Empresarios industriales piden no devaluar y atacar la brecha cambiaria
Para los principales industriales del país el precio del dólar no es el principal problema que sufre la economía sino que la agenda de preocupaciones pasa más por la brecha cambiaria, el freno a las importaciones y la presión fiscal, incluyendo en este caso el impuesto a la riqueza que está por sancionarse en el Congreso.
También mantienen la mirada atenta a la falta de financiamiento para la producción, los cepos al trabajo establecidos durante la cuarentena y el final de la pandemia y el ingreso a otra etapa de menor aislamiento social que permita retomar los normales niveles de productividad de la mayoría de las empresas locales.
La agenda será parte del debate que la Unión Industrial Argentina (UIA) pondrá sobre la mesa de la 26 Conferencia Industrial que se llevará a cabo a partir del próximo lunes 30 de noviembre bajo el lema "Produciendo Argentina, agenda federal para la reactivación y el crecimiento".
Como todos los eventos, será organizado de manera virtual desde la sede central de la UIA aunque el tramo final se transmitirá desde la planta de la empresa Quilmes en el parque industrial de esa localidad de la provincia de Buenos Aires.
Será el jueves 3 de diciembre con un acto de clausura en el que se dará a conocer un documento final que contendrá los principales reclamos de la UIA sobre las políticas oficiales, además de una serie de propuestas para atacar los principales problemas de la agenda económica.
Seguramente, el informe tendrá respuesta ese mismo día por parte del presidente Alberto Fernández, quien fue invitado a pronunciar un discurso y que estará acompañado por los principales miembros del gabinete nacional.
En ese marco, al Jefe de Estado le tocará escuchar las críticas al bautizado como impuesto a los ricos por parte de los industriales que lo consideran regresivo y un riesgo para incrementar las inversiones y la productividad de las empresas.
De hecho, Miguel Acevedo, titular de la UIA, recordó la propuesta que la entidad fabril envió tanto al Parlamento como al Gobierno para modificar el tributo y reclamar que no se grave al sistema productivo, que es el creador de la riqueza.
Lo hizo durante una conferencia de prensa virtual organizada esta jornada de viernes 27 de noviembre, junto con Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA y titular de la 26 Conferencia Industrial; y Diego Croatz, director Ejecutivo de la entidad.
No gravar la productividad
En ese contexto, el también CEO de Aceitera General Deheza (AGD), se mostró a favor de que se aplique un impuesto a la demostración de riqueza, pero rechazó la idea de gravar la productividad.
"No se gravan las herramientas de un plomero, con las que trabaja, sino que se grava la ganancia", agregó a modo de ejemplo del impacto que considera tendrá este tributo de ser aprobado por el Senado Nacional tal como está redactado actualmente el proyecto de ley que ya tiene media sanción de Diputados.
De mismo modo, Funes de rioja volvió a mencionar los más de 160 impuestos, entre nacionales, provinciales y municipales, que se aplican en la Argentina y sostuvo que el impuesto a la riqueza será "una carga adicional" que no alentará la inversión sino que la disuadirá.
También el precio del dólar es motivo de permanente análisis por parte de los hombres de la UIA, pero más que nada por la diferencia entre el precio oficial y el blue, que genera movimientos especulativos vinculados a esa brecha cambiaria.
En este punto, Acevedo reiteró que los industriales no piden una devaluación y sostuvo que el tipo de cambio no está retrasado. El empresario apuntó más a la brecha cambiaria como el principal temor "porque muestra las expectativas en la economía que viene".
"La devaluación no sirve"
El titular de la UIA estuvo reunido el miércoles pasado con el ministro de Economía, Martín Guzmán, en un encuentro en el cual se trató este tema y del cual los empresarios se llevaron la promesa del funcionario de que el Gobierno tampoco quiere devaluar y que está trabajando en resolver esas diferencias cambiarias.
"Una devaluación no sirve. Lo que hay que ver es cómo se baja la brecha, a través de mejorar las expectativas, en especial las políticas, buscando consensos y previsibilidad más allá de los gobiernos de turno, lo cual dará un macro ordenado que impedirá tener una brecha como la actual", expresó Acevedo.
En tanto, Funes de Rioja hizo mención a la necesidad de ordenar el tipo de cambio para poder mejorar la falta de productos importados, "que muchas veces son necesarios para incrementar la producción nacional".
El reclamo industrial se da en momentos en los cuales desde algunos sectores privados se asegura que la relación con el presidente Alberto Fernández no pasa por su mejor momento, teniendo en cuenta la serie de medidas y proyectos de ley que el oficialismo apoya y que los industriales consideran que atentan contra la producción.
De todos modos, Acevedo consideró como "bueno" el diálogo con las autoridades y puso su mirada en los vínculos con el Congreso, "donde se están aprobando normas que no favorecen a las empresas, en especial a sus costos".
"Es una relación complicada la que tenemos con el Parlamento donde votan leyes como la del impuesto a la riqueza, de etiquetado, la de teletrabajo que no favorecen el clima productivista", advirtió el titular de la UIA.
Del mismo modo, Funes de Rioja critica la agenda parlamentaria que "en medio de la pandemia, pone el foco en temas que se pueden debatir más adelante".
Analizar las medidas sanitarias
El titular de la 26 Convención Industrial también pidió analizar las medidas sanitarias tomadas por el Gobierno en medio de la pandemia para defender el empleo, por ejemplo.
"Una cosa era marzo cuando, por la cuarentena se tomaron medidas que duplicaron las indemnizaciones, impidieron los despidos y pusieron cepos sobre la actividad laboral y la producción, y otra es que estas medidas perduren en el tiempo", destacó el empresario.
Las palabras de ambos se refieren a la necesidad de discutir con el Gobierno un cronograma que permita desarmar ese entramado de normas que, para evitar males mayores en medio de lo peor de la cuarentena, se tomaron para preservar las fuentes laborales, entre otros objetivos.
De hecho, las autoridades vienen anunciando que varios de los programas de asistencia como el APE y el IFE, serán desarticulados a partir de fin de año.
Para los industriales se trata de mecanismos de alivio y de ayuda para los trabajadores y no para las empresas. Por eso estima que, en la medida que se vayan restableciendo los equilibrios necesarios para mejorar la producción, no habrá razones para que se mantengan.
"En todo caso, deberán ser reemplazados por instrumentos que ya existen como el Repro, a modo de auxilio a las empresas que no tienen demanda o no pueden llegar al mercado", agrega.
En el caso de Acevedo, la salida de la pandemia puede tardar más de lo esperado a pesar de la vacuna, por lo cual es necesario analizar el escenario futuro antes de tomar este tipo de decisiones.
"Claramente, hay sectores que hace rato que no reciben el ATP. Pero, por otro lado siguen cargando enormes costos para mantener los protocolos, los cuidados, o por no poder tener el plantel completo. Todo eso va a seguir. Ni hablemos de sectores como los de gastronomía, hoteles o turismo, que no trabajan a full. Por lo tanto, no veo que a fin de año se termine todo", detalla el titular de la UIA.
"En la Conferencia queremos mostrar todas las voces federales sobre este tema y sobre el resto de la agenda que discutiremos a modo de disparador sobre los desafíos futuros que enfrentara la industria", agregó el empresario.
Y como también titular de la Copal, la cámara que agrupa a las principales empresas alimenticias del país, se refirió a problemas puntuales que enfrenta este sector de la industria como el del etiquetado de los productos.
En este sentido, pidió que la Argentina discuta una ley común con el resto de los países del Mercosur, para unificar criterios y poder contar con una norma regional que permita competir en igualdad de condiciones con otros mercados más grandes como el brasileño.
"El Mercosur está en condiciioens de aprobar una norma regional para evitar que haya tensión entre la producción argentina y brasileña con riesgo de que se vayan líneas de producción que hoy están en Argentina" advirtió Funes de Rioja.
La ley de etiquetado
Del mismo modo se pronunció Acevedo, para quien la ley de etiquetado debe debatirse con mayor profundidad y tomando más tiempo. También pidió postergar la discusión para más adelante teniendo en cuenta que no es un tema prioritario para el momento actual.
"No tenemos que mirar lo que hace Chile, que tiene un entramado industrial menor que el nuestro sino a Brasil, que compite en producción de alimentos", destacó.
A la vez coincidió con Funes de Rioja sobre contar una norma común con el resto del Mercosur "porque no podemos tener un envase diferente para el mercado interno o para exportar".
Pero más allá de temas puntuales, los voceros de la UIA sostienen que se debe priorizar una agenda que permita resolver problemas con consenso con las autoridades nacionales y los gremios.
"Queremos que escuchen al sector privado, que paga impuestos, da trabajo y empleo y que luego tomen las decisiones, pero viendo qué es lo mejor para toda la sociedad", argumentó Acevedo.
En este sentido, Funes de Rioja también puso como ejemplo de decisiones tratadas con apuro y sin respaldo de la UIA a la ley de teletrabajo. "Se apuraron a discutir rápidamente un mecanismo que va a regir 90 días después de que termine la emergencia de la pandemia. Es decir, es una norma para otro momento y que se aprobó hasta si tener en cuenta lo que dijo el propio Presidente de la Nación de debatir cualquier reforma laboral mediante las negociaciones colectivas", aclaró.
Ambos empresarios también estimaron que es muy pronto para saber si la pandemia terminó y si el país entrará en una etapa de post pandemia, a partir de la aplicación de la vacuna y de la normalización de sectores que todavía operan con limitaciones o bajo protocolos sanitarios que no han sido modificados.
Para Coatz, la UIA "mira el futuro cualquiera sea la evolución de la pandemia para poder estar preparados y mejor equipados para lo que vendrá el día después, con una visión de federalismo y de una industria que sigue produciendo".
La necesidad de saber en qué escenario se moverá la industria durante los próximos meses está también atada a los gastos adicionales que implica cumplir con las normas sanitarias de combate contra el Covid-19.
"Todavía el transporte de los trabajadores depende de las empresas, hay mucho plantel fuera de las tareas habituales y mucha gente que se quedó en sus hogares por el tema de la escolaridad virtual que no sabemos cómo va a seguir cuando se inicien las clases presenciales", aseguró Acevedo a modo de ejemplos de esos costos adicionales.
Para Funes de Rioja, el año próximo se mantendrán esos gastos a pesar de la supuesta llegada de la vacuna y de que la actividad está volviendo a cauces más normales aunque con demoras en la productividad de varios sectores.