Desabastecimiento y caída en las ventas: automotrices prevén un panorama incierto para lo que resta del año
Falta de gasoil, impuestos a los autos más caros, paros en las fábricas de neumáticos y la interminable disputa por la habilitación de dólares para permitir la importación de autopartes marcan la agenda de conflictos que soporta la industria automotriz.
Un cúmulo de problemas que promete condicionar la operatividad de las terminales durante el segundo semestre y que, a la vez, compromete las cifras de producción estimadas para todo el año.
A principios de este año, las automotrices agrupadas en Adefa informaron al Gobierno que esperaban un incremento del 28% en la producción de vehículos para este año, recuperando de este modo los volúmenes registrados en 2015.
Industria automotriz: por qué esperaban una mejora
La mejora se montaría sobre los buenos registros del 2021, que cerró con subas del 69% y 88% en la producción y en las exportaciones, respectivamente, lo que les permitió a las firmas superar el nivel de actividad previo a la pandemia.
Y si bien los datos del primer trimestre marcaron esa misma tendencia, con un incremento en las operaciones de las terminales locales, esa tendencia positiva puede complicarse por la evolución que puedan tener los temas de conflicto que envuelven al sector y que plantean un desafío importante para la industria e impactan de manera negativa en los flujos de la cadena de valor y en los volúmenes de producción.
Los más importantes y destacados por los empresarios de esta industria son el escenario global de abastecimiento de semiconductores y logísticos, y los cambios en las condiciones de pagos al exterior que introdujo el Banco Central y que obliga a las automotrices a financiar con dólares propios las compras que sus proveedores de autopartes concreten en el exterior.
Según fuentes del sector, estas decisiones de política económica local y el incierto panorama internacional creado por la invasión rusa a Ucrania podrían impactar en las proyecciones de crecimiento dada la dificultad de la cadena de valor para obtener financiamiento externo en los plazos establecidos.
"La última decisión del Banco Central demuestra que la incertidumbre va a continuar y que cada día nos sorprenden con algo diferente", se queja un alto ejecutivo de una de las terminales extranjeras con presencia en el mercado argentino.
Su cuestionamiento hace referencia a la resolución del BCRA de para que terminales y autopartistas formen parte de un esquema de financiamiento que, según fuentes de la entidad financiera oficial, permite avanzar en la recuperación del crédito comercial externo afectado durante la pandemia del Covid-19.
La norma establece que las automotrices con mayor facilidad de acceso a líneas de financiamiento podrán utilizar esos fondos para aplicarlo a las importaciones de sus proveedores directos y estos a la vez reasignar en parte a uno o más de sus propios proveedores.
Cómo será canalizado el mecanismo
El mecanismo será canalizado a través de una "Certificación asociada a la financiación de la importación de bienes necesarios para la producción en el país de automotores y/o autopartes" y, de acuerdo a la norma, servirá para cumplir con el financiamiento del excedente de importación de 5% sobre las operaciones de 2021 o de 70% sobre las de 2020.
Si bien desde el Gobierno se sotiene que la medida destraba el conflicto con las automotrices por el cepo al uso de dólares para comprar piezas necesarias para la producción local de modelos 0 Km, entre las empresas las dudas permanecen y las advertencias sobre un desmejoramiento del panorama para los próximos seis meses se mantienen.
Ocurre que actualmente, la mayoría de las empresas tiene problemas para recibir piezas ya que los autopartistas no están importando con normalidad y están trabajando con sus stocks de insumos. Y si la norma publicada por el BCRA no termina de ser exitosa, el abastecimiento está en riesgo.
"Usan la doble vara con nuestra industria, ya que al sector petrolero le permiten mejorar sus posiciones en divisas extranjeras para invertir mientras que a nosotros nos aplican un esquema supuestamente voluntario que nos termina de obligar a usar divisas propias para evitar el desabastecimiento", cuestionan desde una terminal.
"Nos corren el arco todos los días", aseguran desde otra automotriz, donde ya estiman que los próximos datos de producción darán a la baja y donde evalúan el escenario para lo que resta del año con incertidumbre.
Impuestos y gasoil
Del mismo modo, advierten que no se trata solamente de esta medida la que genera el probable negro panorama para la industria ya que también se cuestiona el cambio aplicado al llamado impuesto al lujo sobre la base sobre la que se calcula el tributo y que incluye a los modelos que superen los $4.300.000 de precio al público.
Esto implica que los 0 km por arriba de ese valor estarán gravados con la primera escala de los Impuestos Internos, que equivale a una alícuota del 20% según decisión de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
"La carga impositiva es muy elevada y sin embargo siguen aplicando nuevos castigos que, en este caso, encarecen todavía más las unidades y hacen que la compra de un modelo recién salido de fábrica sea cada vez más lejana", argumentan desde las concesionarias.
En este sector comercial también anticipan una fuerte retracción en las ventas de autos "gasoleros" por el preocupante faltante de gasoil que existe en el país.
Entre las concesionarias existe la sensación de que los consumidores terminarán por optar por modelos "nafteros" por los problemas de desabastecimiento que afectan a gran parte de la Argentina.
Los neumáticos, otro problema para las automotrices
Del mismo modo, el conflicto gremial en las plantas productoras de neumáticos suma su grano de arena para terminar de cerrar un panorama preocupante para el sector automotriz.
Tal como ya anticipó iProfesional, el freno a la fabricación sostenida de neumáticos cumple ya un mes de interrupciones semanales.
De hecho, el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) prevé nuevas jornadas de protestas y las terminales ya avisan que tienen problemas para para continuar con las operaciones debido a que las medidas paralizan las plantas de Fate, Bridgestone y Pirelli, las tres compañías que fabrican cubiertas en la Argentina y que proveen el 90% de los neumáticos a las terminales.
El cortocircuito entre las empresas que fabrican en el país y el sindicato por la discusión del incremento de paritarias ya se puede ver reflejado en distintas automotrices. Por ejemplo, Renault y Nissan tuvieron que detener una parte de su actividad en la planta de Santa Isabel, en Córdoba.
Los problemas se derivan de los paros que viene realizando Sutna como consecuencia del reclamo salarial que mantiene desde mayo con las tres fabricantes.
La importación de neumáticos también afecta a las automotrices y usuarios
Este escenario de conflicto se suma a los problemas que ya se venían dando para la venta de neumáticos importados por las trabas a las importaciones que se implementaron ante la escasez de dólares.
Como en el caso de las autopartes, el BCRA también viene restringiendo el suministro de dólares en el mercado único de cambios (MULC) para el sector de neumáticos que se encuentra bajo el régimen de licencias automáticas. Desde 2020, el acceso a estas licencias en los neumáticos es cada vez más acotado porque el Central le pide a las fabricantes y a las autopartistas en general que les paguen a sus proveedores a seis meses, requerimiento que es aceptado por los proveedores.
Ante este escenario, que limita el stock de neumáticos, en las últimas semanas se registró un aumento de los cruces de argentinos a países limítrofes en busca de repuestos, en especial en Uruguay, Chile, Paraguay e incluso Brasil.
Si bien la AFIP prohíbe el ingreso de estos productos, los argentinos apelan a un "truco" para eludir este veto: cambian las cuatro gomas del otro lado de la frontera y retornan al país con las cubiertas camufladas con nieve o barro.