A pesar de haber invertido más, Edesur duplicó sus pérdidas: la situación de la empresa
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El aumento del 8% autorizado por el Gobierno para el valor de la distribución de electricidad en Capital Federal y parte de la provincia de Buenos Aires generó malestar entre las principales distribuidoras del país que vienen soportando una compleja situación financiera que no cambiará por ese retoque en los valores de las facturas que todos los meses envían a sus clientes.
Si bien el nuevo cuadro tarifario comenzó a regir desde este mes, en el sector anticipan que los problemas de caja de Edesur y Edenor podrían profundizarse, ya que se trata de un porcentaje menor al 9% otorgado a fines de abril del año pasado. Más allá de esto, algunos voceros oficiales habían dejado trascender que el incremento se ubicaría en torno al 20%, porcentaje al que se llega si se suman otros costos incluídos en la tarifa final.
El propio presidente Alberto Fernández le dedicó parte del discurso que pronunció este martes 1 de marzo para abrir las sesiones ordinarias del Congreso. En dicha ocasión y frente a la Asamblea Legislartiva anticipó que "no habrá tarifazos", dando a entender que los próximos aumentos podrían llegar a ser todavía más bajos.
De hecho, el mandatario también adelantó que en los próximos meses podrá cambiar el mecanismo facturación con la puesta en marcha de la segmentación tarifaria para eliminar los subsidios a la electricidad que reciben los sectores de mayores ingresos.
Los aumentos de luz por empresa
En el área concesionada por Edenor, la categoría residencial varía en promedio un 19% con respecto al anterior cuadro tarifario, mientras que la categoría general lo hace en un 22%. En tanto, el Costo Propio de Distribución (CPD) tendrá un alza del 8%.
Por su parte, en la región bajo el servicio de Edesur, los usuarios de la categoría residencial también verán un aumento promedio del 19%, así como los de la categoría general tendrán un incremento del 23%. Pero, al igual que con Edenor, el CPD se elevó un 8%.
Precisamente, en la compañía del grupo italiano Enel, los números siguen siendo preocupantes y marcan una tendencia riesgosa para el sostenimiento del sistema si el Gobierno mantiene su política de pisar el verdadero costo de la distribución eléctrica con millonarios subsidios al 90% de los clientes del servicio.
Edesur es la mayor distribuidora de energía de la Argentina ya que ofrece sus servicio a cerca de 2,5 millones de clientes, llegando a más de dos millones de hogares y abasteciendo a comercios y a grandes empresas. Su área de concesión es de 3.300 km2 y abarca la zona sur de Capital Federal y 12 partidos de la provincia de Buenos Aires.
El año pasado sufrió pérdidas por $18.790 millones en comparación del rojo del 2021 que había llegado a los $9.156 millones.
Esto significa que en tan sólo 12 meses Edesur incrementó sus pérdidas en un 105%, por razones que suelen ser las mismas, porque si bien ahora no hay tarifas congeladas, los aumentos son insuficientes y no alcanzan para cubrir gastos creciente, inflación, devaluación y, en el último año, las medidas sanitarias y restricciones impuestas para combatir la pandemia del Covid-19.
De hecho, la compañía acumula estados contables que, desde el 2010, reflejan nada más que tres períodos positivos y otros siete negativos.
Con una importante salvedad vinculada al balance del 2019, cuando informó ganancias por $12.600 millones pero que reflejó un asiento contable vinculado al intercambio de deudas cruzadas con el Estado nacional que le permitió evidenciar en ese balance un elevado nivel de rentabilidad.
La empresa debe además financiar costos de obras y mantenimiento que no dejan de aumentar, así como los gastos de materiales, contratos con terceros y las subas salariales pactadas con el gremio del sector.
Sin embargo, Edesur no dejó de realizar las inversiones pactadas, que el año pasado fueron de $19.289 millones, un 35% mayores a las del 2021, ubicándola como la distribuidora de energía que más dinero aportó para mejorar su servicio en los últimos tres años.
Al respecto, Claudio Cunha, country Manager de Enel en Argentina, señaló que "en estos dos años de pandemia, cuando la energía demostró ser un servicio aún más esencial, la calidad del servicio (SAIDI) de Edesur mejoró 35% y los reclamos comerciales bajaron un 65%, lo cual fue posible gracias al esfuerzo que estamos haciendo con las inversiones".
Edesur: las inversiones subieron, pero cayeron los ingresos
El esfuerzo contrasta con los ingresos registrados por Edesur en el mismo período, que cayeron 20%.
En su informe enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV), la misma compañía asegura que el resultado del ejercicio "empeoró respecto al año anterior, debido, fundamentalmente, a un mayor cargo por impuesto a las Ganancias como consecuencia de la aplicación del sistema de alícuotas por escalas introducido por la Ley N° 27.630, que ubicó la tasa aplicable a la sociedad en un 35%, en comparación con el 30% aplicado para el ejercicio 2020".
Adicionalmente, Edesur sostiene haber sufrido un incremento de los costos financieros netos, y señala que ambos efectos "se vieron compensados parcialmente por una mayor ganancia por el ajuste por inflación".
También advierte que la situación tarifaria no permitió recomponer sus ingresos, a pesar de la entrada en vigor de la Resolución ENRE N° 106/2021, que aprobó un aumento promedio del 9% en el cuadro tarifario de Edesur en mayo del año pasado que a su vez se tradujo en un incremento del valor agregado de distribución (VAD) del 21,8%.
"Dicho incremento no resultó suficiente para revertir la caída de los ingresos", asegura la compañía en el documento, en el cual también recuerda que la Resolución ENRE N° 263/2021 estableció nuevos cuadros tarifarios con aplicación a partir del 1° de agosto de 2021 que solo modifican el precio estacional estabilizado para los grandes usuarios con demandas mayores a 300 kW pero que no varían el costo del VAD.
En cuanto al EBITDA del 2021, alcanzó una ganancia de $721 millones de pesos mostrando que la caída de los ingresos compensó en parte por una disminución en los costos operativos y una menor provisión para deudores de dudoso cobro reconocida en el ejercicio.
A esto se suma que el resultado operativo (EBIT) se vio afectado por la caída registrada en los ingresos, compensado parcialmente por los menores costos mencionados y por menores depreciaciones.
La deuda neta disminuyó un 59% respecto al 2020, principalmente debido a los menores saldos de deuda financiera, mientras que la demanda acumulada de energía eléctrica en su área de concesión aumentó 4,2%, habiendo alcanzado los 20.418 GWh.
Observando la demanda por tipos de usuarios, la empresa informa un crecimiento en residencial (3,4%), una recuperación del consumo industrial/comercial grande (35%), motivada por el levantamiento de las restricciones de confinamiento, y una caída anual del 4,2% en la categoría comercial/intermedio.
También las ventas de energía (16.356 GWh) tuvieron un incremento del 5,7%, la cantidad de clientes registró un aumento de 1,59% y las pérdidas de energía se redujeron al 18,04%, en comparación con el 18,92% que se había registrado en el 2020.
Radiografía sectorial
Los números sirven para entender el preocupante escenario que atraviesa no sólo Edesur sino el resto de las distribuidoras cuyo negocio depende de los vaivenes de la política oficial, a su vez condicionada por la interna entre los socios del Frente de Todos por el futuro de las tarifas de los servicios públicos y los subsidios en el marco del acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que rechaza el kirchnerismo y fomenta el albertismo.
Esta pelea, y los años de congelamientos y aumentos restrigindos ha desgastado las estrategias comerciales de las empresas que deben aceptar competir en un negocio donde las ganancias se encuentran reguladas pero los costos crecen a la misma velocidad que la inflación.
En el caso de Edesur esta política oficial la llevó a convertirse en la distribuidora con las tarifas más bajas de la Argentina y de Latinoamérica.
De hecho, durante la última audiencia pública para analizar las subas organizada a mediados de febrero pasado, la compañía presentó un documento con las cifras como con el objetivo de demostrar la necesidad de recibir más fondos que le permitan sostener la calidad de su servicio.
Cuánto es la factura promedio de luz y cuánto se paga en el resto del país
Según consta en el informe, la factura que paga la mayoría de los clientes de Edesur es de u$s64 mensuales, mientras que el promedio del país llega a los u$s84.
El reporte indica que un usuario de Córdoba abona el precio más caro a nivel nacional con u$s107 por mes. En segundo lugar se encuentra Tucumán (u$s99) y en tercero Entre Ríos (u$s81), mientras que en la provincia de Buenos Aires se pagan u$s80 cada 30 días y en Santa Fe, u$s72, con un promedio a nivel país que llega a los u$s82 mensuales.
Para el ejemplo regional, la infografía elaborada por la empresa muestra que el país con la tarifa más cara es Guatemala (u$s245); seguido por El Salvador (u$s211) y Perú (u$s199).
En cuarto lugar se ubica Panamá (u$s147) mientras que el quinto puesto lo comparten Costa Rica y Colombia, con u$146 por mes. Luego se ubican Bolivia (u$s130); Brasil (u$s119) y Ecuador (u$s93).
El documento también señala que la población de Argentina con el PBI per cápita más alto paga las tarifas más bajas, a la vez que el 54% de sus clientes residenciales abona menos de $1.000 por mes, con una tarifa que pagan las empresas que representa entre el 0,2% y 4,4% del costo total.
A esto le agrega que entre el 46% y 50% del total de la factura que paga el usuario corresponde a impuestos directos e indirectos.
A partir de los datos comparativos y a modo de ejemplo Edesur señala que a nivel regional la tarifa de la distribuidora es 45% del promedio de la tarifa de Latinoamérica.
Los números fueron mostrados en la audiencia pública como parte de las razones por las cuales Edesur le reclamó al Gobierno un ajuste en los fondos que recibe para mantener la calidad de sus servicios de $43.236 millones.
Para Edesur, "los ingresos deben ser suficientes y oportunos para cubrir los costos operativos, de capital e impuestos ya sea provenientes de tarifas y/o subsidios".