Edenor, en problemas por mayores costos y tarifas retrasadas
Mientras el Gobierno termina de definir las nuevas autoridades del área energética y de establecer las modificaciones al proceso de segmentación de las tarifas de la luz y el gas, las principales distribuidoras siguen afectadas por balances negativos y una fuerte incertidumbre sobre el futuro de sus operaciones.
Por lo menos, así surge del balance del primer semestre de Edenor, propiedad del grupo de los empresarios Daniel Vila y José Luis Manzano, considerada la mayor distribuidora de energía de la Argentina en términos de cantidad de clientes y electricidad vendida, con 3,2 millones de usuarios y el 20% de la demanda total de electricidad en el país.
Según los estados financieros que la compañía acaba de publicar en la Comisión Nacional de Valores (CNV), entre enero y junio pasado registró pérdidas por $9.859, su patrimonio asciende a $90.608, su resultado operativo fue negativo en $10.681 y sus inversiones fueron de $8.655, destinados a incrementar los niveles de calidad de servicio y a la atención de la demanda de los actuales y de los nuevos clientes.
Los datos reflejan una caída del 6% de los ingresos y del 16% del margen bruto en términos reales consecuencia del retraso tarifario y del aumento de los costos operativos.
El margen bruto, denominado Valor Agregado de Distribución (VAD), cayó un 16% respecto del mismo período del año anterior en términos reales como consecuencia del atraso tarifario ya que los aumentos otorgados respondieron a incrementos en los precios estacionales de la energía y no en ingresos para la distribuidora.
El EBIT resultó en una pérdida de $10.681 millones, en línea con la disminución del margen bruto sumado a un incremento generalizado en los costos de operación.
Edenor: las causas de la millonaria pérdida en 2022
Por esos motivos, su millonaria pérdida registrada en este primer semestre del año fue causada principalmente por el deterioro del margen bruto y del resultado operativo y por una mayor carga financiera originada por el diferimiento del pago de las obligaciones con el Mercado Eléctrico Mayorista, situación necesaria para continuar operando.
Es decir, el preocupante escenario que atraviesa Edenor está fuertemente impactado por la falta de actualización de sus ingresos como consecuencia del congelamiento o de incrementos insuficientes de tarifas, los efectos generados por la pandemia y la inestabilidad económica.
Es más, en su informe Edenor admite que, a pesar de haber sostenido las mejoras en sus niveles de calidad de servicio al reducir la duración y frecuencia de los cortes, no logró revertir el capital de trabajo negativo lo que refleja el deterioro que aún presenta su ecuación económico-financiera, principalmente por el incremento constante de los costos operativos.
De todos modos, Edenor avisa que continuará sus operaciones como una empresa en marcha "toda vez que esta distribuidora, históricamente ha recibido soluciones de transición, las cuales permitieron recomponer parcialmente la ecuación económico-financiera y garantizar la operación de las redes de distribución".
El paper recuerda que Edenor viene registrando capital de trabajo negativo "por las actualizaciones insuficientes de la tarifa desde febrero 2019, no cumpliendo lo previsto en la última RTI; constante aumento de los costos de operación y de las inversiones necesarias para mantener la calidad de servicio, dentro del contexto inflacionario en el cual se encuentra la economía argentina desde mediados del 2018".
Adicionalmente, esta situación se vio agravada por los efectos de la pandemia por Covid-19 en los últimos dos años, la cual ha generado un alto impacto social económico y financiero.
Riesgo futuro
Considerando esta situación, el contexto macroeconómico del país y que el Gobierno no tiene intenciones de adoptar medidas que le permitan revertir la tendencia negativa, el directorio de Edenor advierte sobre la existencia "de un alto grado de incertidumbre respecto de la capacidad financiera de la empresa para afrontar el cumplimiento de las obligaciones en el curso normal de los negocios".
Por ese mismo contexto, anticipa la posibilidad de diferir ciertas obligaciones de pago o de quedar "imposibilitada de atender las expectativas respecto de incrementos salariales o de costos de terceros".
De todos modos, los ejecutivos de Edenor mantienen cierto nivel de esperanzas sobre "diversos escenarios que le puedan permitir obtener herramientas financieras para mejorar la calidad de servicio e incrementar su eficiencia operativa, basando los planes de inversión en una visión de futuro y en el compromiso con el país y su gente, procurando remunerar adecuadamente a todos los partícipes del negocio y cumpliendo sus obligaciones de manera oportuna".
Durante el 2021 y el primer semestre del 2022 la empresa explica que las modificaciones en los valores de los cuadros tarifarios sólo implicaron un traslado de los precios estacionales no mejorando sus ingresos por CPD "los cuales aún no resultan suficientes para cubrir las necesidades económico-financieras ante un escenario de crecimiento inflacionario anual superior al 60%".
A este escenario negativo también aportan el estiramiento en la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el blue y las consecuencias respecto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, las restricciones cambiarias impuestas por el BCRA al pago de importaciones de bienes necesarios para la prestación del servicio y la cancelación de su deuda financiera. "Estas restricciones cambiarias, o las que se dicten en el futuro, podrían afectar la capacidad de la sociedad para acceder al MULC dispuesto por el BCRA a los efectos de adquirir las divisas necesarias para hacer frente a sus obligaciones operativas y financieras", anticipa el informe de Edenor.
La empresa también advierte que todo este cúmulo de impedimentos le afectó "aún más" su ecuación económico-financiera producida por el congelamiento tarifario, la imposibilidad de ejecución de deudas por energía consumida no abonada y el aumento de costos sobre la estructura operativa e insumos.
Para evitar profundizar sus problemas, Edenor optó por postergar parcialmente los pagos a CAMMESA por la energía adquirida a partir de los vencimientos operados desde marzo del 2020, obligaciones que se fueron regularizando parcialmente, pero que al 30 de junio de 2022 acumulan un saldo de capital vencido de $38.937 millones, más $40.372 millones en concepto de intereses y recargos.
Segmentación sin impacto positivo
Claramente, los nuevos escenarios tarifarios establecidos por el Gobierno para estos meses, con incrementos de hasta el 20% en las facturas, y la nueva estructura de segmentación tarifaria no impactan directamente en Edenor ni en el resto de las distribuidoras de luz y gas, ya que la reducción de los subsidios y el consiguiente aumento de ingresos queda en manos de CAMMESA y no en las cuentas de las compañías.
En el sector explican que el cambio de ecuación no les permitirá mejorar sus ingresos y aseguran que los últimos aumentos del 20% para el gas y del 8% para la electricidad tampoco fueron considerados como adecuados y acordes al nivel de inflación que muestra la economía argentina.
Las empresas consideran que la segmentación es un procedimiento de política energética que redistribuye los fondos que el Gobierno vuelca todos los años a mantener congelado el precio de la energía y el gas con el objetivo de darle una mayor equidad a ese reparto para evitar que todos los usuarios de los servicios públicos sigan siendo beneficiados de la misma forma sin importar sus niveles de ingresos.
Es decir, los aumentos que surjan de la segmentación no van a ayudar a dejar atrás la complicada ecuación financiera por la que atraviesan como consecuencia del congelamiento de tarifas en un país donde los costos no dejan de subir por el impacto de la inflación que no baja del 50% anual.
Entienden que sólo será una ayuda siempre que el aumento sea mayor al ingreso de caja, pero estará lejos de resolver la incertidumbre que vienen sufriendo con respecto a la operatividad de sus servicios.
Por lo tanto, la tarifa plena que pagarán los sectores de mayores ingresos no será suficiente para mejorar los ingresos de las distribuidoras que también dudan de la capacidad de las autoridades para poder cobrar el verdadero costo de los servicios teniendo en cuenta que se encuentra pisado y sin cambios desde hace ya más de 13 años, por lo cual no se sabe a ciencia cierta el valor real actual.
"Ante el continuo incremento en los costos asociados a la prestación del servicio, como así también a las necesidades de inversiones adicionales para abastecer la demanda, la sociedad, analiza diversas medidas destinadas a morigerar los efectos negativos de esta situación en su estructura financiera, minimizando el impacto en las fuentes de trabajo, la ejecución del plan de inversiones y la realización de las tareas imprescindibles de operación, mantenimiento y mejoras necesarias para mantener una satisfactoria prestación del servicio público concesionado en términos de calidad y de seguridad", asegura la empresa en su informe publicado en la web de la CNV.
Reestructuración de deuda
El 6 de abril pasado, el directorio de Edenor aprobó un procedimiento para reestructurar la deuda financiera por medio del canje de las Obligaciones Negociables (ON), Clase N° 9 con vencimiento el 25 de octubre próximo.
Se ofreció un canje por ON en circulación de u$s98 millones por nuevas ON Clase N I, denominadas y pagaderas en dólares, a una tasa de interés fija del 9,75% nominal anual, con vencimiento en 2025, a ser emitidas por un valor nominal de hasta u$s120 millones
Luego, el 12 de mayo pasado aprobó la emisión y colocación por canje y ofreció dos variantes:
Opción A
- En este caso, recibirán un valor nominal de u$s1.050 por cada u$s1.000.
Opción B
- Recibirán una porción de la contraprestación en efectivo, más la correspondiente en nuevas ON que representa un importe total equivalente al menor del 30% del importe del capital de las ON existentes que sean válidamente presentadas y aceptadas para su canje; y el importe del capital de las ON existentes aceptadas para su canje bajo la Opción B.
La suma de la contraprestación en efectivo a prorrata que se pagará será equivalente a la contraprestación en efectivo dividida por el importe del capital de las ON aceptadas bajo la Opción B multiplicado por 1.000.
El resultado de la oferta de canje fue del 73,25% de aceptación, equivalentes a u$s71,8 millones, quedando vigente el vencimiento para el 26,75% restante, es decir para u$s26,2 millones reestructurando en consecuencia un total de u$s52,7 millones.
"En relación a las ON con vencimiento en octubre de 2022 no ingresadas en el proceso de canje, las restricciones cambiarias impuestas por el BCRA o las que se dicten en el futuro, podrían afectar la capacidad de la Sociedad para acceder al MULC a los efectos de adquirir las divisas necesarias para hacer frente a la cancelación de las mencionadas ON", advierte el informe de Edenor.