¿Vivirías en un domo geodésico?: cómo son y cuánto cuestan estas viviendas innovadoras
La demanda de domos geodésicos para ser utilizados como vivienda no para de crecer sobre todo en aquellas ciudades del interior del país con terrenos y extensiones de tierra amplios, como también sucede con las tiny houses (mini casas).
El incremento está dado, en parte, por el segmento de familias jóvenes que encuentran en estas cúpulas de madera con caras triangulares y vistas sublimes una opción de vivienda permanente.
"Anteriormente los domos para vivir eran considerados como una alternativa más rápida y barata, pero es porque eran precarios y no llegaban a lograr el nivel de una vivienda", cuenta Juan Ignacio Olveira, quien fundó junto a su socio Juan Sanchéz, la firma Domos Córdoba. El empresario cuenta que, a medida que fue avanzando el nivel en la calidad de los materiales y la sofisticación en las terminaciones y los detalles, los domos alcanzaron el mismo confort de una casa tradicional y, por ende, se fueron encareciendo.
Aun así, continúan siendo una opción ventajosa no sólo por los bajos costos sino por sus facilidades de instalación y mantenimiento. "La vida útil de los domos está garantizada por el buen mantenimiento porque si bien el principal insumo es la madera cuentan con aislación exterior de primera calidad y están totalmente impermeabilizados", indica Olveira.
Una vivienda de bajo costo y reglamentada
Un domo bajo la modalidad llave en mano y entregado en un plazo máximo de 60 días cuesta al día de hoy u$s950 el metro cuadrado. Si se pone como referencia las unidades más chicas, cuya medida es de 20 metros cuadrados, el valor final de compra rondaría los u$s20.000.
La considerable altura de las estructuras permite también diseñar viviendas cómodas de hasta 80 metros cuadrados distribuidos en dos plantas que resuelven la disposición de los dormitorios en la parte alta mediante la construcción de un entrepiso.
El material que se utiliza para construir las mini casas geodésicas es un entramado de madera con celulosa para la aislación y corcho para la impermeabilización y a diferencia de otro tipo de construcciones no convencionales, los domos para vivienda tienen reglamentación y códigos de edificación, esto significa que están incluídos dentro de la construcción tradicional y que cuentan con Certificado de Aptitud Técnica (CAT).
Matías Konstandt, dueño de Domos Argentina, es pionero en la fabricación de domos geodésicos en el país y cuenta con agencias de venta y distribución de sus productos en Córdoba, Santa Cruz y Entre Ríos. "La gran ventaja de este método constructivo es que no hay complicaciones para conseguir materiales o mano de obra, entonces uno puede adquirir una vivienda de manera rápida", señala. A favor de la elección de los domos como vivienda argumenta que "el valor de los materiales que se utilizan para construirlos es infinitamente menor al precio del hormigón".
Una de las casas geodésicas que es emblema y punto de referencia en el balneario Costa Esmeralda fue construida a partir de un domo fabricado por la empresa de Konstandt. Se trata de un modelo de vivienda sustentable, adaptado al médano, con senderos circulares, paneles solares, estanque y techos verdes que es al día de hoy tan funcional, cómoda y lujosa como una casa construida con materiales tradicionales.
Una vivienda moderna, estética y funcional
Las formas originales y de vanguardia que adquieren los domos geodésicos son producto de la combinación de la arquitectura con el diseño industrial, dos disciplinas que en este caso combinan lo mejor de sí para lograr una unidad conceptual única y moderna.
Además de ser estéticas, tienen el mérito de rendir espacialmente y de ser visualmente armónicos dada la ausencia de columnas o de pilares en los ambientes interiores. Los domos ofrecen vistas cenitales a través de ventanales triangulares que a su vez garantizan la luminosidad mediante el asoleamiento continuo.
Dado que generalmente se instalan en lugares inhóspitos cuentan con un infalible sistema de impermeabilización, son antisísmicos -aquellos que se construyen en provincias como San Juan y Mendoza- y altamente ignífugos -para el caso de los que se emplazan en la región sur cordillerana.
Estas semiesferas inspiradas en los patrones geométricos de la naturaleza son altamente confortables y para su instalación no se necesita más que una evaluación del tipo de suelo y la construcción de una plataforma de hormigón. Además, tienen función multiuso porque más allá de funcionar como vivienda única también son muy solicitados actualmente como anexos para transformarse en oficina, taller, laboratorio, playroom, gimnasio o jardín de invierno.
La rapidez ejecutiva que conlleva construir estas estructuras livianas, el bajo impacto ambiental que generan, la posibilidad de disminuir el consumo de energía tanto en el proceso de fabricación como en su uso y el hecho de que su ejecución sea un 30% más económica que la construcción tradicional, son las principales ventajas comparativas.
Una vivienda que integra construcción en seco con sustentabilidad
"La naturaleza se expresa en el universo de manera fractal y todo ese germen está dispuesto para que uno pueda re interpretarlo y transferirlo a una construcción a través de materiales con baja huella ecológica", explica el arquitecto Armando Gross, especialista en diseñar este tipo de hábitats.
El estudio Gross logró, junto a Domos Córdoba, plasmar un elenco de tipologías bio arquitectónicas que responden a diversas necesidades, diseñados en pos de patrones naturales integrando la construcción en seco con un modelo sustentable.
El profesional explica que "la geografía de las ciudades no responde a las figuras geométricas de los domos porque el damero, las líneas rectas y los ángulos llanos son los que actualmente tejen la urdimbre donde se asientan las ciudades".
Sin embargo, se muestra optimista porque la arquitectura está en constante transición y porque la construcción de los domos geodésicos no para de avanzar en todas las regiones del país.
Esto es posible gracias a que la experiencia turística del glamping les permite a las personas verificar que la arquitectura puede hermanarse con la naturaleza.