto, el aumento promedio del 4% de la tarifa para Edenor y Edesur y del 41% promedio para las transportistas comenzó a regir en marzo pasado.
Del mismo modo, el ENRE emitió las Resoluciones Nº 64 y 65/2022 donde reglamentó los parámetros calidad de servicio que distribuidoras y transportistas deben aplicar entre marzo pasado y febrero del 2023.
Luego se dieron a conocer los parámetros de la llamada segmentación de tarifas que dividió a los clientes de las empresas de servicios públicos en tres sectores, con incrementos diferenciados según el poder adquisitivo de cada uno de esos sectores.