PREOCUPACIÓN

Vaca Muerta y un escenario incierto: el petróleo se desploma otro 12%

El derrumbe histórico de hasta el 30% del pasado lunes puso en jaque al conjunto de la industria petrolera, en especial a todo lo que es no convencional.
NEGOCIOS - 16 de Marzo, 2020

El barril del crudo Brent cae hasta 12% para tocar los 30 dólares, valores mínimos que tocaron en julio de 2016.

Las alertas económicas desatadas por el coronavirus se disparan en un momento en el que la OPEP y Rusia pretenden aumentar su producción.

El derrumbe histórico de hasta el 30% del pasado lunes puso en jaque al conjunto de la industria petrolera, en especial a todo lo que es no convencional. En su caída de hace una semana, la mayor en tres décadas, el barril de Brent llegó a hundirse hasta los 31 dólares.

Según la agencia Bloomberg, el vendaval de ventas, con mínimos intradía, ponen en riesgo el soporte de los 30 dólares.

La espiral bajista del Brent sacude igualmente la cotización del West Texas (WTI), cuya cotización ya se ubica por debajo de los 30 dólares.

Este desplome del crudo impacta de lleno en la actividad petrolera argentina y en especial en todo el desarrollo del parea de Vaca Muerta, cuyos costos de extracción muchas empresas lo evalúan por encima de los 45 dólares promedio el barril. De esta manera se hace inviable poner en marcha el desarrollo de toda esta área.

Por otro lado, no hay que dejar de remarcar que los ingresos de las provincias petroleras argentinas -a través de las regalías- se podrían ver afectados produciendo importantes desequilibrios en sus presupuestos. 

Guerra por el crudo

La decisión de Rusia en plena crisis del coronavirus de no sumarse a los recortes adicionales pactados por la OPEP y la respuesta de Arabia Saudí en forma de un aumento de su producción provocaron la mayor caída del petróleo en tres décadas, pero también situó entre los mayores damnificados a los productores estadounidenses de petróleo no convencional. Precios próximos a 30 dólares impiden que su negocio sea rentable, provocando el cierre de sus operaciones en muchos países, inclusive en Estados Unidos donde el no convencional es clave para la economía norteamericana.

Estados Unidos tomó la decisión de bombear menos crudo al mercado, pero el descenso en su producción no neutralizará los efectos del aumento de producción planteados por Rusia y Arabia Saudita.

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