Los dueños de Indalo preparan el relanzamiento del grupo: a qué industrias apostarán
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Servicio petroleros; medios de comunicación; construcción y desarrollo inmobiliario serán los negocios que Cristóbal López y Fabián de Sousa, los dueños de Indalo, comenzarán a desplegar a partir de este año.
No tendrán una tarea sencilla si se tiene en cuenta que, por las denuncias presentadas en contra de ambos, todas las empresas que conformaban el Grupo Indalo sufrieron problemas judiciales, atraso en el pago de sueldos; acumulación de deudas impositivas y previsionales y hasta una fuerte desvalorización y desguace de activos.
De hecho, tanto Cristóbal López como Fabián De Sousa debieron pasar más de un año y medio en prisión acusados a partir de denuncias presentadas por el anterior gobierno y algunos funcionarios como el ex titular de la AFIP, Alberto Abad.
Sin embargo, el año pasado lograron recuperar el control sobre su grupo luego de que la justicia decretara el fin de la quiebra de Oil Combustibles y además fueran sobreseídos en varias causas penales que se les habían iniciado durante la anterior presidencia de Mauricio Macri por un supuesto desvío de $8.000 millones del impuesto a la transferencia de combustibles que debía pagar la petrolera y que, según el gobierno anterior, fueron usados para financiar de manera irregular la compra de otras empresas.
Por qué hubo un cambio de carátula en caso Indalo
El cambio de carátula se determinó tras la presentación y aceptación de un plan para el pago de la millonaria deuda acumulada por Oil Combustibles mediante un procedimiento judicial que se conoce como avenimiento y por el cual las partes involucradas en una causa ponen fin a la disputa homologando un acuerdo, con calidad de cosa juzgada.
Dicho procedimiento fue autorizada por la justicia el 11 de agosto del 2021 luego de haber obtenido el respaldo de más del 98% de los acreedores entre los que figuraban bancos, siderúrgicas, petroleras y entes públicos como la AFIP.
A partir de este fallo y de haber sido incluidos en una moratoria fiscal, los empresarios lograron cancelar el pago total de la deuda con la AFIP que era el principal acreedor de la quiebra y también negociaron con los restantes acreedores.
De ese modo, desarticularon la quiebra y recuperaron el control sobre Oil Combustibles, petrolera que a su vez era el principal accionista de todas las empresas que López y De Sousa controlaban bajo el paraguas del Grupo Indalo.
Nueva estrategia: así preparan el relanzamiento del Grupo
"Algunos de los activos ya fueron recuperados de manera inmediata luego del avenimiento y otros los retomamos en los últimos 10 días, habiendo quedado algunas otras cuestiones que se resolverán en los próximos 30 días", aclara Fabián De Sousa.
En diálogo con iProfesional, el empresario explica que con el escenario judicial ya despejado ahora comenzará una etapa de recuperación de activos para encarar un esquema de negocios que girará en torno a las empresas de Indalo que se dedicaban a la oferta de servicios petroleros como Oil M&s E&P; Oil M&S; FEADAR; Petrolera Cerro Negro; Tsuyoi y Serna.
También apuntarán a la industria de la construcción teniendo en cuenta la reactivación de las obras públicas a partir de las políticas de desarrollo de infraestructura impulsadas por el actual gobierno nacional.
En este sector, Indalo participaba con Esuvial y CPC Constructora, que fueron afectadas por las causas judiciales al punto que se les rescindieron los contratos y las concesiones que operaban como la de la autopista Ezeiza Cañuelas.
De igual modo, buscarán expandir sus actividades en medios de comunicación, en especial a partir de la señal televisiva C5N; el diario Ámbito Financiero y las radios AM 710; POP 101,5; FM Vale; FM One 103,7, entre otros.
La novedad se observa en el segmento de desarrollo inmobiliario, donde los empresarios comenzarán a incursionar con un agresivo plan en las áreas hoteleras y construcción de barrios y viviendas en varias zonas de Capital Federal y provincia de Buenos Aires como también en las localidades de Bariloche; Rada Tilly; Comodoro Rivadavia; Salta; Calafate, entre otras.
"Son todos sectores donde creemos que hay oportunidades y que podemos generar valor para los bienes activos con los que disponemos", señala De Sousa, quien se encuentra al frente de este proceso de reorganización societario.
Unidades de negocios independientes
En este sentido, aclara que en esta oportunidad no se consolidarán las empresas bajo un mismo paraguas al estilo Grupo Indalo sino que cada compañía actuará de manera separada, con activos propios y con directorios independientes y en los cuales no participarán Cristóbal Lopez y Fabián De Sousa.
"Nosotros seguiremos siendo los accionistas mayoritarios pero aprendimos del proceso anterior que cada unidad de negocios debe ser independiente y sin una gestión centralizada, por lo cual no habrá otro grupo Indalo", admite De Sousa desde sus oficinas ubicadas en el barrio porteño de Palermo.
De todos modos, junto a su socio se reservarán la tarea de analizar y gestionar las estrategias de lago plazo, controlando la interrelación que habrá entre las compañías y potenciando la eficiencia de cada unidad de negocios con la correcta aplicación de los flujos de fondos, además de evitar un descalce financiero generado por una mala orientación del dinero y de las prioridades.
"En la etapa anterior nos dimos cuenta que la centralización nos causó ineficiencias y demoras que fueron perjudicando al grupo y a las empresas, con altos índices de ineficiencia y pérdida de rentabilidad innecesarias", advierte.
De hecho, recuerda que en el 2016 decidieron independizar las unidades de negocios y abandonar el proceso de control central.
Sin embargo, debieron abandonar el proceso a partir de la crisis económica y financiera que sufrió el país durante el gobierno de Macri y que los obligó a utilizar los recursos "para sobrevivir" al momento.
"Esa crisis nos ratificó la necesidad de independizar la gestión para poder llevar adelante el proceso sin problemas", asegura De Sousa.
Inversiones en el desarrollo inmobiliario
Como parte de todo este nuevo entramado productivo, la mirada en la creación de una sociedad para competir en desarrollo inmobiliario tiene sustento en los planes para levantar barrios a partir de una gran cantidad de terrenos que actualmente poseen en varias zonas del país.
"Esto generará fuertes inversiones, con mucho proyectos y teniendo en cuenta que los precios se fueron multiplicando por cuatro desde el 2019 y que existe una demanda creciente y una oferta limitada", detalla De Sousa.
Con respecto a la obra pública, el plan se basa en las múltiples licitaciones lanzadas por el Estado nacional para el desarrollo de infraestructura, mientras que en el caso de los servicios petroleros aportarán el know how obtenido gracias a tener presencia en todas las ramas de esta industria, desde la producción; la exploración y refinación y comercialización.
"Ha comenzado un proceso de crecimiento en la producción de petróleo y gas que debería multiplicarse el próximo año, atento a los precios internos; a las necesidades de la Argentina y a las restricciones dadas por los acontecimientos que hoy y sacuden al mundo", argumenta.
Sector de hidrocarburos: el blanco de las acusaciones
De hecho, el sector de los hidrocarburos fue el corazón del Grupo Indalo pero también se convirtió en el blanco de las acusaciones y causas judiciales contra los empresarios.
Es más, durante el proceso de quiebra la justicia decidió la venta de los activos de refinación y comercialización en el marco de un cuestionado y dudoso procedimiento que terminó cediendo estos activos a la petrolera estatal YPF.
"Lo hicieron a un precio vil y creando las condiciones necesarias para que el único que podía participar del proceso era YPF que, una vez que se quedó con los bienes los repartió entre amigos, como un grupo paraguayo con accionistas anónimos y otro holding argentino con accionistas suizos que tienen relación con Papá Noel", acusa de manera irónica De Sousa.
Además, aclara que precisamente por esa pérdida de activos no volverán al negocio de las estaciones de servicio ni al de refinación de combustibles pero anticipa que harán presentaciones en la justicia para obtener un resarcimiento monetario que les permita recuperar el valor de los activos que perdieron a partir de la quiebra y la cesión a YPF.
"Sería muy caro recuperar esos bienes y ponerlos nuevamente en valor ya que nos llevaría por lo menos cuatro años, por ejemplo, volver a utilizar la refinería de la localidad santafesina de San Lorenzo, que YPF abandonó y que hace ocho años que no opera, se encuentra obsoleta y con instrumental fuera de servicio", explica.
En términos monetarios, sostiene que volver a poner en marcha una refinería que se encuentra en esas condiciones insumiría no menos de u$s500 millones en inversiones para capital de trabajo, desarrollo de una nueva marca y de una red de estaciones de servicio.
Sin embargo, aclara que se encuentra preparando un escrito junto con sus abogados para presentar en los tribunales con el objetivo de obtener una reparación por el daño producido.
"Vamos a dar esa discusión a los efectos de ser resarcidos por quienes espuriamente nos quitaron todos esos activos", sostiene De Sousa.
Sobreseimientos de los dueños del Grupo Indalo
El año pasado, cuando la justicia falló en favor de los dueños de Indalo, el grupo emitió un comunicado donde ya hacía referencia al inicio "de un nuevo camino, sin olvidar todo lo que pasó, con la convicción inquebrantable de haber apostado siempre al crecimiento sustentable de nuestras empresas, sus trabajadores, proveedores, clientes, y comunidades en las que desarrollamos nuestras actividades desde hace más de 30 años".
El escrito recordaba que la petrolera había sido declarada en quiebra en mayo del 2018, mientras ambos empresarios pasaban sus días en las cárceles bonaerenses de Ezeiza y Marcos Paz.
Luego, en octubre del 2019, fueron puestos en libertad por el ex juez Claudio Bonadío, quien había abierto una investigación paralela por la presunta participación de los dos empresarios en la llamada Causa de los Cuadernos. El fallecido magistrado le impuso una fianza de $60 millones a cada uno y ordenó sus liberaciones.
Además, en la causa principal se había producido un cambio sustancial en la situación de ambos como consecuencia de un fallo que resolvió que la maniobra que se les adjudicaba y que había motivado las detenciones en realidad no existió.
Se los sobreseyó de la acusación de haber vendido acciones de Indalo en un supuesto intento por obstruir la labor de la Justicia que los había inhibido, maniobra que fue investigada por la jueza María Eugenia Capuchetti.
Hasta que fue enviada a la quiebra, Oil Combustibles desarrollaba dos actividades bien diferenciadas. Por un lado, su core business, dado por su unidad de negocios petroleros conformada por la Refinería San Lorenzo y su puerto, con la actividad de refinación y venta combustibles y el abastecimiento a su red de estaciones de servicios.
Por el otro, su rol como sociedad financiera o de inversión mediante la adquisición de paquetes accionarios de diversas compañías con presencia en las distintas fuentes productivas. Es decir, como un holding conformado por un grupo de empresas de Inversión; prestadoras de servicios de operación management; de exploración y producción de hidrocarburos; obra civil e ingeniería y de administración ambiental, producción radial y televisiva, entre otras. Como ejemplos, se nombran a OIL M&S; Petrolera Cerro Negro; Compañía Aseguradora Providencia; Alcalis de la Patagonia; las constructoras CPC y Esuvial; Ideas del Sur y Telepiu.
En sus mejores momentos, este grupo llegó a facturar alrededor de $17.500 millones, poseer activos por más de $30.000 millones, emplear de manera directa a más de 3.000 personas y generar empleo indirecto que alcanza a más de 10.000 familias.