Garbarino cambió de manos: quién es el empresario que toma el control y qué desafíos tiene por delante
Ni las medidas impuestas para combatir el coronavirus, ni la fuerte crisis económica que sufre el país precisamente producto de las restricciones sanitarias frenaron la operación de cambio de propietario de Garbarino.
La venta se concretó y el nuevo dueño de la principal cadena de electrodomésticos del país, tal como adelantó iProfesional, pasó a ser Carlos Rosales, principal referente del grupo asegurador Prof y actual tesorero de San Lorenzo de Almagro.
La compañía hoy cuenta con más de 4.300 empleados, más de 200 puntos de venta y 32 centros de distribución logísticos en diferentes provincias.
Desde la compañía comunicaron que este miércoles "se firmó el traspaso de las acciones" y así se hizo "efectiva la compra del Grupo Garbarino, que se encuentra conformado por las empresas Garbarino, Compumundo, Digital Fueguina, Tecnosur, Garbarino Viajes y Fiden".
"De esta manera, después de un largo proceso de trabajo conjunto, entre los equipos técnicos, proveedores y management de la empresa, finalizó el due dilligence y esto marca el inicio de una nueva etapa. Carlos Rosales destacó el enorme desafío que implica poner en marcha el nuevo plan de negocios y expansión de la mayor cadena de retail del mercado argentino", agregaron.
Detalles de la negociación
Tal como informara este medio, en primer lugar apareció el fondo Inverlat. Incluso, el grupo que maneja las empresas Havanna y Fenoglio, llegó a firmar un acuerdo de compra con las entidades bancarias que luego se estancó cuando debieron negociar con los proveedores.
Luego se acercó la empresa de recolección de residuos Covelia, estrechamente ligada a Hugo Moyano con una propuesta de compra que casi fue aceptada por los ejecutivos de Garbarino.
Los socios de esta empresa tenían ya un acuerdo con los bancos acreedores para reestructurar la deuda financiera con una importante quita.
Sin embargo, la participación de Cavalieri torció las preferencias hacia Rosales, más que nada porque se opuso al desembarco del dirigente camionero en el gremio de comercio. Hasta mostró su rechazo ante importantes funcionarios del gobierno nacional como el ministro de Trabajo, Carlos Moroni.
Fue entonces que las posibilidades de Rosales crecieron también impulsadas por el compromiso del empresario de hacerse cargo del pago de parte de los salarios de los empleados, cuyos ingresos rondan un promedio de $63.000 mensuales y están recibiendo ayuda oficial en el marco del programa ATP lanzado por el Gobierno para auxiliar al sector privado en este escenario de profunda crisis derivado del combate contra el coronavirus.
Rosales habría recibido la ayuda indirecta de Armando Cavalieri. El titular del Sindicato de Comercio habría puesto el grito en el cielo al considerar la posibilidad de que Moyano desembarque en su sector a partir de Covelia.
Los entonces socios de esta empresa tenían ya un acuerdo con los bancos acreedores para reestructurar la deuda financiera de $5.000 millones con una importante quita.
Sin embargo, Cavalieri habría hecho saber de su enojo al propio ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y a otros funcionarios del Gobierno para quienes está más que claro que no son tiempos de conflictos entre dos de los gremios más fuertes del país.
Este sendero político habría terminado de definir la transacción a favor del titular del grupo Prof, quien también posee activos en el rubro hotelero y en el gastronómico.
Garbarino: fin a una tumultuosa etapa
La empresa de los hermanos Daniel y Omar Garbarino finaliza así una tumultuosa etapa que la llevó a soportar la peor crisis de su historia explicada por varios factores como una fuerte caída en el consumo de electrodomésticos que se dio desde el 2018, pasando por el incremento de los costos laborales y comerciales, hasta la fuerte devaluación del peso frente al dólar.
Fuertemente endeudada, financieramente asfixiada y con ventas en picada, los dueños de la cadena debieron negociar un acuerdo con los principales acreedores para evitar el cierre definitivo que derivó en que los bancos capitalizaran parte de su deuda en acciones y se quedaran con un mandato para la venta de la cadena.
El objetivo del nuevo dueño es utilizar el poder de la marca y de su trayectoria en este negocio para potenciar las ventas online y transformarla en una especie de tienda de puntos de entrega.
Es decir, que los clientes no solamente compren electrodomésticos en los locales físicos sino también a partir del comercio electrónico, sumando a esto el servicio de colocación junto con el de entrega.
Esto es lo que ha venido haciendo la compañía a partir de las restricciones impuestas en el marco del combate contra el coronavirus, incorporando además hasta productos alimenticios y de otros rubros a su oferta habitual de electrodomésticos para sobrevivir en el medio de la cuarentena que le impidió tener sus casi 200 locales abiertos.
Apostó también al Marketplace que le permitió incrementar sus ventas online y más que duplicar su tráfico en las redes con productos de todo tipo.
En la página hoy se puede comprar desde vino; whisky; servilletas de papel; dulce de leche; papel higiénico; cepillos de dlientes; cápsulas de café, hasta alfajores y cajas de desayuno para veganos; fideos; harina, entre otros productos.
También almendras, mix de frutos secos, castañas de cajú, nueces y una gran cantidad de artículos de librería como cuadernos, set de notas adhesivas y bolígrafos.
A todo lo cual le suma productos que habitualmente se pueden conseguir en las farmacias como nebulizadores, tensiómetros, almohadillas térmicas y hasta preservativos.
Una gran góndola online que se encuentra en la página web de la empresa y que los clientes pueden recibir mediante el envío a domicilio, ya que las cadenas de electrodomésticos fueron incluidas entre las que pueden sumarse a la comercialización de sus productos por delivery.