La mayor distribuidora de electricidad de la Argentina sigue acumulando millonarias pérdidas
Mientras el Gobierno termina de darle forma a la nueva relación que busca tener con las distribuidoras de servicios públicos en el marco de la segmentación tarifaria y de la cancelación de las deudas que tiene con cada empresa, la situación de Edenor no parece haber mejorado, por lo menos desde el punto de vista de sus resultados financieros.
Como ocurre con el resto de las empresas de servicios públicos, sigue afectada por balances negativos y por una fuerte incertidumbre sobre el futuro de sus operaciones.
Por lo menos, así surge del balance correspondiente a los primeros nueve meses de este año en el que la distribuidora propiedad del grupo de los empresarios Daniel Vila y José Luis Manzano, arroja una pérdida de $18.107 millones.
Si bien se trata de un rojo menor en $6.311 millones al informado en igual período del 2021 que fue de $24.418 millones, sigue siendo una pesada carga para la considerada la mayor distribuidora de energía de la Argentina en términos de cantidad de clientes y electricidad vendida, con 3,2 millones de usuarios y el 20% de la demanda total de electricidad en el país.
Se duplicaron las deudas
Es que según los estados financieros que la compañía acaba de publicar en la Comisión Nacional de Valores (CNV), el balance de estos nueve meses duplicó el nivel de pérdidas que había registrado entre enero y junio pasados por $9.859 millones.
En este sentido, el directorio de la compañía acaba de enviar un informe a la Comisión Nacional de Valores (CNV), en donde advierte que si bien las ventas de energía aumentaron un 5,5%, sus resultados reflejan una caída del 8% de los ingresos y del 23% del margen bruto en términos reales, como consecuencia del retraso tarifario.
Esto se debe a que los aumentos en la tarifa otorgados por la Secretaría de Energía de la Nación en el marco del proceso de segmentación respondieron a incrementos en los precios estacionales de la energía y no en los ingresos genuinos para la distribuidora.
Ya en el primer semestre, el margen bruto, denominado Valor Agregado de Distribución (VAD), había caído un 16% respecto del mismo período del año anterior en términos reales como consecuencia del atraso tarifario. Ahora, el mismo indicador VAD profundizó su retracción con una caída del 23% respecto del mismo período del año anterior en términos reales. A esto se agrega un fuerte aumento de los costos operativos que aún permanecen sin ser reconocidos por parte de las autoridades nacionales a pesar de algunas versiones que daban cuenta de un cambio de mirada con respecto a este tema para poder ayudar a mejorar las cuentas tanto de Edenor como del resto de las empresas de servicios públicos.
De todos modos, sus ejecutivos destacan que, a pesar de la situación descripta, "la sociedad sostiene sus esfuerzos para mantener los niveles de calidad de servicio eléctrico resultando satisfactorios para sus clientes y registrando los mejores indicadores de su historia, incluidos SAIDI y SAIFI". En cuanto al EBIT de Edenor, resultó en una pérdida de $19.100 millones, en línea con la disminución del margen bruto sumado a un incremento generalizado en los costos de operación.
En tanto, el resultado del período al 30 de septiembre pasado ascendió a $18.107 millones de pérdida, principalmente por el deterioro del resultado operativo y por una mayor carga financiera originada por el diferimiento del pago de las obligaciones con el Mercado Eléctrico Mayorista, situación necesaria para continuar operando, según aclara el comunicado de Edenor.
Con respecto a sus ventas de energía, se incrementaron en un 5,5%, alcanzando 17.369 GWh en comparación con los 16.469 GWh vendidos durante igual período del año anterior, mientras que el nivel de clientes se mantuvo constante y se demuestra una eficiencia en la evolución de las pérdidas de energía no reconocida, las cuales disminuyeron un 3% en igual período.
Canje de deuda
En el mismo período, Edenor completó la cancelación y canje voluntario de su deuda financiera corriente existente al inicio del proceso de reestructuración, con vencimiento en octubre pasado, por un total de u$s98,05 millones.
"Gracias al exitoso cierre de este proceso la compañía no presenta ningún vencimiento financiero por los próximos dos años", agrega el informe enviado a la CNV en el cual también se recuerda la emisión de la Serie 2 por u$s30 millones con vencimiento en noviembre de 2024.
La emisión se da en el marco de un escenario crítico, caracterizado por problemas por mayores costos y tarifas retrasadas, a pesar de lo cual la compañía sale a buscar fondos en los mercados para financiar parte de su plan de inversiones.
Se trata de ONs denominadas en dólares a tasa fija a licitar con vencimiento a los 26 meses a contar desde la fecha de emisión que fue a fines de septiembre pasado.
En su momento, la compañía informó que el dinero obtenido será utilizado para invertir en proyectos de infraestructura, incluyendo, el desarrollo e implementación del plan de inversiones que prevé obras tanto de mejora, ampliación y modernización de infraestructura de sus redes, "las cuales incluyen nuevos suministros, transmisión, subtrasmisión, distribución y mejoras en redes de alta, media y baja tensión".
Se trata de un plan que la compañía confeccionó de conformidad con lo establecido en el Anexo 18 de la Resolución N°63/2017, aprobado por directorio el 5 de abril pasado y presentado ante el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) una semana después.
Con esta emisión, la compañía salió nuevamente al mercado de capitales en busca de fondos frescos que le permitan seguir cumpliendo con sus inversiones que durante el primer semestre alcanzaron los $8.655 millones destinados a incrementar los niveles de calidad de servicio y a la atención de la demanda de los actuales y de los nuevos clientes.