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Garbarino: se acortan los plazos para evitar el default de la cadena de electrodomésticos

La fecha clave es el 29 de marzo, cuando vence la oferta hecha por el fondo Inverlat, que podría caerse si no se llega a un acuerdo con los proveedoreS
05/03/2020 - 15:30hs
Garbarino: se acortan los plazos para evitar el default de la cadena de electrodomésticos

Un mes después de que fracasaran las negociaciones para la venta de Garbarino al fondo Inverlat, la mayor cadena de electrodomésticos del país sigue sin poder cerrar un acuerdo con sus proveedores que le permita sobrevivir y evitar la quiebra.

Las negociaciones son encabezadas por Carlos García, CEO de la empresa y quien viene manteniendo incansables tratativas con las firmas proveedoras de productos para poder cerrar la reestructuración de una deuda calculada en $7.000 millones. Hasta ahora, y según fuentes del mercado, el ejecutivo pretende acordar una quita del 40% de ese pasivo y poder pagar esa diferencia en cuotas fijas y sin ajuste por inflación.

Se trata de una fórmula similar a la que los ejecutivos de Inverlat intentaron cerrar con los proveedores cuando encabezaron las conversaciones que se frustraron a principios de febrero pasado. Esto hizo que el fondo se retirara y provocó una fuerte incertidumbre en lo que respecta al futuro de Garbarino.

Hasta ese momento, los también dueños de la cadena Havanna habían sellado un acuerdo con los bancos acreedores y poseedores del mandato de venta de la cadena para refinanciar una deuda de $5.000 millones. En ese caso, lograron una fuerte quita para, a cambio, hacerse cargo de las operaciones. La reducción habría sido de entre el 65% y el 75% de los $5.000 millones que se le adeudaban a varios bancos, entre los que se encuentran el Santander y el Galicia que, a su vez, poseen el mandato de venta de la empresa. También acordaron una rebaja similar con los bancos provinciales Bapro y Córdoba para terminar de resolver el 85% de la deuda bancaria, y con un grupo de entidades más chicas que tienen el 15% restante.

A partir de ese momento se inició el proceso de due diligence y las negociaciones con los proveedores para lograr una quita similar o, en su defecto, una fórmula que permitiera mantener activa la cadena con productos y mercadería a la vez que se iba cancelando la deuda. El objetivo era normalizar las relaciones, ya que en la actualidad las empresas dejan a Garbarino mercadería en consignación.

Otra de las principales medidas que los ejecutivos de Inverlat tenían en mente era la de recomponer la compra de productos y dejar que la mercadería llegue a consignación o se complemente con el stock de la propia cadena. El objetivo era el de volver a los números del 2018, cuando los niveles de mercadería eran elevados para que el camino de la recuperación de Garbarino arranque casi de manera automática.Era el paso más importante de estas negociaciones debido a que este grupo de bancos es poseedor de la mayoría accionaria de Garbarino, la que heredaron tras el pacto de renegociación del pasivo financiero con los actuales dueños de la cadena.

Pero luego, el proceso se empantanó e Inverlat abandonó las negociaciones cuando los proveedores comenzaron a solicitar el cobro de la totalidad de la deuda. En especial los extranjeros como Samsung, Carrier y LG, que pidieron la cancelación de su pasivo en dólares, algo considerado imposible por la situación de la empresa y por la evolución que tuvo la divisa norteamericana en el país.

La oferta de compra que Inverlat hizo por Garbarino tiene exclusividad hasta el próximo 29 de marzo. La fecha, cada vez más cercana, le pone presión a García ya que si llega sin una solución concreta, el fondo se retira definitivamente y las posibilidades de supervivencia de Garbarino serán mínimas y con el fantasma de un default rondando cada vez más fuerte.

Hasta ahora, el CEO de la cadena habría logrado el aval del 67% de los proveedores nacionales y del 55% de los de servicio. Le falta todavía una etapa importante, ya que el acuerdo con Inverlat la obliga a contar con el aval de más proveedores.

Con vistas a un eventual fracaso, los abogados de Garbarino ya elaboraron el pedido de apertura del concurso preventivo de acreedores, aunque tratarán de evitar a toda costa llegar a esa instancia. De no lograrlo, Garbarino entrará en default con un patrimonio neto negativo de $5.000 millones, casi sin stock de productos y complicada para el pago de sueldos.

Sin embargo, los negociadores son optimistas en cuanto a llegar a un desenlace positivo con los proveedores y reflotar la operación con el fondo inversor. Si lo logran, el deal podría volver a encaminarse, aunque los tiempos son escasos para poder tener éxito y sostener la viabilidad de la cadena que posee el 22% del market share del mercado de venta de artículos electrodomésticos.

Si se logra revertir el, por ahora, negro panorama, el plan de Inverlat para dar vuelta la negativa situación de la compañía de manera inmediata pasa por una fuerte y millonaria inyección de fondos, potenciar las ventas online, mantener la actual estructura de sucursales físicas y ofrecer financiamiento a los clientes.

Pese a todo, Garbarino sigue siendo la principal cadena de venta de electrodomésticos de la Argentina, con una marca potente, 200 locales y un market place por el cual utilizan el canal online sólo superado en fortaleza por Mercado Libre. Con un menor endeudamiento, la marca puede dejar de pagar altos intereses y dedicar parte de esos fondos ahorrados a eficientizar sus estructuras y negocios.

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