Alitalia, en jaque: alertan que sólo le queda un mes de vida
A la emblemática línea aérea Alitalia le queda dinero para treinta días. Ocurre que a la compañía se está quedando sin caja. Los empleados sólo recibieron la mitad de su salario de marzo con una semana de retraso. Como parte de la retribución es variable, vinculada a las horas de vuelos, algunos solo han ingresado centenares de euros.
Se puede pensar que la aerolínea sea una de las numerosas víctimas de la pandemia, pero no. De hecho, solo está sobreviviendo gracias al dinero que ha recibido como apoyo financiero de emergencia tras el estallido de la covid. Una ayuda de 24,7 millones de euros que se agotará en breve. Los problemas de Alitalia vienen de mucho más lejos, indica un análisis publicado por La Vanguardia.
Alitalia, una empresa "agónica"
Una anécdota: cuando era un analista del sector, Mike Powell, ex director financiero de Wizz Air y actual presidente ejecutivo de Flybondi y Flycana (líneas aéreas de bajo coste sudamericanas), declaró a este diario que "Alitalia va a desaparecer próximamente". Era en el 2005. Pero la aerolínea, como el dinosaurio de Augusto Monterroso, sigue allí. Más agónica que nunca.
En los últimos treinta años no ha logrado beneficios. Con pérdidas acumuladas de más de 11.000 millones de euros desde el 2000, ha absorbido más de 10.000 millones de dinero público. En el 2008, cuando Berlusconi era primer ministro, se intentó agregar empresarios privados italianos, pero la idea fracasó. Los últimos gobiernos con la mayoría del Movimiento Cinco Estrellas han intentado lo imposible para reflotar la empresa. Se barajó hacer entrar en el capital la sociedad de ferrocarril pública (Ferrovie dello Stato).
Luego se pensó en la participación del Ministerio de Economía y hasta de Atlantia, la firma gestora de las autopistas de la familia Benetton, en un intento de hacerle pagar el colapso del puente de Génova. Ningún proyecto cuajó. En quiebra desde el 2017, los administradores se han sucedido sin pena ni gloria. Desde entonces Alitalia ha conseguido préstamos estatales de 1.300 millones que la Comisión está todavía evaluando si son legales. Si tuviera que devolverlos, no podría.
En cuanto a las alianzas, se les ha asociado estos meses con Delta, Lufthansa, Easyjet. Nadie se ha atrevido a dar el paso. Entre otras cosas porque Alitalia, aparte de problemas de gestión crónicos (hace años que sus señoriales oficinas en la Diagonal cerraron las puertas), no seduce a los viajeros. En el 2019, solo el 7,9% de los cerca de 100 millones de pasajeros que viajaron hacia y desde Italia eligieron esta aerolínea. Ryanair tiene una cuota de mercado del 23%.
El Gobierno italiano busca una salida
El Gobierno italiano quiere formar una nueva compañía (llamada ITA), con apenas 45 aviones, solo cuatro de ellos para largas distancias y con menos de 4.000 trabajadores (la mitad que los actuales de Alitalia) sin servicio de mantenimiento o de asistencia. ITA se quedaría con los activos de Alitalia, pero sin pagar por ellos. Coste de la operación para el contribuyente: 3.000 millones de euros.
Sin embargo, Bruselas no lo ve tan claro. Primero, le exigiría reducir a la mitad los derechos de vuelos en el aeropuerto de Linate (Milán). También pretende que esta empresa marque una ruptura con la anterior. Es decir, que sea rentable. Pero, según ha trascendido a la prensa estos días, la Comisión ha advertido que así como está planteada la aerolínea no sería capaz de generar retornos y que los activos de Alitalia hay que pagarlos. Si la comisaria Margrethe Vestager no da el visto bueno, Alitalia corre el riesgo de quedarse en tierra para siempre, señala La Vanguardia.
El Ejecutivo italiano recuerda que las pérdidas de Alitalia en el 2020 han sido relativamente pequeñas comparadas con las de Lufthansa o Air France: unos 484 millones de euros, pero no menciona que hace décadas que no hace dinero alguno. Asimismo, exige paridad de tratamiento. "Por la calle los trabajadores de Alitalia me dicen que se ha concedido mucho más dinero a Lufthansa o Air France", dijo el ministro de Desarrollo Económico, Giancarlo Giorgetti. El problema es que lo que ingresó la italiana por la pandemia ya se lo ha gastado.