La compra de Air Europa por Iberia, al borde de la ruptura
La compra de Air Europa por parte de Iberia se complica cada día más y todo apunta, tanto por razones regulatorias como financieras, que la filial de IAG dará marcha atrás en una operación llamada a consolidarla como una de las primeras aerolíneas del mundo. Del lado regulatorio, la Comisión Europea decidió aplazar un mes la decisión de aprobar la operación tras recibir el pasado día 27 las nuevas alegaciones de Iberia para solventar los problemas de competencia.
De esta forma, Bruselas se da otro mes de margen, hasta el 4 de enero de 2022, para pronunciarse sobre la fusión, ampliando el plazo inicial previsto que vencía el próximo 3 de diciembre.
Consciente de esos problemas, el consejero delegado de la aerolínea del grupo IAG, Javier Sánchez-Prieto, admitió ser "más pesimista que antes" sobre la adquisición de la compañía de la familia Hidalgo.
"¿Qué pienso sobre la compra de Air Europa? Soy un poco más pesimista que antes porque hay procesos de competencia que están centrados en normas que no tienen una visión tan estratégica", señaló el presidente de Iberia en unas jornadas organizadas por la publicación digital Preferente.
"Desde el punto estratégico la compra es muy importante para el sector. Estamos jugando una partida global. Hay muchos millones de turistas asiáticos que se incorporarán a la clase media. Son oportunidades que pueden perderse", destacó Sánchez-Prieto.
Bruselas estudia si la suma de ambas aerolíneas provocaría una situación de oligopolio en varias rutas de media y larga distancia, como denuncian competidoras de la talla de Lufthansa, Air France o Ryanair. Para solventar esta situación, Iberia anunció meses atrás sendos acuerdos con Volotea para cederles slots (permisos de vuelo) para conexiones de corto y medio radio, y con World2fly para los de largo recorrido.
Para aprobar la operación, el Ejecutivo comunitario evaluará ahora si las últimas concesiones propuestas por Iberia y Air Europa resuelven los potenciales problemas de competencia, para lo que también consulta a usuarios y competidores de las compañías en un "test de mercado" de los mismos. Según explicó Bruselas al abrir su investigación, el temor es que lel diseño original de la fusión genere problemas de competencia en unas 70 rutas en las que Iberia y Air Europea son las principales o incluso las únicas operadoras.
En concreto, afectaría a los servicios que unen Madrid con Estados Unidos o Latinoamérica y a algunas rutas dentro de España o de corto recorrido que trasladan pasajeros a la capital para continuar desde allí sus viajes a América. Bruselas teme que sin estos servicios proporcionados por Air Europa a algunas aerolíneas decidan suspender sus vuelos hacia destinos internacionales que también cubre IAG, lo que reforzaría aún más la posición del grupo propietario de Iberia y British Airways.
Problemas financieros
Pero las trabas de competencia no son las únicas con las que se enfrenta esta operación acordada en noviembre de 2019 por 1.000 millones de euros, y posteriormente renegociada en enero de 2021, con la rebaja del precio a 500 millones, pero con el pago aplazado hasta mediados de 2027, supeditando el desembolso a que la compañía de Globalia cumpla con sus compromisos de deuda.
Porque Air Europa está en una situación muy delicada y necesitará de más ayudas públicas si quiere sobrevivir. La segunda aerolínea española tras Iberia se ha comido en un año el rescate estatal en forma de préstamos por 475 millones de euros que le otorgó el Gobierno en noviembre de 2020 a cargo del fondo de la SEPI para el rescate de empresas estratégicas con problemas. La compañía de la familia Hidalgo registró unas pérdidas récord en 2020 de 427,7 millones de euros frente a los beneficios de 27,7 millones del año anterior.
Una situación financiera crítica que, según admite la propia compañía en las últimas cuentas, le obligará a solicitar una nueva ayuda para solventar sus problemas de liquidez. Y esa inyección de fondos solo puede provenir de una nueva petición a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que ya ha inyectado 475 millones mediante dos préstamos a devolver en seis años. De ese total, la aerolínea ya ha gastado el préstamo participativo de 240 millones de euros, y prevé consumir el importe del otro préstamo ordinario de 235 millones del que consta el rescate antes del 31 de diciembre de este año, según se detalla en las cuentas.
Si Iberia finalmente decide dar marcha atrás en la compra, tendrá que abonar una penalización de 40 millones, como se contempla en el acuerdo alcanzado cuando se anunció la operación en noviembre de 2019, aunque se desconoce si esa cláusula ha podido ser revisada en el último acuerdo de enero pasado. De hecho, el consejero delegado de IAG, Luis Gallego, ya ha señalado en varias ocasiones que el grupo estudiará alianzas con otros operadores en caso de que no prospere la compra de Air Europa, y de paso ganar peso en el mercado asiático.