REINVENTARSE

Hace 25 años, perdió su casa y vivió en albergues: hoy tiene una empresa valuada en 260 millones de dólares

En medio de un panorama desalentador, con tres hijos pequeños, logró reinventarse y con un emprendimiento, se convirtió en una mujer de negocios exitosa
NEGOCIOS - 28 de Abril, 2020

El trabajo, la tenacidad y la voluntad (y algo de suerte), son los elemenos que hicieron que Penny Streeter, una mujer británica de 52 años, hoy sea una exitosa empresaria.

Penny en la actualidad es millonaria. Pero no siempre fue así. Tuvo sus momentos difíciles, especialmente 25 años atrás, cuando perdió todo lo que poseía luego de quedarse sin trabajo, sin casa y sin marido. En ese momento, se recluyó con sus dos hijos pequeños y un embarazo de 9 meses a cuestas en un alojamiento de emergencia.

"Sentada en un lúgubre apartamento en Croydon, me preguntaba cómo habían llegado las cosas a esto. Estaba embarazada de nueve meses de mi tercer hijo y vivía en un alojamiento de emergencia después de que terminó mi matrimonio. No tenía muebles, solo dos tumbonas de mi madre, y mis dos hijos Adam, de seis años, y Giselle, dos, para cuidar. Me sentí sin esperanza", dice en una entrevista a The Sun.

En medio de este panorama logró levantarse, y logró reinventarse con mucha sagacidad y resiliencia. Hoy es una mujer de negocios exitosa creadora de un emprendimiento que en estos días cotiza más de 250 millones de dólares.

Su historia no es muy diferente a la de muchas otras historias en las que la vida va poniendo diversos desafíos, algunos más difíciles que otros, que se deben sortear. Pero se puede notar fácilmente que la peculiaridad de esta mujer es la actitud con la que enfrentó a esos obstáculos. Así lo cuenta:

"A los 15 años dejé la escuela pero logré conseguir un trabajo en una agencia de empleo. Me casé con mi primer novio Douglas en 1986, a los 19 años, y nuestro hijo Adam llegó ese mismo año", comienza Penny; y sigue: "Unos años más tarde, establecí una agencia de reclutamiento con mi madre, Marion, entonces de unos 40 años, y una ex colega, Sue. Obtuvimos un préstamo y alquilamos oficinas".

 

"Todo salió bien durante dos meses, pero el negocio cerró en agosto de 1989, y le debía al banco más de 20 mil dólares. Fue un momento horrible, con los cobradores de deudas golpeando la puerta de mamá. En medio de todo el estrés, di a luz a mi segunda hija Giselle", continúa.

"Dos años después, quedé embarazada de Bonnie, pero en enero de 1994 mi matrimonio se rompió bajo la tensión de todo. Así que nos quedamos en casa de mi madre, pero como no había suficiente espacio tuvimos que irnos los niños y yo a un alojamiento de emergencia después de pasar dos semanas con ella", agrega.

"Nos quedamos allí durante dos años. Mi madre me ayudó con dinero para comida y nos prestó algunos muebles, aunque ella misma apenas tenía nada después de que el negocio colapsó".

"Era difícil poner comida en la mesa. Fue horrible. Afortunadamente, los niños eran demasiado pequeños para darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Yi sólo pensaba: '¿Qué hago?' Nunca podría regalarles juguetes nuevos, lo que me hizo sentir increíblemente culpable. Me sentí como una fracasada, pero me mantuve tan positiva como pude por los niños".

 

Un nuevo negocio

En junio de 1995, Penny tuvo esa cuota de suerte necesaria en estos casos. Una amiga suya le ofreció que podía instalarse en un rincón de la oficina de su esposo si quería emprender algo. Así que decidió comenzar un nuevo negocio de reclutamiento, a pesar de que le recomendaban no hacerlo. "Algunas personas me decían que estaba loca, pero estaba decidida y acordé con mi madre nuevamente", cuenta.

"No teníamos dinero, y todavía vivía en el piso, pero todo lo que necesitábamos era un teléfono y nos ocupamos del cuidado de los niños. Llamaría a la gente sin parar para hacer correr la voz y pusimos cada centavo en el negocio".

El trabajo duro dio sus frutos y el negocio empezó a tener éxito. "No mucho después conocí a Nick (quien se convertiría en su esposo) en una noche rara. Un año, me mudé con los niños a un piso alquilado y, en junio de 1996, el negocio había generado más de 1 millón de dólares.

En marzo de 1999, Penny cumplió su mayor sueño: pude comprarse una casa de tres habitaciones. "Estaba tan orgullosa de haber cambiado mi vida", sostiene.

Y un par de años después, en marzo de 2001, llegó su cuarta hija. "Hacía malabares con cuatro niños para atender en el negocio. Fue un gran desafío, pero para 2002 éramos la compañía de más rápido crecimiento en el Reino Unido".

Sin embargo, la enseñanza que le dejó su anterior experiencia la volvió cautelosa. "Estábamos haciendo dinero pero reinvertíamos todo. No nos tomábamos vacaciones ni nos comprábamos autos nuevos.

 

"En 2006, me otorgaron un OBE (Excelentísima Orden del Imperio Británico) por servicios a empresas, lo que me pareció irreal. Había dejado la escuela a los 15 y allí me encontraba con la Reina en el Palacio de Buckingham".

"En marzo de 2009, me casé con Nick, quien ha sido un gran padrastro para mis tres hijos ya adultos"

"El año pasado, el Sunday Times valoró mi emprendimiento en más de 250 millones de dólares, y ahora me he relajado un poco con el gasto. Somos dueños de un viñedo en Sudáfrica y una bodega en Horsham", cierra una mujer que supo reinventarse y encontrar su mejor versión.

Sí que se puede. No te rindas.

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