Insólita paradoja con la leche: el precio en góndola no afloja pero esto es lo que pasa con los tambos
Al compás de los costos en alza, una demanda planchada y la vigencia de políticas de precios que repercuten en toda la cadena, los tambos de la Argentina atraviesan uno de los períodos más críticos. El sector sufre los efectos de una exportación limitada por las retenciones, un consumo que no levanta a raíz de la recesión dominante y un precio bajo determinado por los programas oficiales de precios Cuidados y Máximos.
Precisamente este último aspecto es el que más complica a los productores de leche. Las iniciativas que mantiene el Gobierno fijan un techo para el valor del producto de planta. Y ese mismo aspecto es el que incrementa el tenor de los costos que, dolarizados en gran medida, afrontan los tambos.
El monto que perciben los productores es tan bajo que, según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) a que los que accedió iProfesional, los tambos argentinos están entre los que cobran la leche más barata del mundo.
Lo paradójico es que esto ocurre mientras, a excepción de algunos artículos incluidos en la nómina de Precios Máximos, el valor de la leche y los lácteos no dejan de pegar saltos periódicos en las góndolas de los supermercados.
Hoy por hoy, los productores perciben por litro 0,27 dólares mientras que, hace exactamente un año, por la misma unidad recibían 0,29. En dicho lapso, el ingreso real de los tamberos cayó 6,2 por ciento, siempre de acuerdo a lo constatado por OCLA.
El precio de la leche en góndola, con las versiones "larga vida" a la cabeza, merodea los 1,10 dólares por litro. En la comparativa con los países de la región que generan este producto, Argentina paga menos que Uruguay -0,32 centavos de dólar la unidad-, Chile -0,41- y Brasil -0,36-.
Entre los "peso pesado" de la producción láctea a nivel global, en Estados Unidos el tambero percibe 0,37 por litro, mientras que en Nueva Zelanda –líder mundial en exportación de leche en polvo– el pago es de 0,41.
A principios de febrero, las entidades del campo nucleadas en la Mesa de Enlace salieron a reclamar medidas urgentes para el sector lácteo. Y argumentaron que, de mantenerse los precios actuales que percibe el productor, la actividad terminará por extinguirse en el corto plazo.
Coninagro, CRA, Federación Agraria y la Sociedad Rural expusieron que, en este último tiempo, aumentaron las retenciones para las exportaciones de lácteos y, además, el consumo no repunta por efecto de la recesión dominante.
Desde la Mesa de Enlace afirmaron que el escenario de crisis que atraviesa la actividad "está fuertemente influenciada por el programa de Precios Cuidados, así como el desincentivo a la exportación que presentan las retenciones y los ínfimos reintegros. Estamos exportando impuestos".
Los tambos en peligro
A través de un comunicado al que accedió iProfesional, las organizaciones informaron recientemente que peligra la continuidad de al menos 10.000 tambos, aparte de señalar que los productores carecen de incentivos y cargan también con una presión impositiva asfixiante.
"Desde mediados de 2020 el productor está recibiendo un precio insuficiente, por su leche en tranquera de tambo. No se llegan a cubrir los costos de producción, que están dolarizados en un 80 por ciento, no recibimos ningún incentivo y nuestra carga impositiva es muchísimo más alta que en el resto del mundo", señalaron.
A tono con esto, Coninagro expuso en su semáforo de seguimiento del rubro que la actividad lechera está "en rojo y con pronóstico reservado".
Respecto de este escenario, Daniel Kindebaluc, secretario general de Coninagro, expresó que "se prevé que los meses próximos la actividad se seguirá resintiendo". Y, desde esa perspectiva, pronosticó un "cierre de tambos y achique en la producción".
"Los costos al productor del tambo han subido, así como la alimentación a animales, que se compone de maíz, y esto provoca un atraso en los precios. Estamos en un momento en que evaluamos si hacer ‘caja’ el maíz que tiene el productor en el campo o hacer ‘bolsa’ de reserva para alimentar a los animales para el invierno. Es una encrucijada difícil de sostener y los más afectados son los pequeños y medianos productores", concluyó.