Bayer Monsanto, entre la multa multimillonaria en Argentina y los nuevos transgénicos para vender más veneno
Eludió responsabilidades una y otra vez, a lo largo de los años. Hasta que las autoridades dijeron basta. Comprobado el incumplimiento de la ley 27.729 que fija la obligación de recolectar y tratar los envases con agrotóxicos, el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) fijó una multa superior a los 132 millones de pesos a las razones sociales Bayer Monsanto –hoy constituidas en una única empresa: Bayer– por violar la normativa.
La sanción, estipulada por el incumplimiento en la provincia de Buenos Aires, es considerada por el mismo OPDS como la más potente aplicada en décadas.
Según indicaron desde el organismo, la empresa fue informada de la multa a cubrir durante la última semana del mes pasado.
La penalización, junto con los montos fijados para otras compañías del mismo rubro, resultó divulgada por Juan Brardinelli, actual director ejecutivo del organismo. "Las razones sociales Bayer y Monsanto constituyen hoy una única empresa: Bayer. Sumadas ocupan el primer lugar en el orden de las multas por un total de $132.124.126", detalla un informe del OPDS al que accedió iProfesional.
A las sanciones en Argentina se suma, también, la polémica en torno a la dirección que sigue profundizando la compañía en términos de soluciones químicas para el agronegocio.
Por estos días, y en lo representa un hecho inédito de manipulación genética, Bayer busca la aprobación en los Estados Unidos de una variedad de maíz que funciona con 5 venenos combinados: glifosato, 2,4-D, dicamba, glufosinato de amonio y quizalofop.
De ese total, al menos 3 –glifosato, 2,4-D y dicamba– son señalados por la ciencia independiente como capaces de generar cáncer. Sobre el glufosinato, en tanto, distintos estudios señalan que es un compuesto capaz de afectar el sistema neurotransmisor de los humanos para inducir desde la pérdida de la memoria hasta convulsiones.
Por citar un caso, experiencias de laboratorio concretadas por la francesa Université d’Orléans constataron alteraciones cerebrales generadas por la exposición crónica al glufosinato de amonio. Por su parte, el quizalofop en principio es letal para ambientes y organismos acuáticos.
Interés local
¿Por qué interesa en la Argentina lo que ocurra con este maíz en los Estados Unidos? Porque la legislación local en términos de liberación de transgénicos y permiso de uso de plaguicidas replica prácticamente de forma automática aquello que recibe luz verde en Norteamérica.
Así ha funcionado el sistema doméstico desde la habilitación otorgada a la primera soja resistente al herbicida glifosato durante el verano de 1996 –anunció casi en simultáneo con la primera comercialización de la oleaginosa transgénica justamente en los Estados Unidos–.
Todo esto ocurre mientras los cuestionamientos a la compañía también se multiplican en Europa.
La semana pasada, organizaciones como la Red Internacional de Acción en Plaguicidas (PAN) y la Fundación Rosa Luxemburgo, que presentaron un estudio conjunto que revela que, pese a la prohibición europea, Bayer es una de las firmas que más se beneficia de las regulaciones tibias vigentes en países en desarrollo para exportar pesticidas que dañan la salud.
Según el estudio, Bayer –también se menciona a BASF– es responsables del desarrollo y comercialización de por lo menos 33 sustancias nocivas.
Muchos de estos agrotóxicos son mortales con una baja dosificación, otros son cancerígenos, mutágenos, que alteran permanentemente el ADN de las células, o son tóxicos para la reproducción –pueden provocar abortos o daños al feto en desarrollo–.
Las organizaciones mencionadas remarcan que Bayer se comprometió en 2013 a no comercializar más sustancias tóxicas como el químico fenamifos. Sin embargo, sigue ofreciéndolo en Argentina y Brasil.
Juicios por glifosato y dicamba
La firma sigue destinando recursos con la intención de desarticular los juicios en contra que se le siguen en Estados Unidos por el rasgo cancerígeno del glifosato. Bayer viene de perder los tres procesos –Johnson, Pilliod y Hardeman- iniciados por víctimas de la toxicidad de la formulación RoundUp.
A mediados del año pasado, la compañía informó su decisión de desembolsar al menos 10.000 millones de dólares para cerrar la mayoría de los procesos penales que asumió tras la adquisición de Monsanto, iniciados por muertes y enfermedades causadas por el uso del herbicida.
Bayer reconoció que enfrenta al menos 125.000 demandas sólo en los Estados Unidos.
"La característica principal es la resolución de RoundUp en los Estados Unidos que dará cierre a aproximadamente el 75 por ciento de los litigios actuales de RoundUp que representan aproximadamente 125.000 demandas presentadas y no presentadas en total", precisó en un comunicado divulgado en la segunda parte de 2020.
"Las demandas resueltas incluyen todas las firmas de abogados demandantes que lideran el litigio federal multi-distrito de RoundUp o los casos representativos de California seleccionados para juicio, y aquellos que representan el 95 por ciento de los casos actualmente listos para juicio, y establecen valores y parámetros clave para guiar la resolución del restante de los reclamos, a medida que avanzan las negociaciones", añadió.
En simultáneo a los procesos por el glifosato, la empresa afronta otros cuestionamientos legales en Norteamérica por la dispersión del dicamba, herbicida de toxicidad elevada que también comercializa en la Argentina.
En concreto, Bayer enfrenta un proceso por el daño en cultivos aledaños que genera la aplicación del agrotóxico en un campo determinado. Hoy por hoy, la firma persigue un acuerdo con los demandantes que podría significarle un pago de al menos 400 millones de dólares.
Organizaciones ambientalistas vinculan el dicamba con el "Agente Naranja" que hizo estragos en la Guerra de Vietnam, en una suerte de "reciclado civil" de una vieja arma biológica. El "Agente Naranja" fue concebido con la idea de acabar con las plantaciones y escondites del Vietcong. Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe y la provincia de Buenos Aires, son algunos de los territorios donde hoy se aplica el plaguicida.
Por último, resta mencionar que Bayer Monsanto cuenta con una variedad de soja transgénica –Intacta Xtend– que funciona con el veneno mencionado. Desde hace al menos un lustro, ese transgénico inmune al dicamba aguarda por su lanzamiento comercial en la Argentina.