El Gobierno organizó dos "mega cumbres" petroleras para frenar los despidos en Vaca Muerta
Con el fantasma de unos 2.000 despidos rondando las operaciones de Vaca Muerta, el Gobierno organizó dos mega cumbres para analizar variantes que permitan evitar la profundización de la crisis que ya envuelve al mayor yacimiento hidrocarburífero de la Argentina.
Los protagonistas de los encuentros son los principales referentes del gobierno nacional, ejecutivos de las empresas petroleras, dirigentes sindicales y hasta dos gobernadores.
En el primer caso, el presidente Alberto Fernández recibió el jueves por la tarde a los CEOs de las compañías que operan en esa zona para analizar la crisis que sufre y que se inició el año pasado, con varias medidas adoptadas por el anterior gobierno de Cambiemos, pero que se fue profundizando en estos primeros meses del 2020 debido a la falta de políticas para la zona que muestra la gestión del Frente de Todos.
De hecho, antes de asumir el propio Jefe de Estado destacaba el rol central que Vaca Muerta debía tener para la industria petrolera argentina y hasta se elaboraban planes para revitalizar la producción y las inversiones, incluso sosteniendo que sería una herramienta fundamental para alcanzar acuerdos con los acreedores internacionales de la deuda local.
Sin embargo, hace unos días comenzó a bajarle el tono a sus promesas y hasta se refirió a la sobrevaloración que se le habría dado al potencial de Vaca Muerta, algo que puso un manto de dudas sobre los verdaderos planes del Gobierno para la zona.
En la agenda de temas también figuraba el congelamiento de los combustibles que se impuso desde la Casa Rosada a mediados de diciembre pasado y que frenó un incremento del 5% que había anunciado YPF. Por orden del propio Presidente, la petrolera estatal dejó de lado ese retoque y es posible que en la reunión de esta tarde se plantee la necesidad de manener los valores de los surtidores por los próximos meses. En ese marco, las empresas seguramente buscarán negociar futuras subas, teniendo en cuenta que los valores de las naftas estarían retrasados con respecto a los costos y a la inflación.
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El viernes se dará el segundo de los encuentros vinculados con Vaca Muerta y el futuro del sector petrolero. Será por la tarde en la sede del Ministerio de Trabajo de la Nación y con el objetivo de que no haya paralización de la producción de crudo, principalmente en Vaca Muerta.
Y más allá de que con sus declaraciones referidas a la le bajó la cotización a la zona, el encuentro se llevará a cabo por expreso pedido de Fernández y los anfitriones serán el titular de la cartera laboral, Claudio Moroni, y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Ambos recibirán a los representantes gremiales de los trabajadores afectados por estos posibles despidos, delegación que será encabezada por el titular del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra, y el líder del Sindicato de Petroleros Jerárquicos, Manuel Arévalo.
Pero también estarán presentes el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, y la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, ambas provincias fuertemente vinculadas al futuro económico de Vaca Muerta.
Está claro que al Gobierno le interesa desactivar este conflicto gremial debido a las consecuencias que se podrían derivar de posibles medidas que adopten los trabajadores afectados y por eso se explicará el proyecto de ley que está elaborando el Poder Ejecutivo para "blindar" Vaca Muert e impulsar las inversiones de largo plazo.
El temor también está basado en el evidente crecimiento que podría tener la figura del propio Pereyra a quien, en algunos despachos oficiales ya definen como un "pichón de Moyano".
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La calificación se vincula con el poder que estaría acumulando el líder petrolero y de sus cambiantes relaciones con la Casa Rosada, respaldada por un sindicato que ya cuenta con 25.000 afiliados y se extiende por Río Negro, Neuquén y La Pampa y que sigue creciendo en adherentes y en dimensión geográfica.
Desde la Casa Rosada esperan sellar la paz con Pereyra a partir del análisis de propuestas que eviten los despidos prometidos por las petroleras para hacer frente a la fuerte inestabilidad que recorren los negocios en Vaca Muerta.
Pero hay una preocupación adicional entre los funcionarios que está dada por la caída de la producción petrolera que se está dando en los primeros meses del año y que extiende el fantasma de los despidos a otras cuencas petroleras.
En especial, luego de que las principales empresas con producción en Vaca Muerta decidieron poner un pie en el freno a la espera de que las condiciones macro económicas del país mejores y también con la expectativa de que el gobierno del Frente de Todos adopte medidas que vuelvan a impulsar el desarrollo de esta zona petrolera.
Hasta ahora no se conocen los argumentos con los cuales Moroni y Kulfas buscarán convencer a Pereyra de que firme una tregua y no profundice las protestas y los reclamos.
Sin embargo, el dirigente gremial y senador llega al encuentro respaldado con la convocatoria a una masiva movilización convocada para el próximo jueves 23 de enero en Neuquén y en la que promete reunir a más de 20.000 trabajadores.
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De hecho, Pereyra le pidió a dirigentes políticos y legisladores nacionales de diversos sectores que se sumen al reclamo y a la mega asamblea de la semana próxima.
"Vamos a demostrar, de una vez por todas, la fuerza de esta organización sindical", dijo en las últimas horas a modo de amenaza del poderío que su sindicato puede alcanzar y que en el Gobierno ya empiezan a comparar con la capacidad de movilización de los Moyano.
El senador nacional también apuesta a que los sectores no petroleros también afectados por la caída de la producción de la zona y por el freno de las inversiones se incorporen a la marcha. Esto es, a representantes de la industria y el comercio, que podrían sufrir un efecto cascada en sus actividades y hasta en las regalías que reciben las provincias.
El contexto lo lleva a Pereyra a reclamarle a los ministros Moroni y Kulfas que organicen una reunión con las principales figuras de las petroleras que operan en Vaca Muerta, en especial al presidente de YPF, Guillermo Nielsen, y a las máximas autoridades de Pan American Energy (PAE), la petrolera de la familia Bulgheroni.
Entre ambas petroleras llevan invertidos cerca del 80% de los u$s5.300 millones que se destinaron hasta ahora para potenciar la explotación de hidrocarburos no convencionales, según un informe de la Fundación Mediterránea.
Pereyra le reclama a las autoridades nacionales mayor compromiso a la hora de evitar la promesa de estas empresas de concretar los despidos en la zona de Añelo y promete que si la situación no se revierte se paralizará toda la actividad en el sector y las medidas se levantarán solamente cuando se concrete un acuerdo definitivo.
De esta forma, una actividad como la petrolera en Vaca Muerta que se había convertido en un modelo de gestión entre los sindicatos y las empresas corre el riesgo de romper la paz social prometida por el gobierno nacional a partir del 10 de diciembre pasado.
"Con trabajadores en la calle no hay paz social", advierte Pereyra, quien si bien responsabiliza a los empresarios por el quiebre en la relación, le pone presión a las autoridades nacionales que también tomaron medidas para impedir un aumento de la desocupación, como el regreso de la doble indemnización.
Por eso, la asamblea y la movilización del próximo jueves 23 de enero sería levantada si luego del encuentro con Moroni y Kulfas se les promete a los gremios que las suspensiones y despidos quedarán sin efecto.