AA2000

La mayor operadora de aeropuertos del país acumula pérdidas por casi $900 millones

afectada por un derrumbe del 65% de la actividad, sufre las consecuencias de esa situación, del cierre de los aeropuertos y de la falta de vuelos
NEGOCIOS - 10 de Agosto, 2020

La llegada de la pandemia del Covid-19 viene generando diversas consecuencias en negocios y actividades económicas a nivel global por la implementación de medidas para contener la propagación del virus.

En el sector aerocomercial, las decisiones más drásticas y que más golpearon son, entre otras, el cierre de fronteras, la suspensión de los vuelos y la prohibición de viajar hacia y desde ciertas partes del mundo por un período de tiempo que en el caso de la Argentina no está todavía definido que se extienda hasta septiembre próximo.

A esto se le suman las medidas generales, como las del aislamiento obligatorio de la población y el cese de actividades comerciales consideradas no esenciales.

El escenario pegó fuerte entre las aerolíneas y también en las operadoras de las terminales aéreas como el caso de Aeropuertos Argentina 2000 (AA2000), cuyos ingresos se derrumbaron al menor nivel de su historia mientras que sus pérdidas son ya millonarias.

Controlada por Corporación América Airports, a su vez propiedad del empresario Eduardo Eurnekian, en lo que va del año acumula un rojo de $897 millones que contrasta con las ganancias por $7.433 millones del año pasado durante el mismo período. Dicho de otra forma, la empresa pierde $5 millones por día o $150 millones por mes, entre enero y junio pasados.

El impacto más grande en la operación de la compañía se observa en la reducción de vuelos que superó el 98% comparado con todo el 2019. Y la mayoría de los ingresos sobre los que sostiene su actividad se encuentran suspendidos como las tasas de pasajeros y de uso de la terminal por las aerolíneas locales y domésticas. También, las tasas por estacionamiento y aterrizaje de los aviones; los Duty Free; alquileres de restaurantes y bares y su terminal de cargas.

En el caso de sus ventas, entre enero y junio pasados llegaron a los $11.711 millones mientras que en los mismos seis meses del 2019 habían alcanzado los $21.080 millones.

El impacto de la cuarentena

Las cifras forman parte del balance semestral publicado por AA2000 en la Comisión Nacional de Valores (CNV) y en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, y reflejan el fuerte impacto negativo que las medidas para combatir el virus dejaron en las operaciones de la que es considerada una de las mayores operadoras de aeropuertos del mundo, con un total de 57 terminales distribuidas en Argentina y otros países.

De hecho, en el informe la misma compañía admite que se ha visto obligada a disminuir sus actividades a partir de una caída sustancial en el tráfico aéreo nacional e internacional, lo cual se tradujo en una disminución de sus ingresos.

"Sin embargo, si bien se han producido efectos significativos a corto plazo, no se prevé que los mismos afecten la continuidad de los negocios", se aclara en el documento al que tuvo acceso iProfesional.

La pandemia afectó las operaciones aerocomerciales en todo el mundo.

Ocurre que hasta ahora, AA2000 mantuvo la totalidad de su personal, además de haberse acogido a los beneficios generados por el Gobierno para asistir a las empresas en crisis como la postergación de las contribuciones patronales correspondientes a marzo por 60 días y a partir del mes de abril con una reducción de las cargas sociales.

Adicionalmente, con la decisión de la AFIP de otorgar una asignación compensatoria al salario en abril, mayo y junio y que consiste en una suma abonada por la ANSES a una parte de los trabajadores por un monto equivalente al 50% del salario neto, hasta el importe máximo de dos sueldos mínimos vitales y móviles ($ 33.700).

La empresa imputó este beneficio al resultado del período en el rubro "Sueldos y cargas sociales", segregando entre costo de ventas, gastos administrativos y gastos de distribución y comercialización.

Reperfilamiento de la deuda

Además, y a efectos de fortalecer su posición financiera, AA2000 encaró un proceso de restructuración de deuda con sus principales acreedores a través de la refinanciación y canje de sus Obligaciones Negociables (=N) para modificar y estirar los plazos de pago más allá del 2021.

A esto le agregó acciones para proteger a los empleados y pasajeros; controlar costos y preservar el efectivo; reducir gastos pero manteniendo los estándares de calidad y seguridad; negociar con los proveedores para extender los plazos de pago y con los organismos reguladores para los derechos de concesión.

Adicionalmente, reformuló su plan de inversiones de capital al mínimo posible, para tratar de mitigar el impacto del virus, a la vez que se encuentra adecuando los aeropuertos para el reinicio de los vuelos de cabotaje e internacionales, a través de la implementación de protocolos sanitarios para el tránsito de turistas, personal y comunidad aeroportuaria en general.

"A pesar de estos esfuerzos, esperamos que los resultados de las operaciones se vean afectados negativamente en períodos futuros y durante el tiempo que la crisis de salud continúe", anticipa AA2000 en su balance del semestre.

Esto se debe a que, más allá de que la situación del sector comience a normalizarse, las actividades de la compañía seguirán dominadas por lo que se considera el peor semestre de su historia en términos de resultados.

De hecho, de reanudarse los vuelos en septiembre, será muy pocos los que se programarán, en especial para el sector internacional.

La compañía de Eduardo Eurnekian encaró una reestructuración de su deuda.

Hasta ahora, AA2000 viene sobreviviendo con ingresos que cobra por tasas de los pocos vuelos de repatriación que se operan, además de los que genera Terminal de Cargas Argentina (TCA) que se mantuvo en actividad, aunque con menores volúmenes.

De todos modos, sus operaciones se derrumbaron un 65%, profundizando los problemas que ya tenía antes de la llegada del coronavirus y que fueron generados por el escenario de recesión de la economía y por las sucesivas devaluaciones del peso que impactaron en su deuda emitida en dólares.

En este sentido, la compañía tiene varias obligaciones que enfrentar como los dos préstamos que firmó con un grupo de bancos por u$s35 millones y u$s85 millones por un plazo de 36 meses, contados a partir de la fecha de desembolso.

Para hacer frente a este compromiso, debió refinanciarlos acordando el diferimiento (en términos financieros) de las cuotas de amortización de capital correspondientes a los meses de agosto y noviembre por u$s26,6 millones.

El capital diferido será cancelado mediante cuatro cuotas trimestrales, iguales y consecutivas comenzando el 19 de septiembre próximo.

A efectos de garantizar su repago, constituyó un fideicomiso en virtud del cual cedió fiduciariamente la totalidad del flujo de fondos por servicios de importación y exportación prestados por TCA.

A esto le agrega otro préstamo con el Banco Macro por u$s10 millones que tomó en febrero pasado y que es cancelable a 180 días con una tasa nominal anual del 6%.

Luego, el 27 de febrero, la asamblea general ordinaria de accionistas de la compañía aprobó la creación de un programa global para la emisión de Obligaciones Negociables (ON) simples no convertibles en acciones por un valor nominal de hasta u$s500 millones, con una duración de cinco años a partir de la fecha de aprobación.

En ese marco, el 21 de abril anunció una oferta de canje y solicitud de consentimiento a los tenedores de ON con vencimiento en el 2027 emitidas en febrero del 2017 por un valor nominal de u$s400 millones, cuya oferta finalizó el 19 de mayo, alcanzando los u$s346 millones, representativas del 86,73% del monto total de capital original de las anteriores ON.

Como consecuencia de esta operación, el 20 de mayo emitió u$s306 millones en ON Clase I Serie 2020 con vencimiento el 1 de febrero 2027, cuya tasa de interés es 9,375% anual que serán capitalizados trimestralmente.

A su vez, en el mismo mes de mayo acordó la reprogramación del préstamo de u$s10 millones con el Macro, prorrogando su plazo hasta el 24 de julio del 2021 con una tasa nominal anual compensatoria del 11%, sujeto al pago de los intereses con vencimiento 24 de julio de 2020 y una cesión en garantía de los créditos futuros de las tasas de uso por vuelos de cabotaje.

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