Una militante de La Cámpora y una dirigente del massismo toman el control del Correo Argentino
Luego de arduas negociaciones entre los socios políticos que apuntalan al Frente de Todos, el Correo Argentino logró armar su nuevo directorio. El acuerdo permitió que una dirigente de La Cámpora y una referente del massismo sean encumbradas en los dos principales puestos de la mayor empresa postal de la Argentina.
Es decir, la presidencia estará al frente de Vanesa Piesciorovski, mientras que la vicepresidencia quedó para Mónica Litzia. Ambas serán acompañadas por Horacio Pacheco, quien fue nombrado como miembro del Directorio por pedido de Santiago Cafiero, el actual jefe de Gabinete, área de la cual depende el Correo Argentino desde que Alberto Fernández asumió la presidencia del país.
El Gobierno también decidió encumbrar a un nuevo CEO en la empresa estatal, puesto que será ocupado por Camilo Baldini, quien regresa a la compañía donde ya ocupó el puesto de Director General durante el gobierno de Cristina Kirchner.
El mismo caso se da para Piesciorovski, una activa militante de la agrupación política liderada por Máximo Kirchner, y quien inicia un segundo período si se tiene en cuenta que ya fue vicepresidenta de la empresa postal estatal también durante los años del kirchnerismo cristinista.
Fueron tiempos en los que La Cámpora acumuló poder y decisión una gran cantidad de sociedades del Estado, ocupando cargos estratégicos y manejando cajas millonarias.
En el caso del Correo Argentino, en esos años era presidido por Claudio Tristán, quien había llegado de la mano de Amado Boudou. Pero en los hechos, las decisiones las tomaba la dirigente camporista que ahora se quedó con el puesto más alto en la escala ejecutiva.
De todos modos y teniendo en cuenta el reparto de puestos, será difícil que La Cámpora sume nuevamente poder casi en soledad, ya que la esencia imbuída por el propio Alberto Fernández para esta nueva etapa es que la sociedad estatal refleje una distribución "democrática" y equilibrada de las participaciones en las decisiones.
En este reparto de cargos también están incluídos los gremios, que tendrán lugar en el Directorio aunque todavía no se conocen los nombres de los dirigentes sindicales que acompañarán a la nueva gestión.
En el caso de Litza, es una debutante en la empresa postal. Entre sus antecedentes figuran la de haber sido precandidata a intendenta de Avellaneda para competir en las PASO de agosto del año pasado a pedido del propio líder de su espacio, Sergio Massa.
En esos momentos, se desempeñaba como concejal del Frente Renovador en la misma localidad bonaerense y tuvo que renunciar a su candidatura por las negociaciones que en ese momento mantenía esta agrupación política con el Frente de Todos.
Los nuevos dirigentes deberán manejar una sociedad estatal que mueve una caja interesante de alrededor de $9.000 millones por año y que, durante el anterior gobierno de Cambiemos, que intentó ordenar sus cuentas, su estructura y poner en marcha un plan de modernización para reconvertir el negocio y reducir el pesado déficit que acumulaba año tras año.
Inicialmente no logró del todo ese objetivo con el liderazgo de Jorge Irigoin, quien ya había estado al frente del Correo pero cuando la sociedad había sido privatizada, y fue nuevamente designado por Macri en el 2015.
Sin embargo, su gestión duró nada más que dos años hasta el 2017, cuando el propio Macri decidió colocar al Correo Argentino bajo la órbita del Ministerio de Modernización y desplazar a Papini en medio de críticas a su gestión y de un pasivo que no se había reducido y rondaba en los $7.700 millones por año.
En su lugar fue designado Gustavo Papini, ex CEO de OCA Postal y ex ejecutivo del fondo inversor Pegasus Capital, firma que presidió el ex vicejefe de Gabinete de Cambiemos, Mario Quintana.
Ocupó ese cargo junto a Luis Freixas Pinto, quien estuvo a cargo de la presidencia del Correo Argenitno por esos tiempos. A partir de este cambio, se le buscó imprimir a la compañía una impronta que se basaba en dos ejes fundamentales: reconvertir su negocio hacia la paquetería y el e-commerce, y reducir el fuerte déficit que afrontaba.
En su haber, Papini muestra una importante reducción del déficit del Correo Argentino que cerrará el año con un rojo de $800 millones, contra los $7.700 millones del 2017.
Ya el año pasado, la cifra había bajado, con una pérdida de $2.200 millones durante ese ejercicio, que mostraba el objetivo de Cambiemos de que la sociedad prescinda cada vez más de los aportes del Estado y pueda desarrollarse con fondos propios.
De todos modos, no fueron datos que le permitieron a Papini sobrevivir al cambio de gobierno ya que ahora deberá ceder su lugar al nuevo CEO designado por el actual gobierno.
A partir de ahora, se sabrá si los planes de la neuva cúpula mantienen el rumbo que Cambiemos le imprimió a la compañía para, entre otras cosas, migrar su negocio hacia el segmento de la paquetería, el rubro que actualmente es el que da oxígeno a las empresas postales de todo el mundo.
Esto, más allá de que todavía el 65% de su facturación dependa del rubro postal, un mercado en retirada que en el 2014 movía $1.400 millones al año y en la actualidad se redujo a $800 millones, de los cuales la sociedad estatal controla el 40%.
También el avance del e-commerce y su creciente demanda logística para la distribución de paquetes forman parte de los cambios generados, con el sistema de compras "puerta a puerta", como el que más crecimiento muestra.
En el sector aseguran que en el 2017 el Correo Argentino repartía 200.000 paquetes al mes y que hoy esa cifra supera los 1,5 millones.
Fuera del segmento comercial, el negocio electoral se transformó en otro de los ejes centrales sobre los que se apoyó Correo Argentino para mejorar su rentabilidad. Solamente durante este año, trabajó en 50 comicios, desde las presidenciales hasta sufragios provinciales y municipales.
Las elecciones presidenciales del 27 de octubre pasado fue el trabajo más relevante y para cuando ocupó a más de 60.000 personas (entre los 15.ooo empleados de la empresa y personal contratado para la ocasión), además de de 3000 fletes.
Entre los proyectos que la gestión Papini tenía previstos lanzar para el 2020 se encuentra como acontecimiento central la realización del censo.