De la mano de tres empresarios locales nace SanCor Capital
De la mano de tres importantes hombres de negocios, acaba de crearse SanCor Capital, que será la continuadora de las actividades de la tradicional láctea argentina que tendrá un capital inicial de u$s60 millones para poder reestructurar las operaciones, sumar nuevo management y conformarse como sociedad anónima.
El proyecto es liderado por Marcelo Figueiras, dueño de Laboratorios Richmond; José Urtubey, mayor accionista de Celulosa Argentina, y Gonzalo Scaglione, controlante del diario La Capital de Rosario.
Los tres se unieron para rescatar de la crisis a la mayor cooperativa láctea de la Argentina, cuyos accionistas aprobaron durante una asamblea extraordinaria la creación de un fideicomiso que dará pie a la creación de SanCor Capital, iniciativa que apunta a establecer un fondo a partir del cual expandir la producción y facturación de la cooperativa.
El formato elegido permitirá la convivencia entre el fideicomiso y la cooperativa, pero la mayoría de los activos importantes que todavía le quedan a la láctea pasarán a ser gerenciados por el grupo empresario de manera separada hasta que, en el mediano plazo, toda la compañía pase a manos de una misma administración.
Si bien ninguno de los tres empresarios está vinculados con la industria lechera, admitieron su disposición a invertir en la compañía con el respaldo financiero del Banco Nación y el apoyo del gremio que reúne a los trabajadores de esta industria.
La asamblea tuvo lugar en la localidad santafesina de Sunchales, y participaron delegados de los productores y los integrantes del Consejo de Administración de SanCor que acordaron impulsar la nueva SanCor Capital ya que supone el ingreso de divisas frescas para apuntalar la producción de una empresa que es considerada un pilar fundamental de la industria agroalimentaria. El contrato del fideicomiso vincula a la cooperativa con el grupo inversor y además crea un nuevo Directorio integrado por representantes de ambas partes incluyendo un director designado por la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA).
La iniciativa tuvo además apoyo del gobierno nacional para reflotar una empresa dueña de marcas que en algunos casos, acompañaron el desarrollo personal de miles de argentinos, como SanCor Bebe, o de leches, yogures y mantecas que también formaron parte del consumo diario pero que fueron repartiéndose entre grupos extranjeros que aprovecharon el desguace de la cooperativa.
Hacía más de ocho meses que los empresarios habían comenzado a delinear una estrategia para colaborar en la administración diaria y en la búsqueda de fondos frescos que permitan volver a hacer de SanCor una láctea sustentable en lo comercial y sostenible en lo financiero.
El grupo se comprometió también a no producir despidos incausados entre los aproximadamente 1.450, trabajadores de la cooperativa, mientras que SanCor transferirá al fideicomiso bienes necesarios para cumplir con los objetivos industriales y comerciales del proyecto de puesta en valor de la empresa como instalaciones que estén al servicio de la elaboración de la totalidad de los productos que la empresa tiene la posibilidad actual o futura de producir y comercializar.
Burguesía nacional
La iniciativa la tomó Urtubey, quien luego convenció de sumarse a la propuesta a Figueiras y a Scaglione, a quienes se sumó el estudio jurídico de Leandro Salvatierra.
Los cuatro forman parte de lo que Urtubey llama una "burguesía nacional" interesada en aportar ideas para no dejar morir compañías icónicas como SanCor, con fuerte peso en una de las regiones más productivas del país como la que conforman Santa Fe y Córdoba.
De las charlas surgió la posibilidad de ofrecer un plan de salvataje consistente que, en una primera etapa, pueda lograr fondos frescos que permitan mantener el capital de trabajo necesario para darle continuidad a la producción de SanCor.
Lograron convencer de su plan a funcionarios del gobierno nacional y de Santa Fe, además de a los propios integrantes de la cooperativa y del gremio, en este caso todos unidos por el espanto de sospechar que SanCor se encaminaba a su irremediable desaparición.
El esquema de financiamiento que armaron es simple: crear un fideicomiso que se nutra de aportes de inversores interesados en reflotar una láctea que tiene un peso específico fundamental en la cadena productiva provincial, a lo cual le sumarán mecanismos de financiamiento estatal para apuntalarla.
"Logramos convencer a todos los actores involucrados sobre la necesidad de recomponer una empresa ícono para la producción láctea argentina y con fuerte raigambre entre los consumidores" sostuvo José Urtubey, en diálogo con iProfesional.
Explicó también que el fideicomiso estará respaldado por una serie de activos que formarán el patrimonio de esa figura jurídica que a la vez será administrada por un directorio independiente de la cooperativa que serán designados por el grupo empresario con el objeto de facilitar el desarrollo de la actividad industrial y comercial de SanCor.
"La idea es generar un negocio empresarial sustentable que arroje los beneficios necesarios para atender las obligaciones laborales del personal que continúe bajo relación dependencia directa de SanCor y de las obligaciones que permitan la continuidad del giro de la cooperativa dentro de la nueva conformación del negocio junto al fideicomiso", aclaró.
No sería impensado considerar que a partir del know how de Laboratorios Richmond la láctea comenzara a producir nuevamente leches fortificadas para recién nacidos y otros productos relacionados al pharma.
De hecho, la tradicional SanCor Bebé pasó por varias manos hasta ser controlada por otro laboratorio competidor de Richmond como es Roemmers que concretó la compra de la marca a Reckitt Benckiser Group plc y a la propia SanCor. En realidad, se quedó con el 100% de las acciones de Mead Johnson Nutrition Argentina por u$s30 millones para sumar también Sancor Bebé Premium y las licencias de las marcas Enfa Bebé, Nutramigen y Enfamil en la Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay.