Advierten que la vuelta del IVA a los productos alimenticios provocará un fuerte aumento en los precios
Más allá de que forma parte del plan diseñado por el Gobierno para combatir la pobreza a partir de una tarjeta social destinada a los sectores más castigados por la recesión, la eliminación del IVA a la canasta de alimentos básicos no sería mantenida tal como fue diseñada por la administración saliente.
Pensada por la gestión de Mauricio Macri para atenuar el impacto de la última devaluación, el beneficio fue lanzado el 16 de agosto pasado y abarca la compra de unos 15.000 productos.
Pero vence el próximo 31 de diciembre y es más que probable que su continuidad no esté en los planes de Alberto Fernández, teniendo en cuenta el costo fiscal que hasta ahora ha tenido y la necesidad de fondos que tiene el flamante gobierno del Frente de Todos.
Según un estudio elaborado por la Fundación Mediterránea y firmado por el economista Nadín Argañaráz, la aplicación de esta rebaja en las 14 categorías de la canasta básica que fijó Cambiemos y que abarca entre 1.500 y 2.000 ítems ha tenido un costo fiscal cercano a los $11.300 millones.
Para dar con esa cifra, el informe toma en cuenta datos de consumo de alimentos entre agosto y diciembre y advierte que, junto con el resto de los impuestos coparticipables que también fueron modificados como Ganancias, la Nación comparte ese costo con la ANSES y las provincias que fueron las que presentaron una demanda ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación en contra de la medida de Macri.
En ese marco, funcionarios vinculados con el quehacer económico y de la producción que comenzaron a tomar posesión de sus nuevos despachos evalúan sostener el IVA cero sólo en los planes sociales que lanzará el Ministerio de Desarrollo Social.
Es decir, en el Programa Alimentar para la compra de alimentos, artículos de limpieza, higiene personal y bebidas sin alcohol que está a punto de poner en marcha la cartera que dirige Daniel Arroyo y que beneficiará a jubilados, pensionados, titulares de planes como los de Asignación Universal por Hijo (AUH), de la Anses y de asignaciones y planes sociales.
Será un plan orientado a atacar las urgencias de los sectores sociales más vulnerables y que, según la mirada del nuevo Gobierno, fueron los más perjudicados por las políticas de Macri.
En este marco, el programa, que es gratuito, estará vinculado a una tarjeta social, habilitada para abastecerse de productos de canasta básica con límite diario y semanal de compra, con precios especiales y sin IVA para esos sectores.
Está claro que de no haber nuevas medidas similares, para el resto de la sociedad y más que nada para la clase media, a partir del primer día del 2020 habrá aumentos de precios consistentes con la aplicación del 21% al precio de los productos que sugiere el regreso del IVA.
En varias empresas alimenticias y en las cadenas de supermercados ya advierten sobre esta posibilidad al sostener que sería un freno a las iniciativas del propio Gobierno para fomentar una rápida recuperación del consumo.
Si bien avalan su continuidad para las clases bajas y admiten que podrían captar gran parte de ese alivio, se producirá una suba generalizada que hasta podría desactivar el impacto positivo y el cambio de expectativas que busca Alberto Fernández en sus primeros días al frente de la Casa Rosada.
Sin embargo, tanto durante la campaña electoral como en varios párrafos de su discurso inaugural ante la Asamblea Legislativa, el Jefe de Estado repitió la necesidad de que el esfuerzo lo deben hacer "los que más tienen".
En un contexto que planteó de gravedad extrema y de emergencia, el Jefe de Estado pidió también comprender que "no existe la posibilidad de pedirles más esfuerzo a quienes tienen hambre, no se le puede pedir más sufrimiento al que no llega a fin de mes. Debemos salir de esta situación con solidaridad".
Confirmó además la convocatoria al Consejo Económico y Social que estará integrado por trabajadores, empresarios, representantes del campo y a las diversas expresiones sociales para la puesta en marcha de acuerdos básicos "de solidaridad en la emergencia".
De sus palabras y de los lineamientos y objetivos del Plan Alimentar queda claro que el IVA cero generalizado no forma parte de la agenda oficial, a pesar de que desde las empresas se advierta que dejar afuera a la clase media pueda ser interpretado como una mala señal.
En especial, porque la medida ayudó a recuperar parte del consumo perdido en estos años de la mano de mayores compras de la clase media y de determinadas acciones puntuales y eventos comerciales, como el Cyber Monday o el Black Friday, entre otros.
Y si bien ahora apuestan a las rebajas, ofertas y promociones vinculadas con las fiestas de Navidad y Año Nuevo, miran con cierta preocupación que el regreso del IVA para las compras de consumidores que generan una parte importante del volumen de ventas de las grandes cadenas de retail y de los principales productores de alimentos.
"Sería negativo que esto pase, por lo cual se debería poder analizar de qué manera mantenerlo", admiten ante iProfesional varios hombres de negocios y ejecutivos vinculados al sector de la alimentación.
Uno de ellos es Ignacio Noel, dueño de la empresa Morixe que produce y comercializa marcas de aceite, harinas, aceitunas, pan rallado, papas pre congeladas y que tiene varios de sus productos en el programa de Precios Cuidados.
Según su visión, sería positivo mantener la eliminación del 21%. Además, sugiere a la nueva administración que otorgue líneas de crédito al sector productivo, que renegocie la deuda, elabore un presupuesto equilibrado. También que no atrase más el tipo de cambio, al que califica como el más grave error de los gobiernos argentinos, y que evite declarar el default "porque eso profundizará la recesión y la pobreza".
Entre sus colegas empresarios, Teddy Karagozian también pide que se ponga el foco en el desarrollo del país "donde la apertura inteligente signifique crecimiento para los argentinos y no simplemente ser una frase vacía de contenido".
El empresario textil sabe que será una tarea difícil poner en marcha fábricas paradas y emplear gente que ha perdido el trabajo "por la búsqueda de una quimera de pertenecer al primer mundo simplemente como un acto de magia y voluntarismo".
En este marco sugiere la coordinación de la estrategia hacia el interior para lograr inversiones y hacia afuera para lograr paciencia de los acreedores. "Esperemos que la experiencia de los ministros de Desarrollo y de Economía sirva para cometer los menores errores posibles y muy rápidamente lograr una reactivación que transforme la esperanza en acción del empresariado argentino para poner rápidamente el país en marcha", agrega Karagozian.
Por su parte, Daniel Rosato, titular de la cámara que agrupa a industriales Pymes, se manifestó conforme con el discurso presidencial. "Ha sido serio, constructivo y futurista basado en una política de integración y construcción de todo el aparato productivo en forma genuina con la generación de empleo utilizando los recursos naturales para el desarrollo.
Desde la Fundación Pro Tejer en tanto resaltaron las expectativas de que el Presidente lidere un cambio cualitativo en política económica que permita nuevamente poner a la Argentina en la senda de la producción, el trabajo y el desarrollo económico.