11 señales de que no estás listo para emprender
Emprender es una forma de poder generar un negocio propio independiente, pero no significa que sea un camino fácil y lo pueda hacer cualquiera, ya que requiere una serie de condiciones. Por eso, es imprescindible conocer cuáles son las señales que indican que no estás listo para emprender.
Al respecto, iProfesional recurrió a los consejos de la coach certificada y mentora Daniela de Lucía, que enumeró 11 señales a las que deben prestar atención todas aquellas personas que tienen intenciones empezar a trabajar por cuenta propia y que pueden indicar que no es la mejor opción a seleccionar como forma de vida.
1-Ponerte mal ante los fracasos
La vida de un emprendedor está llena de altibajos y quien sepa atravesar mejor los momentos más bajos podrá hacer la diferencia. El desánimo y la frustración ante un fracaso llevan a bajar el nivel de energía, disminuye la creatividad y, como consecuencia, no sólo se hundirán en ese problema, sino que evitará poder identificar nuevas oportunidades.
"¿Alguna vez viviste una seguidilla de sucesos negativos? Cuando entrás en la sintonía de la frustración los fracasos se multiplican, genera un efecto bola de nieve de eventos fallidos. ¿Cuál es el secreto de los emprendedores exitosos? Hacerse responsables del fracaso", reflexiona de Lucía.
La responsabilidad implica tener la valentía para revisar el proceso, identificar oportunidades de mejora y volver a hacer en el futuro de otra manera. Cuando tomamos los fracasos como un aprendizaje, nos llevamos a un buen estado emocional que nos permite poner foco en la soluciones. Este es un desafío de inteligencia emocional que no siempre logramos superar.
¿Cómo evitar caer en la frustración y parar la bola de nieve de negatividad? La experta responde que "debemos hacernos las preguntas correctas. Dejemos de preguntarnos: ¿Por qué me sucede esto a mí? ¿Por qué tengo tanta mala suerte? ¿Qué me quiere decir la vida con esto? ¿Por qué soy tan idiota?, y empecemos a preguntarnos ¿Qué falló en el proceso? ¿Qué aprendí de esto? ¿Qué voy a hacer en el futuro de manera diferente?", explica.
En conclusión, los fracasos desafían nuestras habilidades constantemente, sin errores no hay crecimiento. Quien se equivoca y aprende, crece. Quien se equivoca y se frustra, se estanca.
2-Mirar el corto plazo sin pensar en el largo
"Vive el hoy" es una frase hermosa, pero es una de las causas fundamentales por las cuales los emprendedores pierden su negocio por falta de visión. La visión es, simplemente, la capacidad de mirar hacia adelante y tener un rumbo claro a largo plazo. Cuando el emprendedor se pierde en la vorágine del día a día, y descuida lo importante por atender lo urgente, puede caer en la pérdida del rumbo del negocio.
"Cuando uno no sabe a dónde va, ningún viento es favorable, dice el famoso dicho de Séneca. ¿Cómo no perderse en el día a día y mantener un rumbo? Una simple pregunta…¿Lo que estás haciendo hoy te acerca a dónde querés estar mañana?", interroga de Lucía.
3-Motivarte sólo por ganar dinero
Muchos emprendedores, o aspirantes a generar su propio negocio, confunden el concepto de emprender con el de invertir. Emprender implica estar presente en todas las partes del diseño del negocio, no sólo en el retorno de dinero.
Cuando el emprendedor se cree sólo un inversor, es decir, que sólo ve el proyecto como una buena oportunidad de negocio, no podrá sostenerlo a largo plazo por dos motivos: el primero, es que siendo el líder del proyecto (emprendedor) tendrá que hacerse cargo de muchas cosas más que del dinero y le faltará una motivación profunda para hacerlo. El dinero nunca es suficiente motivación.
Y, en segundo lugar, porque el líder del proyecto debe focalizarse en dar valor con su producto o servicio y no simplemente en facturar. "El objetivo no es ser exitoso, el objetivo es ser valioso, y cuando lo haces, el éxito y el dinero vienen como consecuencia. ¿Cuál es tu valor? ¿Qué tenés para entregar al mundo? ¿Por qué tú lo harías mejor que otra persona?", se detiene de Lucía en charla con iProfesional.
4-Creer que ser emprendedor es sólo pasión
"Ama lo que haces" ¿Es eso suficiente para ser un buen emprendedor? Amar lo que haces te garantiza un 50% del éxito en tu negocio, te llevará a ir hacia adelante y superar todos los obstáculos que te presenten manteniendo una actitud fuerte y positiva. "Pero un negocio sustentable va más allá de amar tu trabajo, requiere de algunas habilidades que sino las delegas en la persona indicada, tendrás que desarrollarlas por ti mismo", sostiene la experta.
El emprendedor tiene que desarrollar una capacidad analítica y racional que tiene que ver con el plan de negocios. Muchos emprendedores son pura pasión, pero olvidan que los números son una parte importante de un negocio para sostenerlo a largo plazo. La recomendación es que te capacites en la parte empresarial o te asocies con alguien que sea tu cable a tierra y pueda poner en orden la parte contable y de estrategia de negocio.
5-Hacer lo justo y suficiente: buscar la comodidad
Emprender significa comenzar a hacer alguna cosa difícil, es un desafío en sí mismo. Una de las características principales de los emprendedores exitosos es la proactividad, que no es sólo la capacidad de anticiparnos a los problemas, sino la actitud emprendedora de dar un poco más de nosotros todos los días.
Es decir, dar un poco más de lo que nos piden nuestros clientes, proveedores, socios, entre otros. "Si no se cultiva el hábito de dar un poco más de vos en todo lo que hacés, todavía no estás listo para emprender. La comodidad no es amiga de la excelencia", resume de Lucía.
6-Pensar y hablar solamente
Están las personas que piensan, están las personas que hablan y están las personas que piensan, hablan y HACEN. Si estás en el tercer grupo estás listo para emprender.
"Conozco muchas personas que se llaman a sí mismas ´emprendedoras´ pero lo único que tienen es una idea, que creen buena, a la cual le dan vueltas en su cabeza y hablan de ella como si fuera una realidad. Ser emprendedor es llevarte a la acción. Buenas ideas tiene mucha gente, el éxito está reservado para los que llevan esas ideas al plano de la realidad", grafica la especialista.
En síntesis, estás listo para emprender si tenés la valentía de dejar las palabras atrás y demostrar tu potencial en el mundo real.
7-Desconfiar de todo
Si sos desconfiado la recomendación de la experta es que sigas en tu trabajo en relación de dependencia. Cuando se emprende la confianza es un punto clave para crecer. Hablamos de desconfianza en dos niveles: la desconfianza en nosotros mismos y nuestras propias capacidades; y la desconfianza en los demás y la capacidad de cooperación entre partes.
La primera interferirá en la toma de decisiones y, probablemente, lleve a demorar procesos, resultados e, incluso, al fracaso de los mismos. La segunda nos conducirá al aislamiento y a perder oportunidades de potenciamiento en conjunto por interpretar con malicia las propuestas de los demás. En ambos casos limita y destruye el negocio a largo plazo, detalla de Lucía.
Es decir, la confianza se construye en el hacer, cada resultado alcanzado suma a nuestra autoestima como emprendedores. Confiar en nosotros nos permite hacer más y crecer más rápidamente como negocio y como personas. Creer en las buenas intenciones de otros jugadores en el mercado, y llegar a acuerdos comerciales o de colaboración conjunta, lejos de hacernos ingenuos y vulnerables nos fortalece y potencia oportunidades de éxito. ¿Cuáles son tus mejores habilidades como emprendedor? ¿Quiénes serían tus socios estratégicos en el camino?
8-Emprender sólo para no tener un jefe
Si tu idea es emprender porque querés manejar tus propios horarios o sentir la libertad de no tener un jefe, demuestra que no estás listo para el desafío. Si te llevás mal con tu jefe tal vez es momento de cambiar de trabajo, pero emprender es mucho más que libertades horarias. El emprendedor promedio trabaja un promedio de doce horas diarias, mientras que un empleado trabaja nueve horas en una oficina. El emprendedor trabaja quince horas más por semana, 60 horas más por mes, y 720 horas más por año. "Es simple matemática, ¿Todavía tenés ganas de emprender?", advierte de Lucía.
9-No sentir miedo
Si no sentís un poco de miedo es porque algo estás negando, o quizás no estás tomando en cuenta todo lo que está en juego a la hora de emprender. Sentir miedo es una de las emociones más naturales del ser humano y negarlo no es una solución. "Revisar y enfrentar nuestros miedos nos permite tomar consciencia de todos los riesgos y nos permite anticiparnos a los problemas", analiza esta mentora.
En definitiva, que el miedo sea "tu consejero, pero no tu carcelero". Conversá con tus miedos y luego da pasos hacia adelante. "La valentía no es la ausencia de miedo, es el triunfo sobre él", concluye de Lucía.
10-Queja eterna y buscar culpables
Si ante lo que te sucede te quejás y echás culpas a los demás, se puede decir que no tenés "pasta" de emprendedor. El emprendedor exitoso lejos de buscar culpables, busca soluciones. Una actitud positiva, sin dejar de ser realistas, es fundamental para construir un emprendimiento de cero. Como decía Viktor Frankl: "La última libertad humana es elegir la actitud que tenemos ante las circunstancias que se nos presenten". ¿Sos parte del problema o parte de la solución?
11-Ausencia de las 2 "H": Honestidad y Humildad
Emprender implica un aprendizaje constante, sólo las personas con la suficiente humildad y espíritu de eternos aprendices serán los que alcancen el éxito. Durante el camino de emprender vivirás experiencias nuevas y te sorprenderás de todo lo que no conocés.
"Tener la honestidad de reconocer que hay cosas que no sabés hacer te permitirá conectar con la humildad suficiente para pedir ayuda cuando lo necesites. Creeme, no importa cuántos magisters hayas hecho, llegará el momento en el que necesitarás de la ayuda de alguien más. Quien sabe pedir ayuda, aprende y crece. Quien se encierra en sus conocimientos por orgullo, se estanca. ¿Te animas al desafío de vivir una vida aprendiendo? ", finaliza de Lucía.-