Paranoia y fin de semana caliente: por el coronavirus, hubo un mini boom de consumo
Changuitos abarrotados de mercadería, góndolas semi vacías y hasta vacías, peleas entre clientes por el último alcohol en gel o por un rollo de papel higiénico, filas interminables de más de 100 metros para pagar en las cajas, fueron entre otras, las postales que se vivieron durante este último fin de semana en los hipermercados, en las principales sucursales de las cadenas de supermercados y hasta en los almacenes de barrio y los negocios de proximidad.
Imágenes que hasta ahora se daban en países europeos o de Estados Unidos y que han circulado por redes sociales ahora se repitieron en la Argentina.
Una postal que no fue causada por una súbita reactivación de la economía argentina o por políticas oficiales adoptadas por el gobierno que encabeza Alberto Fernández.
Nada de eso. La causa, lamentablemente, fue el miedo al coronavirus, que impulsó los días de mayor consumo de los últimos dos años, con ventas mayores a las que se producen en fechas especiales como Navidad, tal como lo confirmó el propio Presidente en conferencia de prensa.
El escenario, que se está repitiendo a diario, se debe a la mezquina reacción de la mayoría de la sociedad argentina ante este virus y el temor a una cuarentena obligada que todavía no fue anunciada por el Gobierno.
Falta de solidaridad con el resto de la sociedad, desinformación y hasta una injustificada psicosis hizo explotar la venta de productos como el alcohol en gel, papel higiénico o jabones, los de mayor demanda desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al coronavirus como pandemia.
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Sin embargo, también se han comenzado a acumular otros tipos de alimentos por el temor y la paranoia ante la creciente expansión de este virus que está generando un riesgoso miedo a no poder salir del hogar que a la vez provoca con mayor frecuencia supermercados con góndolas vacías.
Una pauta del "sálvese quien pueda" adoptado por gran parte de los consumidores argentinos que salieron en masa a acopiar todo lo que entrara en un changuito o en el baúl de un auto.
Supermercados y mayoristas, a full
Cadenas como Walmart, Carrefour, Coto, Jumbo y Disco, así como las sucursales de supermercados mayoristas como Vital, Maxiconsumo y Makro, entre otros, se llenaron de clientes realizado compras compulsivas casi como presagiando el fin del mundo o el comienzo de una guerra mundial.
"El panorama es impactante con gente que se vuelca de manera masiva a la compra de cualquier tipo de producto, incluso de aquellos que no necesitan en el corto plazo pero que se compran por las dudas", reflejaron desde una de esas cadenas mayoristas.
De hecho, algunas consultoras económicas aseguran que las ventas aumentaron casi un 120% en estos días con respecto a los dos meses anteriores de la mano de un exceso consumista causado por el miedo al coronavirus.
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Según los expertos, los consumidores siguen pautas de comportamiento que, en casos de crisis, se ven alteradas, con patrones extremos ante una situación posible de escasez de alimentos, así como también de otros artículos como los del sector de salud, barbijos, geles desinfectantes y papel higiénico.
En el caso local, la psicosis se mezcla con las diferentes propuestas de los grupos de retail para fomentar las ventas en un contexto que sigue siendo recesivo y en el que la pelea es cliente por cliente en base a ofertas, promociones y agresivos descuentos.
Desde Walmart, por caso, admitieron un fuerte incremento de las ventas, en especial durante los últimos dos fines de semana, con productos que no lograron ser repuestos en las góndolas con la misma velocidad que aumentó la demanda.
Sin embargo, en la cadena de origen norteamericana aclararon que hasta ahora no existe peligro de desabastecimiento sino mayores demoras que las habituales en las reposiciones debido precisamente a la mayor demanda.
Medidas preventivas
También informaron las medidas preventivas que se vienen tomando para evitar el contagio del virus como la bonificación de los costos del envío a domicilio para evitar la presencia física de los clientes.
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Además, se duplicaron los cupos para las ventas online, la limitación del ingreso de clientes a solamente 200 personas, la señalización de los pisos en los lugares de espera para el acceso a las líneas de caja con espacios de un metro entre persona y persona, así como la colocación de acrílicos entre los cajeros y los clientes para evitar riesgos de contagio.
Similares medidas fueron adoptadas por sus principales competidores como Carrefour y Coto, donde también las colas durante el fin de semana fueron interminables y hasta se vivieron momentos tensos por la disputa de ciertos productos de primera necesidad.
También, en locales más pequeños, como una sucursal de la famosa casa de pastas La Juvenil ubicada en el corredor Bancalari de la localidad bonaerense de Pacheco hubo buena afluencia. Allí, el fin de semana sus dueños vendieron la mitad de lo que habitualmente venden durante los 29 días de febrero. "Una locura todo lo que vendimos, al punto que tuvimos que cerrar antes porque nos quedamos prácticamente sin stock", aseguraron sus dueños a iProfesional.
Además, aclararon que le piden a sus clientes que esperen en la puerta del local para que ingresaran de a tres a la vez. "Desinfectamos el local cada 15 minutos con una solución alcalina clorada y lisoform, y ofrecimos alcohol en gel tanto a nuestros clientes como a los empleados que los recibían y atendían", aseguraron.
En el caso de las empresas productoras, también admiten un fuerte incremento de la demanda pero aclararan que por ahora no existe riesgo de desabastecimiento. "Hubo mucho aumento en las ventas de alimentos que por ahora impacta en la baja de los stocks de los supermercados y los mayoristas, pero que no se siente tanto entre los productores", explica Ignacio Noel, presidente y CEO de Morixe Hnos, una de las principales proveedoras de alimentos de la Argentina.
Así y todo, la economía local no logrará despegarse de la debacle global que se espera provocará el coronavirus en el corto plazo, tal como se destaca en un informe elaborado por Abeceb.
La consultora anticipa una caída del 5% en las exportaciones, por un total de u$s3.400 millones, una desaceleración del PBI del 0,5% y una caída en la actividad de hasta el 1,5%.
Agroindustria, petróleo, autos, turismo, electrónicos y el mercado interno serán los más afectados por los nefastos efectos que este virus también tendrá sobre la vida económica de la Argentina y del resto del mundo.