El fantasma de Techint nuevamente tensa la relación del Gobierno con los industriales
Luego del primer encuentro (virtual) entre la nueva cúpula de la UIA y dos importantes referentes del Gobierno como son Matías Kulfas y Miguel Pesce, el diálogo entre los principales industriales de la Argentina y las autoridades nacionales parece haber quedado en una promesa sin contenido.
En esa reunión, llevada a cabo el pasado 15 de junio luego de la asunción formal de Daniel Funes de Rioja como presidente de la mayor entidad fabril del país, hubo reclamos cruzados entre el Ministro de Desarrollo Productivo, el titular del Banco Central y integrantes del comité ejecutivo de la UIA.
Ambos funcionarios remarcaron el rechazo que la administración de Alberto Fernández tiene hacia Funes de Rioja por sus habituales cuestionamientos hacia las políticas de controles y cepos implementadas en el ámbito económico. El mismo día que asumió, Funes de Rioja volvió a criticar la doble indemnización y la prohibición de despidos, al referirse a esas medidas como cepo laboral.
Una foto que pronosticaba ya, en ese momento, la relación tensa que promete marcar los dos años de gestión que el también presidente de la Copal comenzó a desandar desde mediados de este mes.
Y no sólo las posturas de Kulfas y Pesce marcan dicho escenario. El Gobierno también manda sus mensajes a través de José Ignacio de Mendiguren, actual titular del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), diputado nacional por el Frente de Todos y también ex integrante de varias juntas directivas de la UIA.
De hecho, iba a formar parte del cambio de autoridades ya que había sido propuesto para integrar el flamante comité ejecutivo como parte de las negociaciones con el Gobierno para sostener la política del diálogo que mantuvo el anterior presidente de la UIA, Miguel Acevedo.
Sin embargo, a último momento, De Mendiguren fue desplazado de la entidad fabril y ahora se convirtió en otro de los voceros elegidos por el propio presidente Alberto Fernández para "marcarle la cancha" a los industriales.
Hace unas horas, el funcionario apuntó nuevamente contra sus ex colegas, denunciando "falta de transparencia" y de reconocimiento a la ayuda que el Gobierno brindó al sector empresario para poder atravesar la pandemia del Covid-19, más que nada durante el año pasado.
Y, como ya hizo el mismo Alberto Fernández meses después de sentarse en el sillón de Rivadavia, apuntó sus críticas contra el Grupo Techint y su alma matter, Paolo Roca.
Para De Mendiguren, el veto a su nombramiento fue dirigido directamente por el empresario, uno de los hombres más ricos de la Argentina, con una fortuna cercana a los u$s8.000 millones.
En declaraciones a un medio televisivo, De Mendiguren señaló al titular de Techint como quien se opuso "de manera concreta" a su continuidad como miembro de la conducción de la UIA.
"Hubo una oposición muy concreta para mí del Grupo Techint, inexplicable. Sabía que era Paolo Rocca, lo llamé a Italia y no tuve respuesta", resumió el presidente del BICE.
Sus palabras hacen recordar a los cuestionamientos que el 20 de marzo del año pasado, hizo Alberto Fernández también contra Rocca a quien, en ese momento, acusó de despedir trabajadores en medio de la pandemia por el coronavirus,
En esta oportunidad, sin nombrarlo de manera directa, apuntó contra el dueño de Techint. "Has ganado tanta plata en tu vida, tenés una fortuna que te pone entre los más millonarios del mundo; hermano, esta vez colaborá, y hacelo con los que hicieron grande a tu empresa, con los trabajadores", afirmó el jefe de Estado.
Lo hizo luego de que se conociera una decisión de Techint de despedir 1.450 empleados de sus obras privadas de construcción que lleva adelante con su controlada, Techint Ingeniería y Construcción que estaban frenadas por la cuarentena.
Sin tregua
Desde la UIA aseguran que en la salida de De Mendiguren nada tiene que ver Techint, sino que se trató de una decisión vinculada a federalizar más los cargos y darle mayor participación a las entidades industriales del interior. También aseguran que el rol de Techint dentro de la organización fabril es como el de cualquier otra empresa socia.
Pero, lejos de aquietarse los vínculos con el Gobierno se siguen tensando y hasta ahora los industriales no han logrado que se les haga un lugar en la agenda del presidente Alberto Fernández.
El mismo día de su asunción, Funes de Rioja informó que había solicitado un encuentro formal con el Jefe de Estado, que hasta ahora no se concretó y que, con estas circunstancias no parece tener fecha cierta.
Más, cuando el mensaje oficial ya fue enviado por Kulfas y Pesce, quienes cuestionaron las críticas de los industriales y dejaron en claro que la única agenda económica que se puede debatir es la del Gobierno.
"No hay tregua sin ellos no admiten esto", dijeron a iProfesional fuentes oficiales que, de todos modos, ponderan las intenciones de los industriales de querer bajar los decibeles a la polémica generada por la asunción de Funes de Rioja.
"Nos parece un hecho positivo, siempre que tengan en claro que el camino es el que traza el Gobierno", agregan quienes igualmente ven al nuevo titular de la UIA como un "enemigo" que les está generando un profundo malestar por sus permanentes cuestionamientos a las políticas oficiales.
Está claro que la necesidad de retomar la senda de diálogo para recomponer una agenda de trabajo es compartida tanto por la Casa Rosada como por los industriales. La diferencia consiste en la agenda de ese diálogo que, como sostienen los industriales, permita consolidar en el tiempo la recuperación del sector productivo.
Desde la UIA piden un plan que impulse el crecimiento del empleo formal, la inversión privada y las exportaciones. Piden políticas industriales para dinamizar la generación de empleo y la actividad, además de atraer inversiones para consolidar un proceso de crecimiento a largo plazo.
Si bien los enunciados son respaldados desde el Gobierno, la agenda oficial es muy diferente, se basa en acciones como las del Consejo Económico y Social; los planes sectoriales en el Ministerio de Desarrollo Productivo; la expansión histórica del crédito a la producción; la inclusión financiera de las mipymes y el fomento de la inversión y exportaciones.
Los funcionarios recuerdan que la actitud y la política marcada por el propio Alberto Fernández es la de sostener un muy buen diálogo con los sectores de la producción y el trabajo a partir de visualizar las acciones que el Gobierno viene encarando para sostener la actividad durante la pandemia.
Acciones que ejemplifican con iniciativas como las del ATP. O con la baja de las tasas de interés; los cambios en el esquema de retenciones; reintegros; políticas para el desarrollo de proveedores, para los parques industriales y de fomento a la exportación.
Según los voceros oficiales, este tipo de políticas provocó que de 16 ramas industriales, 12 se encuentren en claro proceso de recuperación respecto del 2019, crecimiento que encabeza el sector de la maquinaria, seguido por la electrónica; equipamiento médico; alimentación y otras ramas como la automotriz, con más autopartes nacionales, y el textil, con nuevas inversiones.
Para los funcionarios, hay balances que se han saneado con el cambio de política industrial, balances que daban pérdidas a empresas emblemáticas que hoy están logrando números positivos por las medidas del Gobierno.
Recuerdan además que es fundamental el desarrollo de un mercado de capitales y financiero que canalice el ahorro hacia la inversión y la creación de empleo y que permita dar vuelta una larga historia de baja participación del crédito al sector productivo, en un marco de estabilidad interna y externa.