Franquicias que funcionan en pandemia: cuánta plata hay que invertir y qué rentabilidad dan
Se estima que en 2019 las franquicias generaron el 2% del PBI nacional. Hacia fines de ese año, existían en el país unas 1.100 marcas con unos 30.000 puntos de venta que generaban 200.000 empleos directos.
Como ocurrió en todas las áreas de la economía, la pandemia supuso un duro golpe para el sector, que durante la etapa más estricta de la cuarentena perdió el 18% de esos puestos de trabajo, según los datos relevados por la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF).
Sin embargo, hubo algunos rubros dentro del universo de las franquicias que soportaron mejor que otros los embates de la pandemia. Incluso, hay casos de firmas que lograron expandirse y que ofrecieron a inversores la posibilidad de contar con una fuente de ingresos segura.
"Los rubros de productos esenciales como alimentos (supermercados, dietéticas, carnicerías, etc.), las farmacias, las casas de colchones, las pinturerías, las casas de muebles y los comercios de decoración son, en general, los que menos sufrieron. Además, los que más porción de su venta tenían volcada al ecommerce o los que más rápidamente lo desarrollaron, también lograron moderar el impacto", señalaron desde la AAMF.
Además, detallaron que "la otra variable interesante es la ubicación: los comercios en zonas de oficinas han tenido, y en su mayoría siguen teniendo, un impacto mucho mayor que los que se ubican en zonas residenciales".
Dentro de ese universo, existen dos casos paradigmáticos. Que, incluso en época de pandemia, lograron crecer y ofrecen a los inversores, o a aquellos que cuentan con dinero para emprender, la posibilidad de contar con una renta mensual.
Casos de éxito
Luz Azul
La Pyme láctea Luz Azul logró expandirse en plena pandemia, incluso llegando casi duplicar la cantidad de sus locales franquiciados.
"Al ser esencial, fue uno de los rubros que más creció, sobre todo un producto de primera necesidad como son los quesos y fiambres. Desde agosto de 2020, llevamos abiertos 25 locales. Actualmente, contamos con 55 en toda la cadena", explicó a iProfesional Gabriela Benac, gerente de la firma.
Según detalló Benac, para invertir en una franquicia de Luz Azul se debe contar con alrededor de $5.000.000. Con ese monto, el franquiciado accede al mobiliario y la mercadería, las reformas necesarias para dejar el local listo para abrir, la informática e incluso la comisión de la inmobiliaria.
"Con esa inversión se obtiene una renta del 10% de la venta. Para nuestro caso, una franquicia es generarse el propio sueldo: no lo recomiendo para grandes inversores, lo recomiendo para gente que busca generar su propio ingreso a partir de sus ahorros, ya que es una franquicia muy activa, donde tenés que estar presente y es importante el manejo de su dueño.
Son productos muy sensibles con fechas de vencimiento, rotación, etc. Hay que gestionarla", sostuvo Benac, quien aclaró: "Nosotros no cobramos el ‘fee’ de franquicia, que sale u$s5.000 al dólar oficial, hasta que el franquiciado no encuentra el local y se evalúa cuál va a ser el gasto que va a tener de construcción o remodelación, que es lo único que no está estandarizado. Después, todo está contemplado y es estándar para todos los locales".
En ese contexto, el valor que se pagará de alquiler depende de la ciudad, la ubicación y el tamaño. Por ejemplo, en ciudades chicas del interior de la provincia de Buenos Aires, el promedio es entre $40.000 y $60.000 por mes; en Capital y GBA, por caso, es entre $80.000 y $120.000. El modelo estándar de negocio cuenta con tres empleados.
"La facturación por local parte desde $1.200.000 o $1.500.000, que son los más bajos de la grilla. Después tenemos locales que facturan $2.500.000 o $3.000.000", sostuvo Benac, quien aclaró: "A medida que va creciendo la facturación, el margen se agranda: un local que vende $4.000.000 no deja $400.000 (que sería el 10% estipulado), deja $600.000. Porque con una facturación de $1.200.000 se cubre los gastos fijos, de ahí para arriba empieza a ser mucho más la ganancia".
La titular de LuzAzul contó también cuál es el perfil actual del franquiciado: "Mucha gente que tenía negocios de otros rubros, como gastronómicos, de turismo o indumentaria, que no funcionaron por la pandemia, se volcaron a la alimentación, que es esencial. Hubo muchos comerciantes que se transformaron y profesionales que se fueron de sus empresas, que obtuvieron un retiro voluntario o cobraron una indemnización y se volcaron a este rubro".
Costumbres Argentinas
Otro caso que continuó expandiéndose aún en plena pandemia fue la cadena de locales de Costumbres Argentinas, que en la actualidad cuenta con la elaboración de más de 200 productos entre panificados, alimentos, helados y snacks.
Según explicó a este medio Luis Videla, presidente de Grupo Almar, que tiene dentro de su estructura a Costumbres Argentinas, en lo que va del año ya se inauguraron tres locales y durante marzo, abrirán otros tres.
"Acordamos 16 franquicias nuevas el año pasado, en plena pandemia, y no cerramos ningún local, que no es poca cosa. Este año abrimos la primera franquicia en Rosario y tuvimos más de 900 pedidos de franquicias entre enero y febrero. De ahí hay una selección, pero de esa cantidad se concretan unas nueve o diez franquicias", sostuvo Videla.
El monto de la inversión, en una avenida porteña en un barrio residencial, es de unos u$s49.000. Siempre dependiendo de la zona y el tamaño del local, la facturación oscila entre $1.500.000 y $3.500.000. El recupero de la inversión se da entre los 18 y 24 meses. Se estima, además, que el alquiler promedio del local debe demandar unos $120.000 por mes.
El interesado generalmente se contacta vía web e informa el monto de dinero que cuenta para invertir y su experiencia en el rubro, luego se hace una evaluación de viabilidad.
"Después de dos o tres reuniones, se deja una seña y se empieza a buscar locales en la zona donde se va a instalar el local. Siempre queremos que el negocio esté en la zona donde los franquiciados viven, porque creemos que es importante que en algún momento del día pasen por el local. De todas maneras, tenemos más de 60 monitores donde trabajan seis personas y miramos todos los locales: cada local tiene entre cuatro y seis cámaras, y controlamos la tienda: apertura, cierre, movimiento, robos. Ayudamos a marcar los puntos que están mal, cosas que se hayan visto durante el monitoreo. Damos siempre un apoyo constante al franquiciado", explicó Videla.
El empresario aclaró: "Constantemente estamos detrás, porque nuestro negocio es venderle nuestros productos al franquiciado. Ese es el secreto de nuestra expansión".
Una vez que se cerró el acuerdo para alquilar el local, la maquinaria se pone en marcha. "Entre los 45 y 60 días, tenemos que tener el local abierto. Con la inversión inicial, vas a tener un local llave en mano: ya está dentro de eso el proyecto, los arquitectos, los muebles, los hornos, las cámaras de congelado, la instalación de cámaras de seguridad, la primera compra de insumos y materia prima. Con eso, el inversor ya abre un local. Quince días antes de la apertura se toma el personal y se lo capacita, los quince primeros días hay supervisores y capacitadores en la tienda acompañando al franquiciado. Después de dos meses de operar el local, el franquiciado ya empieza a funcionar solo", concluyó Videla.