Otra "foto" del desastre: la cantidad de locales que cerraron en Capital casi se triplicó en un año y estalló la venta callejera
El derrumbe que evidencian los locales comerciales de la Ciudad no deja de profundizarse. Y cada semana surgen nuevos detalles de un declive que parece no tener final. A tono con esto, un relevamiento acercado a iProfesional desde la entidad emblema del comercio en Capital Federal expone que la cantidad de puntos de venta que bajaron sus persianas durante 2020 prácticamente triplica los números del año anterior.
Desde FECOBA se indicó que la pandemia de Covid-19, combinada con la recesión económica imperante, redundó en el cierre definitivo de casi 20.000 locales ubicados en las principales arterias comerciales de Buenos Aires. En 2019, el indicador en cuestión se ubicó muy cerca de los 7.000.
"La tasa de locales comerciales cerrados se aceleró y llegamos a un fin de año muy complicado, con una perspectiva de venta para diciembre hasta un 35 por ciento por debajo del mismo mes pero de 2019. Ya el año anterior había sido crítico para muchos comerciantes. Este fue directamente de quiebra para muchos", comentó a iProfesional Fabián Castillo, presidente de la organización que integra a todo el comercio y la industria en esta parte del país.
"El cierre de 2019 fue con una vacancia de casi el 10 por ciento, ahora el porcentaje se disparó. En zonas como Florida y Lavalle la baja de persianas es la situación predominante. En todos los puntos de la Ciudad que dependen del turismo el escenario comercial es un desastre. Y la perspectiva es peor porque el verano siempre es la estación de menor actividad en Buenos Aires. Sin turismo local y extranjero, lamentablemente tendremos más cierres", auguró.
A este presente difícil los empresarios del rubro le añaden una expansión del comercio callejero como no se daba en al menos una década. "La ilegalidad explotó a niveles nunca vistos. En las calles en torno a Avellaneda y Once la comercialización en las veredas y fuera de los locales es la regla dominante. Los ‘manteros’ se han apropiado de lugares como la calle Bogotá", dijo el directivo.
"La comercialización es totalmente informal y se concentran multitudes sin control sanitario alguno. He visto a personas probándose ropa en el lugar, incluso barbijos. Personas que se los ponen, no les gusta y los dejan. Luego van otras y hacen lo mismo. Es una situación grave. Y eso ocurre mientras a los comerciantes se les exigen todos los protocolos, funcionan con aforos y afrontan alquileres y otros pagos", añadió.
En sintonía con lo dicho por Castillo, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) advirtió recientemente sobre el incremento de la venta informal y aseguró que "en el 84 por ciento de las localidades del país no se están aplicando controles, o bien son insuficientes".
Para CAME, los principales puntos de conflicto se dan en la Ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, en la ciudad de Tucumán; y en las provincias de Córdoba, Santa Fe, Chaco, Entre Ríos Neuquén, Río Negro, Tierra del Fuego y La Rioja.
"La indignación del sector es total ya que a las pérdidas millonarias por la cuarentena, se sumaron miles de comercios que cerraron definitivamente sus puertas por no poder sostener costos ante el impedimento de reducir la nómina de personal para hacer frente al desplome de las ventas", expuso la organización en un comunicado.
Para luego añadir: "Mientras tanto, las mafias organizadas que desarrollan un sistema de trabajo esclavo, contrabando y piratería de mercadería, competencia desleal y corrupción, siguen proliferando sin control".
En búsqueda de una moratoria
Por estos días, FECOBA apunta a obtener una moratoria en el abono de impuestos como el ABL, cartelería y uso del espacio público, además de la eximición del pago de Ingresos Brutos, entre otros aspectos.
Cerca de 70.000 emprendimientos podrían cerrar de forma definitiva entre enero y marzo si no se flexibiliza el acceso al crédito en el corto plazo.
"Más de la mitad de los comercios de la Ciudad no podrá sobrevivir a los meses de enero, febrero y marzo si no hay un auxilio sostenido. Estamos facturando un 35 por ciento menos que hace un año, que ya había sido un período muy negativo. La afectación es enorme y para colmo el virus está teniendo un rebrote fuerte en todo el mundo. Si ocurre una segunda ola y no estamos preparados a nivel financiero, el sector se apagará por completo", vaticinó Castillo.