Alberto Fernández apuesta a una alianza "estratégica" con este sector para recuperar credibilidad
A partir del repunte de la producción y venta de unidades que se vienen evidenciando en los últimos dos meses, el Gobierno comenzó a apuntar gran parte de su política económica en la industria automotriz.
En los últimos días, la administración de Alberto Fernández envió varias señales al respecto, intentando mostrar que se trata de uno de los sectores "elegidos" como basamento de una supuesta recuperación de los indicadores macro, en el medio de una tormenta cambiaria que pone a varios ministros del Gabinete en la cuerda floja y señalados hasta por la propia vicepresidenta Cristina Kirchner.
De hecho, el objetivo oficial parece estar orientado a declarar al sector como "estratégico", y dotarlo de beneficios impositivos y laborales para permitir la llegada de nuevas inversiones que, a la vez, generen más trabajo e inyecten divisas a un Tesoro débil y necesitado de fondos frescos.
También se pretende tomar medidas inmediatas que permitan garantizar la supervivencia de esta industria, así como desarrollar un plan de corto, mediano y largo plazo que asegure la competitividad internacional del sector automotor, y su crecimiento.
Hay ya un proyecto de ley que está a punto de ser enviado por el Gobierno al Congreso, con el apoyo empresario y sindical, para su votación que va en esa dirección.
Para la industria, la iniciativa parlamentaria debería plasmar un capítulo específico que establezca previsibilidad a largo plazo; herramientas crediticias y fiscales para plasmar los acuerdos de libre comercio vigentes y firmados y recuperar la competitividad sectorial, expandir la producción y las exportaciones, y generar puestos de trabajo.
Advierten que la promoción a las nuevas inversiones debe ser orientada a plataformas globales con escala mínima establecida según segmento/producto, y sujeta a compromisos de generación de empleo y desarrollo de proveedores de autopartes, orientados a aumentar el contenido local e incrementar las exportaciones tanto de vehículos como de autopartes.
A partir de tener más puntos comunes que diferencias con esta iniciativa, el Presidente parece apostar a sellar una fuerte alianza con los popes de la industria automotriz local en un momento donde el mundo corporativo duda de la credibilidad del Gobierno, se muestra preocupado por la escalada del dólar y la reaparición de la vicepresidenta Cristina Kirchner en escena, así como por el futuro de varios ministros del Gabinete.
Dado el perfil productivo de este sector, el Jefe de Estado apuesta a poder mostrar hechos positivos para su gestión como la recuperación de los niveles de actividad de las fábricas nucleadas en Adefa que vienen superando los datos previos a la aparición del Covid-19, mejorando incluso la productividad de toda la cadena de valor y marcando un escenario que permite retomar la agenda fijada en impulsar proyectos para la generación de nuevas inversiones, empleo, mejora de la competitividad y apertura de nuevos mercados de exportación.
Fue en esta línea que el titular de la entidad empresaria que agrupa a las terminales locales y CEO de Toyota, Daniel Herrero, mantuvo este lunes 26 de octubre una reunión con el Jefe de Estado en la Casa Rosada.
El empresario llegó al encuentro con una serie de anotaciones que mostraban el crecimiento de la producción en septiembre, cuando se fabricaron 32.149 vehículos que representaron un 24.4% más que en agosto y un 16.1% más que en septiembre del 2019.
A pesar de que en el acumulado del año, la baja llega al 31.3%, para el empresario los números ratifican el trabajo que viene realizando el sector con el objetivo de recuperarse del fuerte derrumbe que las medidas sanitarias para combatir el coronavirus dejaron en toda la industria automotriz.
Plan Visión estratégica 2030
Y más allá de las medidas impulsadas por el Gobierno que aumentaron el nivel de reintegros a la exportación para el sector, el trabajo que ahora llevan a cabo funcionarios y ejecutivos automotrices es el de terminar de concretar el plan llamado Visión estratégica 2030 con el que se apunta al desarrollo de una agenda que permita fomentar nuevas inversiones; incrementar la inserción Internacional; acordar un régimen de promoción de la movilidad sustentable y de una estrategia ambiental de gestión integral de los vehículos al final de su vida útil o en desuso, además de la creación de un Instituto de la Movilidad.
Se negocian también otros reclamos de las terminales como que se la incorpore al beneficio de reducción de retenciones dada la importancia que esta medida tendría para la economía en general, al representar la industria automotriz el 35% de las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) y ser el principal sector industrial exportador. En la industria aseguran que cualquier modificación a la baja de las retenciones, tiene efecto directo en los niveles de actividad y en muy corto tiempo.
El Gobierno lo sabe y por eso en los últimos días se han dado a conocer varios anuncios vinculados a este objetivo, con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, como uno de los principales impulsores de esta alianza.
La otra pata de este acuerdo son los gremios. No fue casual que de la reunión entre Herrero y el presidente Alberto Fernández también participaran los secretarios generales de Smata y de la UOM; Ricardo Pignanelli y Antonio Caló, respectivamente.
Ambos dirigentes sindicales avalaran en líneas generales el proyecto de ley para promover el desarrollo del sector y declarar a la industria automotriz como estratégica para la producción argentina en el marco de una política de Estado.
Todos saben que un mayor peso de la producción de autos permitiría un efecto derrame en el resto de la economía, tal como quedó plasmado en un encuentro anterior ocurrido la semana pasada en el marco del Consejo Económico y Social (CEyS) donde se definió avanzar sobre los ejes contemplados en el trabajo Visión 2030 que elaboró el sector y que tiene como puerto, incrementar hacia ese año la producción a 1,8 millón de unidades anuales; la exportación a 1,4 millón de unidades y la generación de 1,3 millón de empleos directos e indirectos.
El plan fue inicialmente presentado el 15 de diciembre del año pasado, unos pocos días después de la llegada del Frente de Todos al gobierno, por toda la cadena de la industria automotriz.
Es un trabajo conjunto de todas las cámaras empresarias y de los gremios del sector, con la coordinación de la Escuela de Negocios de la Universidad Austral, que plantea una agenda integral en base a siete programas de reconversión y desarrollo en aspectos industriales y comerciales, que requerirán el acompañamiento de políticas de competitividad, tributarias, laborales y de infraestructura.