¿Se cae la operación?: la venta de Sodimac, a punto de fracasar
A pesar de la existencia de dos ofertas por Sodimac, el traspaso de las acciones de la cadena de artículos para el hogar y la construcción, podría quedar en la nada.
Por lo menos así se aseguran quienes siguen de cerca la operación entre los cuales existe una certeza cada vez mayor: que el grupo chileno Falabella evalúa por estas horas abandonar el traspaso de Sodimac Argentina a un nuevo propietario.
Esta posibilidad fue tomando fuerza en las últimas semanas a partir de la falta de comunicación entre el holding chileno y los dos inversores que presentaron propuestas concretas de compra.
Se trata del fondo Inverlat –conformado por los socios Carlos Giovanelli, Damián Pozzoli y Guillermo Stanley- que es dueño de la cadena Havanna, entre otras importantes marcas de consumo masivo. Y de Cono Sur Investments, fondo liderado por José Manuel Ortiz Masllorens, un ex miembro del mítico fondo inversor The Exxel Group, fundado por Juan Navarro.
iProfesional pudo saber que ambos grupos acercaron tres ofertas diferentes durante este proceso de venta sin que hasta ahora se conozca una respuesta de parte de los dueños de la filial local de la cadena de origen chileno.
El silencio hace pensar en un desenlace inesperado, luego de que a mitad del año pasado los chilenos anunciaran la decisión de abandonar sus negocios en la Argentina cerrando todos los locales de Falabella y transfiriendo el control de Sodimac.
"La pandemia aceleró el proceso de digitalización del retail y afectó los resultados. Para adaptarse a esta nueva tendencia y hacer sustentable la operación en el tiempo, Falabella y Sodimac determinaron cerrar tiendas en Buenos Aires en los próximos meses", detalló en ese entonces la compañía, mediante un comunicado difundido a los medios.
Sin embargo, el proceso se hizo largo y generó un fuerte desgaste a los interesados en quedarse con las operaciones de esta última cadena, a partir de que ninguna de las ofertas que se fueron acercando convenció al grupo del país vecino, generando un ambiente de indefinición que terminó por desgastar, aburrir y frustrar a los posibles nuevos inversores.
Coca Cola en el Titanic
Todo esto en un contexto macro económico con el que atraviesa la Argentina, caracterizado por una alta inestabilidad y volatilidad que siembra dudas sobre el futuro de los negocios y de posibles nuevas inversiones.
"Hay un mala lectura del grupo chileno sobre la operación porque creen que están vendiendo la última Coca Cola en el desierto de un país estable cuando es todo lo contrario porque la están vendiendo en el Titanic", advierten quienes siguen muy de cerca el día a día de la operación.
También se cuestionó el endurecimiento en las condiciones contractuales y los cambios aplicados en las negociaciones para cerrar la transacción que llevaron a cabo desde Falabella como la intención de no separar las operaciones de ambas marcas, la imposibilidad de seguir usando Falabella, así como el futuro de todos los empleados y del negocio financiero mediante la tarjeta CMR, que sería traspasada al Banco Supervielle.
Además, para poder cerrar las propuestas los dos grupos que quedaron en carrera tuvieron en cuenta la cada vez más compleja situación de la Argentina, porque entienden que las nuevas reglas de juego que plantea ahora Falabella serían imposibles de cumplir con el escenario macro que plantea la economía doméstica.
A pesar de dicho escenario, los chilenos pretendían que los posibles compradores de Sodimac también se hicieran cargo de la sociedad controlante de Falabella, de la cuantificación de las contingencias y de la futura liquidación de esta marca, además de establecer que cualquier conflicto legal deberá dirimirse bajo la justicia chilena, entre otros aspectos.
Ahora, el proceso sufriría otro traspié, terminando por convencer a los chilenos de quitar el cartel de venta y plantear una nueva estrategia orientada a lograr la sustentabilidad de la operación local sin tener que inyectar fondos desde la casa matriz, tal como venía ocurriendo en los últimos años tanto con Sodimac como con Falabella.
En el caso de la tienda departamental, en las próximas semanas se conocerán nuevos cierres de sucursales que se sumarán a las que el grupo chileno ya llevó a cabo en varias localidades del país como Mendoza, San Juan, Córdoba, el punto de venta en el microcentro porteño, en Florida al 300, y el del shopping Tortugas Open Mall (TOM), en la localidad bonaerense de Tortuguitas. el Dot Baires Shopping ni en el Alto Avellaneda. También, las sucursales de Malvinas Argentinas y Villa Tesei de Sodimac.
A estos se podrían sumar en breve los del Microcentro porteño (Florida 202), el de Unicenter y el de Rosario.
Este plan de salida del país se complementa con un proceso de retiros voluntarios para todo el personal que cesarán sus actividades.
De hecho, en febrero pasado, el grupo chileno presentó un plan de inversiones por u$s800 millones, que excluye a la Argentina y que se encuentra mayormente enfocado en crecer en Chile, México y Brasil, y al desarrollo de la franquicia Ikea, la cadena sueca de artículos para el hogar, en Chile y Colombia.
En el caso local, Falabella desembarcó en la década del 90 y llegó a tener 10 tiendas en el país: tres en Capital Federal, tres en la provincia de Buenos Aires y cuatro en el interior, en Córdoba, Mendoza, Rosario y San Juan.