Faltan desde cápsulas Nespresso hasta autos y cubiertas: así se cierran las importaciones por escasez de dólares
La postura del Gobierno de mantener "pisadas" las importaciones como medida para contrarrestar la falta de dólares y cuidar las reservas complica al máximo el funcionamiento de determinados rubros y actividades.
Desde situaciones puntuales como la que sufre Nespresso, que tal como expuso iProfesional afronta el desabastecimiento de cápsulas y máquinas, a las serias dificultades que enfrentan las concesionarias para entregar unidades vendidas, el abanico de sectores "trabados" es amplia y creciente.
Ámbitos como la construcción y el agronegocio, por mencionar algunos rubros de actividad, tuvieron que desacelerar la marcha ante la ausencia de materiales, accesorios, repuestos e insumos en general.
"Nos estamos volviendo locos. Faltan hasta pigmentos, lo que lo incluso las pinturas especiales están complicadas", comentó a iProfesional Darío López, presidente de la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y socio en Arquitectonika.
Cableado, artículos y accesorios hechos en cobre y otros metales, aluminios en general, brillan por su ausencia desde el último trimestre de 2020 a esta parte. Las demoras en la entrega de algunos productos -los basados en hierro, por ejemplo- pueden alcanzar los 90 días.
"Nos pasó con la grifería. En un proyecto tuvimos que cambiar los modelos porque los que pusimos en un principio luego dejaron de conseguirse", añadió López, en un diálogo reciente con este medio.
Para luego completar: "Cerraduras tampoco se consiguen. Y los precios se dispararon a un nivel que espantan. Justamente las cerraduras para obra que comprábamos a 200 pesos previo a la pandemia hoy se venden a 900. La demora en la entrega de esas mismas cerraduras está arriba de los 45 días".
En el ámbito de las automotrices el escenario está muy lejos de ser mejor. Las trabas para importar autos no dejan de crecer y es cada vez más dificultosa la posibilidad de prever con qué stock se podrá trabajar.
"Hoy lo mejor que podemos hacer es guardar las pocas unidades que tenemos hasta que se acomode el mercado. Vender un auto es descapitalizarnos, porque seguramente no se podrán volver a comprar por el mismo valor, o, ni siquiera, por un porcentaje apenas superior", explicaron desde un concesionario.
Entre los comercializadores hay coincidencias en que se trabaja "prácticamente sin precios", además de resaltar que el promedio de espera para adquirir un modelo de alta gama importado no baja de los seis meses.
"En muchos casos ni siquiera se asume el compromiso de entrega. Se vende lo que está en el local. La demora en los permisos de importación complica cualquier previsión. En algunos casos incluso se llega a tomar los datos del interesado y luego es la misma concesionaria la que se comunica para avisar que entraron nuevos autos", confiaron desde el sector.
A las complicaciones que reconocen los vendedores de unidades premium hay que añadir los inconvenientes existentes, también, para el ingreso de rodados de segmentos medios y chicos. En esos casos, la pausa en las entregas puede extenderse hasta por tres meses.
Las plantas fronteras hacia adentro, en tanto, atraviesan un contexto de dificultades para hacerse con determinadas piezas. Ese aspecto también talla en contra de los tiempos de producción de nuevas unidades.
Desde autos hasta cubiertas
Baterías, accesorios basados en cobre, sistemas de arranque, son algunos de los productos que sufren una demora cada vez más amplia.
"El sector depende mucho de la importación. El 80 por ciento de los repuestos que se venden en Argentina son importados, del Mercosur o extrazona, o son nacionales, pero con una alta integración de componentes traídos desde afuera", declaró al respecto José Armando Giordano, titular de la cordobesa Cámara de Empresarios de Repuestos Automotor y Afines (CERAC).
El faltante no concluye ahí: en el último semestre se intensificó el desabastecimiento de cubiertas, siempre por efecto de la ausencia de divisas. El problema encendió luces rojas en el tablero de los sojeros y los fabricantes de maquinaria agrícolas, quienes advirtieron que la nula disponibilidad del accesorio tendrá efectos sobre la cosecha.
"Si bien estimamos que este año se podrían repetir los volúmenes de ventas de maquinaria agrícola del 2020, de no contar con la disponibilidad de componentes, partes ni máquinas de modelos que complementan nuestra fabricación local, no podremos satisfacer las necesidades de los productores y contratistas argentinos", advirtió recientemente la Asociación de Fábricas y Distribuidores Argentinos de Tractores y otros equipamientos Agrícolas, Viales, Mineros, Industriales y Motores (AFAT).
En declaraciones recientes, su presidente, Reynaldo Postacchini, aportó más detalles: "Las autorizaciones del SIMI son más lentas de lo que necesita el ensamblado. El Gobierno no lo hace por malo, sino porque faltan dólares por problemas de balanza comercial. Por otro lado, las empresas proveedoras también tienen sus demoras de entrega por la pandemia. Entonces, un neumático que debería haber llegado en marzo, lo hará en junio, cuando habrá terminado la cosecha".
"No llegaremos al extremo de no poder levantar la cosecha, pero habrá problemas y no se podrán hacer negocios para que las empresas puedan mantener sus estructuras", aseguró.
El caso Nespresso
Otro caso que desnuda el presente restringido que transitan las importaciones corresponde a la situación que atraviesa Nespresso. Como expuso iProfesional en las últimas horas, las máquinas de la marca y las cápsulas que produce la compañía comenzaron a escasear.
El faltante, aclaran fuentes del sector, no es total. Pero sí hay preocupación porque ya hay muchas variedades de café que directamente no se consiguen, así como tampoco determinados modelos de la popular máquina. Y el consenso es que este escenario se está profundizando día tras día.
En pocas palabras: el stock se achica día a día y no hay certeza de que la situación vaya a cambiar en el corto plazo.
¿Qué sucede? Así como las automotrices están teniendo dificultades para importar, Nespresso también sufre problemas ligados con la política de importaciones que impuso el Gobierno, ante la falta de dólares.
Cabe recordar que hace un par de meses el Banco Central (BCRA) había establecido restricciones a las importaciones de una serie de productos, con una extensión de hasta 180 días para que las empresas pudieran hacerse de las divisas necesarias para cubrir la operatoria. La medida tuvo como objetivo principal el cuidado de las reservas.
"Las importaciones están cerradas", dijeron a iProfesional agentes de venta de la marca. "Las cápsulas están trabadas y no se permite el ingreso porque no están catalogadas como productos esenciales", añadieron.
En el sitio Web de Nespresso, por ejemplo, se exponen como "temporalmente sin stock" un número cada vez mayor de variedades: Indonesia, Cocoa Truffle, Ispirazione Roma, Vanilla Eclair, India, Nicaragua y Colombia.
Otra fuente consultada se refirió a la disponibilidad de las máquinas cafeteras. Sostuvo que Nespresso mantiene a la venta las Lattissima, cuyas dos versiones oscilan entre los 36.990 y los 53.990 pesos, y la opción Creatista Plus, a $55.990.
"Sólo hay dos líneas porque nos quedamos sin stock. Las que ingresaron al país quedaron retenidas en la aduana. No tenemos idea cuándo esas máquinas estarán disponibles para la venta", afirmó la voz interpelada.
"Usualmente tenemos una propuesta de por lo menos 7 modelos. Ahora eso se achicó a las que se pueden ver en la web. Como en el caso de las cápsulas, trabajaremos hasta agotar stock. Esperamos la situación cambie en el corto plazo, pero por ahora todo es incierto", concluyó.